157. Confesión

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Alec llevaba toda la mañana viendo a Magnus de un modo extraño. Pero por más que Magnus preguntó, Alec no dio ninguna respuesta convincente.

Dijo que estaba cansado, lo que estaba cerca de la realidad. Pero más que cansado estaba adolorido, tenía esas pequeñas punzadas en la espalda baja.

Alec hacía muecas de dolor cuando Magnus no lo veía, no quería preocuparlo porque seguramente no era nada. Era normal porque su embarazo ya estaba muy avanzado y su cuerpo lo resentía. O eso pensaba él. Además, ¿para qué preocuparlo si Tessa venía ese mismo día? Ella sabría si algo andaba mal, sólo tenía que esperar un poco. El dolor no era insoportable...y no era constante. Podía aguantar así hasta que llegara.

Pero prefirió quedarse recostado en el sofá para no evidenciar lo mal que se sentía. No comió mucho durante el día.

La tarde cayó y Tessa no llegaba. En realidad ella solía venir el día después de la Luna llena, pero había decidido adelantarse y quedarse con ellos el último mes para tener a Alec en revisión constante.

Entonces Esperanza le dijo a Magnus, después de mucho intentar llamarla, que iba a bajar al pueblo a buscar señal.

-¿A dónde fue? ¿Por qué tarda tanto? -Alec hablaba con los dientes apretados y de mal humor. Se estaba poniendo de malas porque conforme el día avanzó, los pequeños dolores fueron haciéndose más fuertes y más seguidos-. ¿Por qué no regresa y por qué no llega Tessa?

Alec alternaba entre pucheros y muecas de dolor.

Dolía tanto.

Terminó por quedarse en silencio cuando ya no soportó más. No se creía capaz de abrir la boca sin gritar de dolor. Se cubrió lo más que pudo con una manta, intentando ocultar su rostro.

-¿Alexander, cariño, estás bien? Has estado muy silencioso estos últimos minutos -Magnus se acercó a Alec con cuidado y retiró la manta, descubriendo su rostro, sintiendo pánico inundarlo cuando vio la expresión llena de dolor de su ángel.

Magnus había estado algo preocupado. Era Luna llena, así que no necesitaba que Esperanza la cubriera. Pero estaba anocheciendo y él tenía que subir un momento antes de poder bajar.

Pero cuando vio la expresión adolorida de Alec y éste negó, intentó sonreír, abrió la boca y la mentira que estuviera por decir se vio interrumpida por un grito de puro dolor, se dio cuenta que por ningún motivo iba a irse.

Dolía tanto. Lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas. Sentía que iba a morir si no hacían algo.

-¿Puedes caminar? -Magnus preguntó, pensando cómo cargarlo sin lastimarlo.

Alec negó. No podía hacer nada más que intentar respirar y aguantar.

Magnus también respiró, intentando calmarse. Él sabía qué hacer, Tessa le había explicado. Con o sin ella, él podía hacerlo, tenía que hacerlo.

Lo tomó en sus brazos y lo llevó a la habitación dónde sería la operación. Pero cuando quiso sedarlo, Alec negó:

"Quiero estar despierto"

"Quiero ver a mis hijos aunque sea una vez"

"Quiero esperar a la noche. ¡Puedo hacerlo! Es Luna llena, él vendrá"

"Por favor, esperemos sólo un poco. No debe tardar"

-Alexander,,tengo que sacarlos ya. Sus latidos ya son débiles...

Alec comenzó a llorar. -Yo sólo quiero que él esté aquí...

Era el padre. Aunque amara a alguien más, él debía estar ahí.

Magnus limpió sus lágrimas con una mano y con la otra acarició la cima de su vientre. Sintió romper el trato, pero no podía permitir que esto saliera mal. -Estoy aquí.

-No entiendes. Te amo -lo dijo en voz alta por primera vez-, pero él es... Lo necesito. La Luna, mis hijos, y yo.

Magnus negó con tristeza y se inclinó a besar suavemente sus labios, esperando que no fuera la última vez. -No lo entiendes, mi amor, soy yo, la Luna.





CONTINUARÁ...

Hemos llegado a lo que fue el comienzo de la tercera parte 🙈

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Where stories live. Discover now