18.•Transparencia•.

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¡Había tenido el atrevimiento de decirle que no se vaya! ¡No puede ser, qué vergüenza!

―¿HyeMin? ―se escuchó desde el pasillo, en la lejanía, y entonces pude escuchar unos pasos acercándose con rapidez.

Qué imagen tan patética debí haber dado. Me encontraba sentada sobre la cama con ambas manos tapando mi boca y mirando al celular que yacía entre mantas de una manera completamente estupefacta cuando Jungkook atravesó el umbral de su puerta con gran apuro, como si en vez de caminar por su casa, corriera una carrera.

Al verlo tomé uno de los bordes de la manta con la que estaba cubierta y la elevé de tal forma que tapara la mitad de mi rostro, dejando visible solo mis ojos. ¡Incluso había visto los ositos de mi ropa interior! ¿Cómo haría para verle a la cara?

―N-no me veas―Pedí, pero mi voz sonó tan cortada por el dolor de mi garganta que no pude evitar comenzar a toser luego de aquello. Y como si aquello hubiese sido la ficha de un dominó que empujó a otra, cada vez que tosía no hacía más que provocarme más escozor en mi garganta e inconscientemente tosía para apaciguarlo, sin embargo, la historia volvía a repetirse.

El blanqueó los ojos y negó levemente con la cabeza, haciéndome sentir como si fuese una niña. Volvió a salir de la habitación y luego de pocos segundos apareció nuevamente con un vaso de agua. Ni siquiera le permití ofrecérmelo, simplemente me abalancé hacía él y lo tomé como si mi vida dependiera de eso.

―¿Mejor? ―preguntó cuándo bajé el vaso vacío. Asentí levemente. Él se sentó sobre uno de los costados de la cama, el más próximo a mí y extendió una de sus manos para tomar uno de los mechones de mi rostro.

Moví mi cuello con rapidez, evitándolo a la perfección y entonces me vio con el ceño completamente fruncido.

―Realmente estoy muy avergonzada―admití en el pequeño susurro ronco que mi garganta pudo permitir antes de comenzar a toser nuevamente.

―No pareció que tenías vergüenza anoche cuando se acurrucaste sobre mi pecho―mencionó con algo de gracia. Fruncí mi rostro en el puchero más sufrido de la historia y me tiré sobre las almohadas tapándome completamente con la manta y ahogando mi llanto exagerado, dando la imagen de un auténtico berrinche―Anda―intentó de animarme corriendo un poco la manta y quitando todo el pelo de mi rostro de manera delicada―He visto tu rostro durante toda la madrugada, no tiene sentido que te ocultes ahora.

―¿Toda la madrugada? ―pregunté horrorizada, rogando internamente porque no haya babeado o roncado.

―Si―respondió repentinamente serio, logrando contagiarme su seriedad. Me hizo un gesto con su cabeza para indicarme que volviera a sentarme y así lo hice, solo que cautelosamente. Él se acercó a mí con lentitud y cuando pensé que la situación no podía ponerme más rara, posó el dorso de su mano contra mi frente― Has estado delirando en fiebre desde entonces, te he cuidado toda la mañana.

Wow, el sí que sabía cómo hacerme sentir más incómoda. Seguramente lo había puesto en una situación complemente tediosa por mi culpa.

―¿Toda la mañana?¿Qué hora es? ―pregunté, por más que intentara calmarme simplemente no podía. Fuera del gran coctel de emociones que estaba sufriendo en aquel momento, mi cuerpo estaba siendo golpeado severamente por lo que probablemente era el peor resfriado de mi existencia y una resaca para nada gentil.

―Las tres de la tarde―contestó luego de chequear la hora en el reloj de su muñeca, entonces palidecí.

―¿Qu...

Mi pregunta fue interrumpida violentamente por un escozor en mi garganta, cada vez que tosía mi pecho dolía más y más y cuando finalmente acabé con aquella tortura me sentía tan cansada, que me permití recostarme sobre el respaldo de la cama. Estaba tan agotaba que ni quiera podía hablar. Posé una de mis manos sobre mi pecho mientras sentía como este era golpeado por mi corazón, subí mi mirada y entonces pude ver como Jungkook volvía a aparecer por el umbral de la puerta,

FRDZ: Friendzone |J.JungkookWhere stories live. Discover now