Nunca mereciste una hija tan buena como yo. Sé que no soy capaz de mirarme al espejo sin tenerme rencor, pero también sé que soy buena y demasiado.
Si te hubieras quedado, no habrías podido conmigo.
El orgullo te habría matado.
Porque soy demasiado buena como para ser tu hija.
ESTÁS LEYENDO
En la piel.
RandomVeinte años de tinta sobre piel. Diez días sin saber dónde vaciar lo que no llegué a escribir en ella. Si alguna vez se te terminó la piel, entonces vas a entenderlo todo.