☁ Prólogo ☁

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El despertador empezó a sonar de una manera escandalosa llenando toda la habitación en la cual el chico dormía en su cómoda y mullida cama

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El despertador empezó a sonar de una manera escandalosa llenando toda la habitación en la cual el chico dormía en su cómoda y mullida cama. Sus ojos se fueron abriendo con pesadez y cuando sintió que tenía suficiente, estiró el brazo para apagar el molesto aparato... simplemente aquello lo tenía arto. Empezó a cerrar los ojos nuevamente a pesar de que sabía lo que vendría después, pero no le importó, como todas las mañanas esperó que sucediera un milagro, pero cuando por fin empezaba a soñar de nuevo pasó lo que sucedía cada día.

- ¡Namjoon! - gritó una voz femenina al otro lado de la puerta para después dar unos cuantos golpes en ésta - Está sonando tu despertador, ¿A caso no lo escuchas? Tienes clases, maldita sea y más te vale que te pongas de pie de prisa porque no tengo el suficiente tiempo como para estarlo perdiendo
detrás de ésta puerta.

Soltó un bufido cargado de fastidio, ya estaba completamente acostumbrado a esas amenazas por parte de su madre. Pero como ella había dicho, siempre andaba por la vida falta de tiempo y tampoco era que pudiera llamar a su puerta todo el día.

- Ahora voy - dijo él para calmar su furia matutina.

Sabía que con esa simple afirmación su madre se retiraría, siempre lo hacía.

- De acuerdo - dijo ella un poco más tranquila - no me moveré de aquí hasta que abras la puerta.

Como si se tratara de un balde de agua fría que cayera sobre su cuerpo, esas palabras llegaron de golpe cuando menos se lo esperaba. Empezó a pensar un poco y se dio cuenta de que su madre estaba cambiando la técnica matutina, pero, ¿por qué?

Se estiró con pereza queriendo hacer tiempo para que la mujer se marchara, pero cuando escuchó que entraban y salían mensajes del teléfono de su madre, se dio cuenta de que no funcionaría nada de lo que pasara por su mente. ¿A caso no entendía que quería seguir durmiendo? ¿Por qué se empeñaba en hacer esa tarea tan difícil?

Se encogió de hombros dándose por vencido y se acercó a la puerta para abrirla encontrándose con su madre que se encontraba vestida elegantemente como toda mujer de negocios mientras tenía el móvil firmemente sostenido en una de sus manos, la cual estaba seguro de que no había sido la que había usado para llamar a la puerta.

- ¡Hasta que te dignas a abrir! - se quejó - te dije que no tenía todo el día - lo fulminó con la mirada.

- ¿Por qué estás tan insistente esta mañana? - preguntó mientras se rascaba la cabeza despreocupadamente.

- Llamó el director - mostró su móvil - tienes muchas faltas y desde este momento me aseguraré de que te levantes para ir a clases.

Sintió que su rostro perdía todo color y sus manos empezaron a sudar frío.

- Los profesores no escuchan que respondo cuando dicen mi nombre al pasar la lista de asistencia - se defendió.

- Claro, ¿Cómo no lo pensé? - soltó cargada de sarcasmo - no escuchan el nombre de mi hijo en todas las clases a primera hora - su tono era exagerado - ¡Pero qué tonta soy!

La luz de tu mirada | NamjinWhere stories live. Discover now