Capitulo 17: "Sentimientos ocultos bajo la niebla"

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-Mi amor, ¿estas lista?

Asentí.

-¿No se te olvida nada?

-No, él resto lo lleva la mudanza.

Él me sonrió.

-Bueno, entonces supongo que iremos a casa.

Sonreí.

Eche un último vistazo a mi casa antes de subir al auto; mi madre, como siempre no paraba de llorar, emocionada porque su hija mayor se iba de la casa (sin contar a mi hermano mayor, que aun vivía allí con mis padres). Le di un último abrazo a ellos al igual que a mis hermanos. Mi hermanito de seis me sonreía y me saludaba efusivamente, al igual que mi hermana, Daphne, de diecisiete años que estaba tan contenta por tener la habitación para ella sola.

-Adiós, los vendré a visitar. ¡Se los prometo! - dije por encima y última vez, antes de que las lágrimas aparezcan. Era hora de irme y a decir verdad no sabía por que tanto dramatismo pero lo cierto era que este día había llegado muy rápido, y una parte de mi no estaba preparada. Sin embargo me arme de valor, aunque este debía de ser uno de los días más felices, porque además  me iría a vivir lejos, - de hecho la casa de Austin no estaba demasiado lejos de la mía -, pero aun así no podía dejar de evitar una sensación de tristeza dentro mío.

Subí al auto, con Austin a mi lado y fingiendo la más feliz de las sonrisas, trate de estar bien con ello. En cierto punto la mirada de alegría y el rostro de Austin me tranquilizaban estaba feliz. Al igual que yo... o al menos lo estaría.

Estaba bien lo que estaba haciendo.

¿Pero porque se sentía tan mal?

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-¿Te gusta?

No era la primera vez que veía la casa de Austin, pero si la primera vez que la veía limpia y sorpresivamente... decorada. De hecho eso era nuevo, esa era la "sorpresa". Había mandado a redecorar la casa para ambos y había quedado perfecta. Sin duda conocía mis gustos.

-Me encanta. - sonreí y me lancé a sus brazos. Por su mirada de alivio, supe que había estado algo tensionado, por miedo a que no me guste.

Era tan tierno...

Me separe a penas y sonreí como una nena.

-Es nuestra casa - sonreí aun más al pronunciar esas palabras.

-Nuestra casa - sonrió feliz.

Y entonces nos besamos. Sin importar él resto, sin importar las personas de la mudanza que iban y venían dejando todas mis cosas. Porque en este momento, y a diferencia de minutos atrás, todo esto se sentía correcto, me sentía bien. Y si alguien me hubiese dicho, años atrás de que terminaría en una casa a esta edad, con mi novio, y que ese novio sería Austin bueno jamás me lo hubiese creído.

Pero entonces sonó Ed Sheeran como ringgton anunciando una llamada entrante.

Sonreí ante la interrupción y me aparté apenas de él para poder atender.

Austin no dejaba de mirarme y sonreírme, se veía tan perfecto, tan joven, tan feliz. Al igual que yo.

-Hola - respondí entre risas porque sus besos me hacían cosquillas.

"Basta" - articule en silencio mientras él sonreía maliciosamente.

-Hola ¿Cassie? Soy la doctora Greene.

-¡Oh! ¡Hola doctora! - dije apartándome de Austin y en consecuencia de sus besos.

Su rostro de contrajo en lo que parecía clara confusión, pero aquel ceño fruncido no duró demasiado, porque de momento a otro sonreía,  apenado por la distancia pero al fin y al cabo permitiéndome mi espacio mientras se disponía a ayudar al resto con la mudanza. Y dentro mío, se lo agradecí

Otra vez túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora