CAPITULO 6 "La verdad que se esconde"

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Fort Collins, Colorado – 30 de Agosto

POV Grace

Me sentí mal toda la mañana. Decidí saltarme la primera clase y quedarme a dormir unas horas más. El día estaba gris e inestable, con vientos que parecían estar prediciendo que iba a llover pronto, pero eso no lo dijo el pronóstico era sólo una suposición. Estacioné mi auto en el aparcamiento que se encontraba delante de la universidad. Me bajé y me senté sobre el parachoques a esperar a Hannah. Quedé en encontrarme ahí con ella luego de la última clase e irnos a Pop's, un café que estaba a unas cuadras de ahí. 

  – Disculpa la demora. –dijo Hannah a mi derecha, me sobresalté al escucharla, me tomó desprevenida.

– ¡Idiota! –lancé con una leve sonrisa y con una mano sobre mi exaltado corazón – la próxima me matas –ella soltó una carcajada – vamos, sube ya al coche.

 El ambiente en Pop's estaba demasiado silencioso, así como el día en general. Usualmente el café se encontraba abarrotado de universitarios escandalosos que se dirigían directamente aquí luego de clases a quitarse todo el estrés del día y a escuchar buena música, pero hoy el lugar se encontraba desolado, nadie más que el dueño, un par de hombres en la barra, Hannah y yo. Nosotras nos sentábamos en nuestra mesa de siempre, en la esquina donde teníamos una vista panorámica de las avenidas Illinois y Lincoln, las más transitadas de la ciudad.

  – Aquí está su orden, un Capuccino y una malteada de chocolate y crema batida, disfrútenlo.

  – ¡Gracias Larry! –le respondí y luego se marchó.

  – Bien.. ahora sí... ¿Quieres explicarme por qué me dejaste plantada ayer? –frunció el ceño.

– No me vas a creer. Me desmayé, en pleno centro comercial, nunca me pasó algo parecido. Al levantarme no podía enfocar mi mirada en algo fijo. Estaba muy mareada y la cabeza me explotaba. 

  – ¡No jodas! ¿Cómo llegaste a tu casa?¿Por qué no me pediste que pase por ti? Debiste haberme avisado al instante de que recobraste el conocimiento. – su expresión cambió a preocupación.

–  Luego de estabilizarme un poco, mi vecina, que también estaba haciendo compras, me reconoció y me llevó hasta casa.  –bebí de mi malteada – Ya en mi casa tomé un par de pastillas y me fui directo a la cama. Me levanté de ahí hace aproximadamente una hora. Como nueva. Como si nada hubiera pasado. –solté un suspiro para finalizar mi breve relato. Hannah seguía preocupada por lo que le había acabado de contar.   

  – ¿Segura que ya estás mejor?¿No deberías hacerte algunos estudios?

  – Voy a esperar. Si vuelve a pasar iré... –dije alzando los hombros – Sinceramente no creo que sea algún problema de salud. Los análisis que me hice hace unos meses estaban perfectos. Es imposible que haya enfermado de la noche a la mañana. Esto estaba junto a mi cuando recuperé el conocimiento. – me incliné sobre mi bolso y tomé los auriculares que estaban a mi lado cuando me ayudaron a pararme en el mercado. Los arrastré sobre la mesa hasta su alcance.

Su mirada se llenó de intriga. 

  –No creerás que... –asentí con la cabeza –Vamos a casa. –exclamó decidida mientras bebía lo que quedaba de su capuccino – Saquémonos las dudas de lo que te pasó. 

...

– Recuéstate. –me dijo, mientras le contaba a Garenisse mi enigmática historia y lo que planeábamos hacer en mi cabeza – Ya sabes como es esto. –asentí y ella tomó mi mano sentándose a mi lado. 

Aliados de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora