Capítulo 5 "Contradictorio"

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Los únicos que no hacen que pierda completamente los nervios son los hermanos Álvarez, o bueno dos de ellos, porque el mayor, si hace que me ponga muy nerviosa y eso que sólo hablamos una vez desde que llegue aquí. Alberto y Juan tenían razón él nunca estaba por estos lados. Cosa que me entristece un poco. Sé que debería tenerle recelo, pero más allá de la frialdad de sus ojos hay algo más y pude verlo cuando hablo conmigo. Percibí su lucha interna al hablarme y a pesar que se escondió tras sus duras facciones, ese algo que vi, es lo más esconde en el fondo de su corazón. 

Suspiré y cerré los ojos. Algo me dice que lo conozco de algún lugar. Como si él fuese parte de mi pasado. Sin embargo, no lo creo. ¿Cómo olvidar esos hermosos ojos azules? Tan fríos como el ártico, pero tan ardientes como el fuego azul.

Hace dos noches soñé con él. En mi sueño, él me sonreía y me abrazaba con amor. Hablábamos de nuestro futuro hijo y los nombres que le pondríamos.  Ambos estábamos rodeados en una nube de amor. Solo cuando desperté, me di cuenta de lo absurdo del sueño y lo imposible. Danilo Álvarez estaba fuera de mi liga.

- Buenas tardes---la grave voz de mis sueños la escuché muy cerca de mi. Abrí los ojos de golpe y vi al hombre que nublaba mis pensamientos. Danilo Álvarez en persona.

***

Caminé a través del sendero del jardín buscándola. Aunque no lo quiera admitir, regresé por ella. Estos últimos cuatro días han sido un infierno gracias a ella. En mi mente sólo está su tierno rostro y su suave sonrisa. El pasado y el presente se fusionan. Resistí lo más que pude para no verla, pero abandone tal esfuerzo desde el sueño de anoche. En mi memoria todavía está el recuerdo de la noche que la humillé y la trate peor que a una escoria. Ese horrible episodio de mi vida no lo he podido borrar. Ni tampoco sus lágrimas y los ojos que me decían cuanto me odiaban.

En la mañana agarré mi auto y conduje para tratar de olvidar todo. Le dije a mi secretaria que cancelara todas las reuniones de los siguientes tres días, me tomaría un descanso. Ni siquiera se lo mencioné  a mis hermanos. Tan sólo seguí un impulso.  Algo que no hacía desde los quince años. 

Sin embargo, lamenté haberlo hecho cuando la vi tan relajada. Estaba sentada en el balancín. Tenía los ojos cerrados y sonreía suavemente. "¿Qué rayos hago aquí?" Pensé desconcertado y a la vez furioso conmigo mismo. Odiaba verla. Odiaba su sonrisa. La odiaba.

- Buenas tardes---exclamé con frialdad. Ella abrió los ojos con sorpresa y me sonrió. Entre cerré los ojos---¿por qué siempre tiene que sonreír?--- la pregunta salió de mis labios sin pensar en lo que hacía. De inmediato ella se puso seria y me bajo los ojos al suelo. Reprimí un juramento.

- Lo lamento sr. Álvarez---susurró ella en voz baja---solo me sorprendió verlo.

- ¿y por eso me tiene que sonreír?--- exclamé con frialdad. Ella siguió sin verme y sin decir nada. Ambos nos quedamos en silencio---¿cómo sigue?

- Estoy mejor sr. Álvarez, su hermano Alberto trajo a un médico para quitarme el collarin---ella acarició su cuello y suspiró---según él la semana que viene me podrán quitar la escayola. Aunque Alberto me dijo que en ese caso si debemos ir al hospital--- no podía quitar mi mirada de su cuello. Era tan blanco y delicado que quise... "¡Danilo!" Pensé molesto. Retrocedí un paso.

- Muy bien por usted. ¿ha podido recordar algo?---ella me observó con sus ojos angustiados, pero luego se encerró en sí misma y no vi más nada.

- No, solo retazos en mis sueños. Aunque anoche---ella suspiró y se mordió el labio inferior--- anoche soñé con un niño pequeño,  quizás de dos años o menos. Me da miedo pensar que tenga un hijo y no lo recuerde---observé su rostro angustiado y sin controlarlo, la imaginé con dos pequeños a su alrededor. Los dos eran su réplica. Sentí celos por el padre de sus hijos. "Absurdo" negué molesto. Traté de recordar si Liam me dijo que tenía un sobrino, pero a mi mente no vino nada. Y claro, que si Liam me lo hubiese comentado lo recordaría muy bien. Así como la vez que me dijo que su hermana se iba a casar en unos días. Eso fue hace casi un mes y lo recuerdo porque ese día que me lo comento me emborraché después de tantos años de auto control.  Entorne los ojos. ¿Se habrá casado? ¿Quién sería ese hombre? ¿por qué ella estaba sola en España y no con su recién esposo? ¿y quien sería ese niño de sus sueños?  ¿si habrá tenido un hijo y Liam nunca lo comentó? No conocía de nada a esa mujer. "Y tampoco deberías conocerla" me recrimine.

- No debería esforzarse, poco a poco recuperará su memoria---ella me observó a los ojos y sonrió levemente aunque luego se puso seria

- Muchas gracias por preocuparse sr. Álvarez---mi piel se erizó y la miré con frialdad

- Yo no me preocupo por nadie---me giré de redondo y la dejé sola. Odiaba esta horrible emoción que ella producía en mi. La odiaba.

***

Miré su espalda y suspiré. Ese hombre era muy contradictorio. Por unos momentos pienso que le importo algo, pero luego dice esas cosas que me hace pensar que todo esta mi mente. Danilo Álvarez era un hombre muy difícil. Y sin embargo...

Volví a suspirar. No lo podía sacar de mi cabeza. Él llenaba cada parte de mi mente. Si tan solo él no fuera tan inaccesible.

A lo lejos escuché los ladridos de Rey. Juan había llegado. "Por lo menos una cara amiga" pensé con una mueca. Agarré las muletas y caminé hacia la casa.

Derritiendo Tu Frío Corazón- N°5 Serie Amigos de la RealezaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang