CAPITULO 12 "Descubre a tu sombra"

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– Como diga. Hasta luego. –me apresuré a alejarme del pervertido.

Giré en el primer desvío y me choqué contra alguien nuevo. Yo caí pero el se mantuvo en pie. Extendió su mano y me ayudo a levantarme preocupado por si me había lastimado.

– ¿Estás bien? –preguntó

– ¿Hannah? –preguntó Grace desde unos pasos atrás de él. El sujeto se sorprendió al escuchar mi nombre.  

– Si, la torpe y apresurada Hannah ataca de nuevo. –bromeé alzándome de hombros. Ambos rieron

–  Permíteme presentarme a mi nuevo, barra viejo, compañero de Aritmética Integral, Victor Evans.

– Un gusto... 

– Mi amiga Hannah O'Brien, encargada del comité de bienvenidas y las visitas guiadas.  –estrechamos nuestras manos.

–  Ese no es mi título pero es básicamente lo que hago –sonreí – Pero... no me avisaron de un chico nuevo ahora que lo pienso... 

– No es nuevo, te dije que está en una de mis clases... – dijo Grace irónicamente antes de que él pueda responderme.

– Es cierto, disculpa. Entonces estás aquí desde antes que yo llegué a obtener mi función en esta institución. –me llegaron extraños recuerdos de haber visto su cara por los pasillos antes. 

– Así es, hace 4 años estudio aquí, me retrasé uno por algunos problemas.   

– Entiendo... –sonreí –Bueno... ehh... Victor, fue un gusto conocerte, ahora si me permiten... tengo una clase en unos minutos... –sonrisa otra vez.  

– Opino igual, fue un gusto, espero y nos volvamos a ver... –llevó el pelo que cayó sobre su ojo derecho de nuevo hasta detrás de su oreja.

– Tenlo por hecho, hablamos luego Grace. –seguí mi camino por el pasillo hasta mi salón. 

...

Un chico nuevo casi a un mes de comenzar el semestre. Un profesor que luego de darle lo que quería ni siquiera levantaba la vista para mirarme en los pasillos, de repente comenzó a acecharme. Un chico al que probablemente haya visto alguna vez en la universidad, aunque no estoy completamente segura, se hace amigo de Grace que normalmente demora un año en tomarle confianza a alguien ¿En qué estaba pensando? Todo esto pasa a los días de que Grace haya hecho contacto con un misterioso portador.

Salí de la ducha completamente desnuda. Tomé una rebanada de pizza que Garenisse había ordenado. Si no almuerzo, en la noche parezco una aspiradora de comida.  

Me senté al bordé de la cama a pensar. 

¡Los auriculares! Esa es la forma en que comprobaré quien es.

 Busque las pruebas de la escena del crimen en el cajón donde los había escondido y me acosté en la cama. 

Creo que debería vestirme antes de hacer esto.

Me desperté dentro de un cobertizo. Se notaba que era de día a través de las rendijas que había entre las tablas, pero adentro a duras penas se lograba ver algo. Habían una mesa con un televisor;dos puertas, una daba a un baño; también dos camas.

Le dije a Garenisse que no iba matar a nadie, así que decidió quedarse en casa. Creo que me voy a arrepentir de haberle dicho eso.

 En una de ellas había alguien recostado. Imaginé una linterna y la encendí. Dirigí la luz hasta la cama, alumbrando sus pies, moví la luz hacia la derecha. El sujeto en la cama me observaba directamente. Me asusté y salí a toda velocidad por la puerta hacia una casa un tanto descuidada, rodeé la piscina y llegué hasta el frente de la casa. Me sostuve sobre mis rodillas mientras recuperaba el aliento.  El día empezó a nublarse rápidamente, y en poco tiempo comenzaron a caer gotas, cada vez más cantidad, hasta que no podía ver a más de unos pasos.

Si quería averiguar algo, debía entrar a la casa. Caminé hasta la entrada e intenté ver el interior pero las ventanas estaban cubiertas con tablas. La puerta estaba entreabierta así que entré.

Normalmente eso sería una carnada.

La puerta daba a un gran living, que conectaba con la cocina y el comedor. En el medio había unas escaleras. Las proporciones no eran iguales a como se veía la casa desde afuera. Desde adentro no se veía la lluvia por las ventanas que ya no estaban cubiertas. El Sol iluminaba por completo el lugar. Observé por la ventana y vi una familia jugando alrededor de un gran árbol de el que colgaba un columpio, pero eso parecía solamente un recuerdo, tenía que subir las escaleras.

Subí cada escalón lo más lento posible y llegué a una habitación que me puso la piel de gallina. Seguía estando dentro de la casa pero ahora era todo lo contrario a lo que vi en la planta baja. Las paredes eran rojas y tenían adosadas antorchas que eran la única iluminación del lugar sin ventanas ni puertas. 

En el centro había un sofá donde dos niños estaban sentados. A su alrededor, unas sombras con siluetas humanas estaban como sus guardaespaldas. Frente a ellos, un hombre se encontraba desollando un cuerpo sin vida. Los niños observaban la escena y aplaudían con ánimo. Yo contuve mis ganas de vomitar. 

Di unos pasos hacia atrás para volver a la agradable habitación anterior, pero la escalera había desaparecido.

Me movía sigilosamente buscando una salida y observando que nada en la grotesca escena notara mi presencia. 

La niña giró la mirada y me observó con unos ojos que parecían estar dibujados con crayón. Comenzó a gritar y luego la siguió el niño.

Las sombras se giraron, lo noté porque de sus rostros se veían dos luces rojas apuntando hacia mi. 

Eché a correr sin un lugar al que ir, las sombras me perseguían. Tropecé con algo y entonces aparecí en el estacionamiento de nuestra universidad. Me alivié completamente.

Levanté la mirada y lo vi sonriendo.

Me desperté al instante.

Ni Ian. Ni el profesor Miller. Ni Victor.

¿Quién demonios era el chico de largo cabello oscuro? 

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