Trece

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El viento frío hizo que los cabellos de su rubio flequillo se movieran por su rostro, causándole pequeñas cosquillas y unos cuantos escalofríos, envolvió sus brazos sobre si misma, maldiciendose, muy en el fondo sabía que tenía que dejar de ser tan descuidada.

Giró su rostro cuando sintió que algo era depositado sobre sus hombros de forma delicada, encontrándose de frente con los oscuros ojos de Shikamaru, centrados en la oscura chaqueta que dejaba sobre Temari para cubrirla del frío.

—Hey espera, tú también tienes frío y te puedes enfermar. —intentó tomar parte de la chaqueta para devolvérsela a su dueño, pero Shikamaru fue mucho más rápido y puso sus cálidas manos sobre las de ella para detenerla, negando con un simple gesto de cabeza.

—No te preocupes por mí, yo también te podría decir lo mismo, no estamos como para que te enfermes, no es un riesgo al que me vaya a exponer, ¿bien? —Temari asintió, prácticamente embobada al ver los ojos de Shikamaru tan de cerca y el sentir sus manos –muy extrañamente– cálidas sobre las suyas, por primera vez se sintió más que protegida al estar cerca de un hombre que no fuesen los de su familia.—Bien. No hay mucho que hacer aquí, a parte de exponernos a uno que otro resfriado, pero como dije, no es un riesgo que vaya a correr. —carraspeo su garganta y se levantó lentamente.—Sabes que posiblemente esto no sea lo mejor ahora, pero créeme cuando te lo digo, es lo correcto.

Temari ladeó la cabeza, sintiendo como su corazón comenzaba a latir con una fuerza desenfrenada pero conocida, algo mezclado entre el miedo y la duda sobre si querer saber de algo que al final sabes que no te terminará gustando.

—¿Qué?

—Debemos hablar de tu embarazo, por lo menos con mi familia. —Temari sintió su cuerpo frío, como si la presión le bajara y el corazón le explotara de golpe, el viento frío no se comparaba en nada a ella.—No voy a mentir, estoy asustado, pero no les voy a ocultar algo así. Créeme que es lo mejor.

—No... —murmuró asustada.—¡No, no! Es una loca, Shikamaru. ¡Una locura! Yo no me voy a exponer a que me señalen por estar embarazada a los dieciocho años. Olvídalo.

—Temari, mírame.

—¡No! —se levantó de golpe.—¡No lo haré y no me vas a convencer! —sintió que sus ojos se aguaban rápidamente.—Esto es una estupidez, soy una tonta. —sintió todo su cuerpo rígido, no tenía por que seguir llorando ni mostrándose débil, no era así. Y se sentía imponente, por que lo que Shikamaru decía era nada más que la verdad y algo que debía afrontar.

—Escúchame. —puso sus manos en los hombros de ella y analizó su rostro, se veía como una chica realmente frágil y a la vez demasiado hermosa. Oh, no podía negarlo, era realmente bella.—Estamos juntos en esto, no te dejaré sola, pase lo que pase te acompañare en todo, lo juro. —Temari asintió bajando la cabeza, de pronto un enorme impulso de hundirse en el pecho de Shikamaru la invadió, en sí sabía que con eso podría sentirse más tranquila. Aquel mismo impulso que él también sintió, em grandes cantidades.—Confía en mí, me tienes a mí. Yo ahora tengo a nuestro hijo, y también te tengo a ti. —susurró tomando el rostro de ella entre sus manos, observándolo mucho más de cerca que antes. ¿Qué pasaba si...? Sin siquiera pensarlo muy bien, fue aproximando su rostro, deleitándose con cada parte del contrario, podía sentir sus respiraciones mezclándose de forma lenta, Shikamaru sentía que su pecho en cualquier momento explotaría.

—D-Debemos ir... A-Ah... Hay que irnos...

Shikamaru sonrió y la sostuvo de los brazos para verla a aquellos lindos ojos que siempre lo habían cautivado.

—Recuerda esto: juntos.

Estaban frente a la puerta de la casa de los Nara, pero Temari sentía que una vez que cruzara esa puerta las cosas iban a cambiar demasiado para ella y su vida.

Sudaba frío y le temblaban las manos a horrores, sentía el estómago revuelto y ya no sabía si era por la situación, por no haber comido nada o por la cantidad de emociones mezcladas que tuvo apenas durante la mañana.

—Bien, aquí vamos.

Una vez que la puerta fue abierta sintió que podría desmayarse ahí mismo, sus piernas temblaban y sentía que todo le daba vueltas, Shikamaru notó aquello y la sostuvo de la mano y la ayudó para que entrara a la casa.

—Tranquila, todo estará bien. —murmuró intentando tranquilizarla, pues ya se veía venir el ataque de pánico.

La casa no era demasiado grande pero si se acomodaba bien para una familia de cuatro a cinco personas, se notaba que la decoración estaba encargada al cien por ciento de la mano femenina de la casa, se sentía bastante acogida, pero por otro lado eso no quitaba los nervios.

—¿Por qué estás en casa a esta hora, eh, Shikamaru? —rápidamente se obligó a voltear, observando anonadada a una mujer de cabello largo y castaño, de ojos cafés.—Oh pero si es... Una chica...

El chillido que la madre de Shikamaru soltó alertó incluso al perro del vecino, Temari dio un salto por el susto, para luego sentir como unos brazos rodeaban su cuerpo completamente, por poco y robándole el aire.

¿Por qué aquella mujer que no la conocía la abrazaba como si fuesen conocidas de toda la vida?

—Mamá... —susurró Shikamaru, viendo con pena como Temari era estrujada en los brazos de su madre.—¡Bien, bien! Ya, basta.

—Lo siento cariño, Shikamaru suele ser un poco celoso algunas veces. —rió y le estiró la mejilla a su hijo.

Temari quiso reír, pero al recordar la razón por la cual se encontraban ahí, los nervios le volvieron inmediatamente, su corazón se aceleró, golpeándole el pecho con mucha fuerza, haciendo que en eso sus manos volvieran a temblar casi en desenfreno.

—Bueno, bueno. Mejor diganme por qué están aquí y no estudiando como todos los estudiantes cominues y corrientes. —se cruzó de brazos, viendo a los jóvenes con expectación.

Shikamaru tomó aire repetidas veces y tomó la mano de Temari delicadamente, sabiendo que el momento había llegado.

—Mamá, será mejor que tomes asiento, lo que te debo decir no es algo fácil de digerir. —sintió la pesada mirada de su madre sobre él, pero no podía flaquear, era ahora o nunca.—Mamá...

Juntos.

The father of my son┊Shikatema Donde viven las historias. Descúbrelo ahora