#5: Otra vez tú

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- ¿Le has visto la nariz a Delia?

- ¡Parecía un payaso y sin bolita roja de pega!

- Tengo que hacerle una reverencia a quien le haya hecho eso.

- Fue una de nuestras compañeras, la que vino este año.

- Sí, Lavender, esa chiquilla lleva poniendo en su lugar a los mellizos desde el primer día.

- Ojalá estuviese en esa clase, me encantaría ver eso.

- Delia siempre salta y siempre pierde, es muy divertido verla frustrarse.

- Se lo merece igual que Dave, por putos manipuladores.

Yo escuchaba miles de voces a la vez, estaba pegada al fondo de mi ducha y con las gotitas del grifo cayendo en mi espalda. Me daba igual, el suelo estaba más frío, y en posición fetal era aún peor.

- Eh, ¿y esta fregona?

- La habrán dejado las de la limpieza.

- No creo, vienen a limpiar después de nosotros...

- Fíjate, tiene trancada la puerta.

- Algún gracioso que quiere que dos compartamos ducha.

- Yo contigo no me meto ni aunque me paguen, paso de la lucha de sables.

- Dejad de hacer el tonto y ayudadme a quitarla.

- Oh, ¿la gran campeona de pulsos no puede con una simple fregona?

- Ja, ja, ja, mira cómo me parto.

Apenas el palo fue quitado de su sitio la puerta se abrió enseguida, y empecé a temblar cuando vi a través de mi pelo empapado a casi todos los alfas allí asomados, mirando incrédulos cómo me encogía cada vez más y sin querer liberaba mi aroma a pánico.

- ¿Lavender?- preguntó uno de mis compañeros alfa-. ¿Te quedaste encerrada?

- No te acerques- sollocé, preocupándolos a todos.

- James- llamó uno de la otra clase-. Sácala de ahí, huele demasiado fuerte. 

- Todos para atrás- los betas fueron más rápidos y trataron de apartar a sus compañeros de la puerta, mi olor los estaba llamando demasiado y si alguien se salía de control podía acabar con una marca indeseada. Las alfas parecían estar un poco más lúcidas con respecto a los demás, pero también empujaban a los betas para meterse en la ducha.

- Fuera, fuera, vamos- ordenó alguien sacándose a todos de en medio, luchando por abrirse paso y echarlos lo más lejos posible de mí-. ¡Largo!

Gimoteé con ese grito, aunque su voz de alfa fuese mucho menos fuerte que la de Jade seguía repercutiendo en mí como la omega que era, y me envolví la cabeza con los brazos.

- Perdona, Lavender, no quería asustarte- mi cuerpo entero se sacudió con violencia al sentir una cálida mano hacer contraste con mi piel ya helada, rozando mi brazo para hacerme sentir que estaba a mi lado y no me iba a hacer daño-. Estás helada, ¿cuánto llevas aquí?

No pude contestarle. 

- Bueno, tranquila, no pasa nada, vamos a sacarte de aquí- colocó una toalla sobre mi cuerpo, cubriéndome y frotando mi espalda para darme ánimos-. Soy James, el alfa de Hugo, no tengas miedo. 

Poco a poco y tras varios resbalones por fin me pude poner de pie, envuelta en la toalla y abrazada por mi compañero de la otra clase, saliendo con cuidado de la ducha y sentándome en el banco al lado de mi mochila, siempre acompañada por James.

Marcas de guerra (Omegaverse)Where stories live. Discover now