—¡Joder!— Gritó Daemon avanzando con largos pasos hasta quedar completamente fente a él. —De verdad necesito hablar contigo, porque esto me esta matando lentamente y no creó poder soportar más toda esta situación... Te extraño.

Su voz sonaba tan dolida que Max creyó sentir ese dolor en su propio pecho, así que decidió dejarlo hablar.

—Desde que tú y yo nos alejamos, cada día es como una maldita tortura y cuando creó que no podría ser peor...pienso en ti, en todo lo que compartimos...— Los ojos oscuros de Daemon desbordaban sinceridad y una mezcla de emociones que resultaba un tanto abrumadoras. — Quiero que volvamos a como era antes, a poder estar en la mismo lugar sin tener que evitarnos...

—No fuí yo quien empezó con todo esto— susurró Max tratando de ignorar el nudo que obstruía su garganta — Fuiste tú quien me alejo. Y...y sabes que trate de acercarme, trate de remediar lo que estaba mal aún cuando no tenía idea de porque estabas tan molesto conmigo.

—Lo sé, Dios, lo sé...

—Pero eso no te basto— los ojos de Max se aguaron así que prefirío cerrarlos para no tener que ver la expresión culpable del pelinegro. — cuando intente hacer las pases...tú me soltaste toda esa...mierda que me lastimo mucho.

—Y no sabes cuanto me arrepiento de eso. —Daemon le colocó una mano en la mejilla, pero él rehuyo el toque sabiendo que si le dejaba tocarlo, no podría soltar todo eso que tenía guardado.

—¡Usaste a mis padres para hacerme daño! ¡Te conte de la mala relación que tenía con ellos! Te lo conte porque confiaba en ti...y tú solo lo tomaste y lo volviste en mi contra— se le escapó un sollozó pero se obligo a continuar —Y no tienes idea de lo mal que la he pasado, preguntándome si lo que dijiste era verdad. He llegado a pensar que tienes razón y que mis padres prefieren irse de viaje antes que estar conmigo, por qur soy irritante y no soy suficiente para nadie...

—No, no, no—Daemon lo tomó de las manos— Todo lo que dije ese día es pura basura, no creo que seas irritante...de hecho me pareces un chico dulce y único, es que ni siquiera tengo palabras para describir lo especial que eres...

—No te creo, si dijiste que soy irritante y no me soportas es porque así lo piensas.

Daemon se sintió impotente ante la mirada de reproche, pero se negó a retroceder. Haría que Max le creyera, así que sin saber que más hacer se arrodillo frente al chico, justo como lo hizo días atrás en el pasillo de la escuela.

—Por favor Maxwellth, tienes que creerme...todo lo que dije ese día fue producto del enfado y de mi estupidez...sabes lo que dicen, que cuando estas molesto eres capaz de decir cualquier cosa.

—No Daemon, yo creo que cuando estas molesto tienes el valor de decir lo que realmente piensas.

—Te juró que no es así. —Daemon volvió a tomar las manos del chico frente a el y se atrevió a entrelazar sus dedos. —Por favor perdóname, nunca fue mi intención lastimarte de esa manera, yo sólo...se me fue de las manos y para cuando me di cuenta ya había metido la pata hasta el fondo...perdóname y dame la oportunidad de demostrarte lo arrepentido que estoy.

—Es que no es solo eso— Max se soltó de su agarre y se alejó de él— Tengo que recordarte que todo esto empezó cuando golpeaste a Jason y empezaste a actuar como un imbécil conmigo.

La sóla mención de ese nombre hizó hervir su sangre, sobre todo al recordar el beso que había presenciado en la azotea.

—¡Se lo merecía!

—La verdad es que no.

—Pero el dijo que...

—Se lo que dijo...— lo cortó el castaño— el problema aquí es que lo que tú escuhaste fue una conversación a medias. Y si hubieras escuchado desde el principio sabrías que las palabras de Jason no era más que parte de un juego...una mentira.

Un Golpe De Suerte (Suerte #1)Where stories live. Discover now