Capítulo 31: La esperanza se desvanece

641 117 43
                                    

THIAGO




David, Alleit y yo nos encontrábamos tomados de las manos para lograr aportar de nuestra ayuda en el ritual para poder cerrar el Plano. Etev no me dijo qué debo hacer exactamente, pero si lo que vamos a hacer es destruir el núcleo, es casi que obvio que una innovación de cierre es lo que funcionará. Debemos hacer un sello para que el portal que conecta nuestro mundo con el Plano se destruya, mientras que los kuboks se encargarán de destruir el núcleo directamente sobrecargando su interior.

Quería concentrarme para lograr que el ritual funcione, pero al ver lo que está sucediendo entre Caín y Ezifhia, o entre Set y Etev, me hace muy difícil no distraerme.

Caín seguía peleando con Ezifhia, le llevaba el paso, pero el poder de la bruja fusionado con el del kubok, parece ser algo difícil de aguantar teniendo en cuenta que está luchando él solo contra ella.

Me distraje por un instante, Etev había tomado a Set, lo tenía acorralado debajo suyo, quería retenerlo para hacerlo entrar en razón. Set se encuentra bajo el control de las brujas, el conjuro que lo revivió parece haberlo poseído por completo, ya no queda nada del antiguo Set que alguna vez me salvó de la muerte dándome su vida a cambio.

-Lo lamento, Etev -las manos de Set mostraron unas enormes garras, garras que aruñaron de un solo impacto el estómago de Etev. Lo desgarró de derecha a izquierda.

Etev escupió sangre de su boca, la ropa de Sev comenzaba a bañarse en ese color rojo carmesí. Etev parecía perder la fuerza que le quedaban en sus manos, cayó a un lado de Set. Respiraba con dificultad. Su ropa también se manchó de sangre. Finalmente, sus ojos se comenzaron a cerrar, perdía la batalla.

Etev ha muerto.

El kubok libélula se apartó del núcleo y salió volando hacia donde está el ahora cuerpo sin vida de Etev. Lo acarició con su cabeza, como si quisiera que despertara, con sus patas le daba golpecitos, quería que reaccionara, pero es muy tarde. Ya su pecho no sube y baja, Etev ha muerto.

La libélula se desintegro, después de todo, se mantenía corpórea gracias a la energía electromagnética de Etev, y ahora que este ha fallecido, ya no hay ningún poder que la pueda mantener viva en este mundo.

Si un humano muere, también morirán los kuboks que estén bajo su poder gracias a un lazo de sangre que tienen, esto debido a que ambos subsisten mediante la misma energía electromagnética.

Set se levantó del suelo y miró hacia un lado. Se le veía confundido, no parecía entender lo que había pasado, o, mejor dicho, no parece entender lo que ha hecho. Vaya crueldad por parte de las brujas, manipularlo para que haga algo tan horrible, y devolverlo a la realidad cuando ya han causado el daño. Qué seres más despreciables.

-Etev -le llamó Set, sus pupilas se dilataron-. Vamos, Etev, despierta... Por favor -batía el cuerpo de su hermano, parecía querer hacerlo reaccionar tal y como hizo la libélula de Etev, pero es muy tarde.

-Set -lo nombré-. Se ha ido -sus ojos me volvieron a ver con terror, no entiende lo que acabo de hacer, porque en si no fue él quien mató a Etev

-No, Etev no se ha ido, Etev duerme, pronto va a despertar, sólo debemos dejarlo dormir, está cansado -comenzó a reír como todo un psicópata-. No, Etev despierta, sé que estás cansado, pero no es el momento, debes despertar, hermano, no es un buen lugar para dormir, despierta por favor... ¡ETEV! -gritó en lo que se colocaba a su lado, lo abrazó del pecho y lo besó en la mejilla-. Todo estará bien, Etev, volvimos a estar juntos los dos, hermano, no nos volveremos a separar, no volveremos a pelear, seremos muy felices de ahora en adelante.

¡Sin Miedo! (M#2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora