103. Luna en la Tierra

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Magnus sonrió ante las palabras de Alec: <<Les caes bien...>>

Si sólo supieras.

Acariciar la piel de Alec directamente, sentirlo, sentirlos, era hermoso. Alec no pudo evitar notar su sonrisa. -Es tan raro que no hayas enloquecido con la noticia.

-Ya te dije, Alexander. Hay más en el mundo de lo que ves. Te sorprenderías. La vida es un milagro. Nunca me haría enloquecer.

-Debería haber más como tú en el mundo -medio bromeó Alec.

-Desgraciadamente soy único.

Ambos rieron. Después de una última caricia, Magnus se puso de pie y ofreció su mano a Alec para ayudarlo, pero Alec enrolló sus dedos en la muñeca de Magnus: -¿No puedes cambiar tu visita para otro día? Tengo...hoy tengo revisión y Esperanza no puede acompañarme. Probablemente Tessa se sorprenda de verte, y te parezca raro que te lo pida cuando apenas te confesé toda esta locura, pero...no quiero ir solo.

Había tanta vulnerabilidad en esos ojos que Magnus se sintió la peor persona. Todo este tiempo Alec lo había necesitado y él no estaba.

El Ángel, el cielo, y el universo entero podían esperar. Alec y sus hijos no.

* * *

Alec caminaba nervioso con Magnus a su lado. Tocaron el timbre y esperaron. Tessa los recibió con una mueca que Alec malinterpretó. -Lo siento -se apresuró a añadir-. Esto debe parecerte raro, él es un amigo. La Luna sabe que iba a decirle, Él está de acuerdo...

-No tienes que justificarte -Magnus no quiso sonar tan arrogante, pero no pudo evitarlo.

-Confío en su criterio -dijo Tessa, con una sonrisa-. Son sus decisiones, no mías. ¿Puedes ir y prepararte? Voy a explicarle algunas cosas a tu amigo.

Alec dudó pero se adelantó cuando Magnus le dijo que estaba bien.

-¿Qué haces aquí? -Tessa gruñó la pregunta.

La Luna nunca antes había bajado.

Sabía, por supuesto, que Magnus lo estaba intentando, que hace semanas pasaba los días en la Tierra y las noches en el Cielo. Pero... ¿esto?

-Acompaño al padre de mis hijos.

-¿Él lo sabe?

-No. No todavía.

-¿Cuándo?

-No lo sé. Voy...quiero hablar con el Ángel antes.

-¿Y cuándo será eso?

-Iba a hacerlo hoy. Creo que tendrá que ser mañana.

Tessa suspiró. -Sabes que sólo intento ayudar. No quiero para Alec y sus hijos mi destino -Magnus asintió y presionó suavemente su hombro, no era su hija, no de él, pero sí de la Luna, y eso los unía-. ¿Listo para compartir este momento con Alec?

-Tendría que haber estado desde la primera vez. Supongo que estoy a tiempo.



CONTINUARÁ...

Hijo de la luna (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora