120. Amor libre

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El pulgar de Magnus delineando sus labios en una caricia suave, hubo un sonido parecido a un ronroneo saliendo de la garganta de Alec. Seguía recostado sobre su pecho, su mirada fija en los labios de Magnus, dejo los suyos acariciar el dedo de Magnus en un beso.

Un parpadeo y sus ojos recuperaron el azul que hace dos milenios lo enamoraran.

Magnus habría dado todo por acercar sus rostros y juntar sus labios en un primer beso real. Un primer beso entre ellos, sabiendo quienes eran. Pero no pensaba que fuera el momento, eso podía asustar a Alec, prefería esperar a que estuviera listo, que él decidiera cuándo y cómo.

Acarició sus labios una ultima vez, dejó descansar su mano en su cuello un momento, sintiendo el pulso frenético de Alec, para al final bajarla a su vientre, sintiendo a Max y Elara.

Alec le había confesado su sueño de Rafa a la Luna, pero no a Magnus.

-Están felices. Se están moviendo -Alec sonrió por las palabras de Magnus.

-Les caes bien, tal vez ellos siempre supieron que tú aceptarías esto como posible y estarías para mí en estos momentos. Espero que puedas conocerlos cuando nazcan y después. Siempre parecen felices cuando están cerca. Seguro te reconocerán por tu voz cuando estén fuera de mi vientre -la mano de Alec se posó sobre la de Magnus, y todo movimiento frenético de Max y Elara se detuvo, como si todo estuviera en su lugar en ese momento.

-¿Aquí también podrán hacerte ultrasonidos? -preguntó Magnus-. Me gustaría ver cómo han crecido durante este mes.

Alec asintió y sonrió. Golpeó juguetonamente su mano. -Ya has visto cómo. Con sólo mirarme lo notas. Mira cómo estoy.

-Hermoso -apretó más su abrazo-, estás hermoso. Te ves perfecto con tu vientre abultado, cargando vida dentro de ti. Eres un milagro hermoso, Alexander.

Alec se ruborizó y apartó la mirada. -G-gracias... Y creo que sí, Tessa viene la siguiente semana.

En Luna llena. ¿Cómo iba a hacer para ver a su Luna ahí?

-Espero con ansias el momento.

-Yo también -Alec ya sonaba distraído-. Y entonces, ¿qué pasó después?

Magnus suspiró antes de seguir. -Ellos se besaron por primera vez esa noche de tormenta, derritiéndose en los brazos del otro, dando la bienvenida a un amor prohibido. Después de besar a la persona correcta simplemente se sabe, es algo que no puede ocultarse o negarse. Sus almas y sus corazones se querían. De día ellos seguirían siendo jefe y empleado, pero de noche...de noche el amor era libre.



CONTINUARÁ...

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Where stories live. Discover now