Uno

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El reloj de su muñeca marcaban las 6:38 de la mañana, caminaba por las —a esa hora— frías calles de Japón.

Sentía su cuerpo temblar y no era precisamente por el frío que había a esa hora de la mañana, no se veía el rostro, pero estaba pálida. Estaba asustada, nerviosa.

Flash back—

La fiesta estaba a su tope, el olor a alcohol estaba pregnado en cada una de las personas que estaba ahí, la música estaba en lo máximo, y entre ese montón de personas, en la barra, estaba ella.

No era la misma chica de todos los días, su típico peinado de cuatro coletas no existía en ese momento, su cabello le llegaba más abajo de los hombros, tenía un leve brillo en los labios y llevaba un vestido azul oscuro junto a unos zapatos negros con un taco no muy alto, sin duda estaba hermosa.

Pero lamentablemente no había alguna persona que pudiera disfrutar de su despampanante belleza.

Estaba sola dentro de ese lugar con desconocidos, con personas que en su vida había visto, y le daba igual estar sola y bebiendo. Jamás había pisado una fiesta, siempre estuvo bajo el estricto rigor de su Padre, no salía, ni un novio había tenido. Y ella tampoco se daba el gusto de desafiarlo como muchas veces le hubiera gustado.

Y ahora, que había cumplido la mayoría de edad hace apenas unas semanas, estaba celebrando su cumpleaños a su manera.

Estaba disfrutando de su tranquila soledad, hasta que apareció él.

Un chico de cabello negro, atado en una coleta, sus ojos oscuros estaban posados en la rubia, quien había estado ignorando todo con él, llevaba una camisa negra al igual que sus pantalones, las mangas de la camisa estaban arremangadas hasta sus codos.

¿En qué momento se dejó de ver como una problemática? —sus ojos se entrecerraron observando a la chica que tenía a unos centímetros de él.

¿Desde cuando... se ve guapo el idiota este? -vio de reojo como se iba acercando a ella con las manos en los bolsillos y una sonrisa ladina en los labios.

Sus pensamientos solo decían lo guapo que se veía en ese momento, y ella solo se intentaba convencer de que el alcohol le estaba jugando una mala pasada, es decir más de la mitad de su razonamiento estaba fundido por todo lo que había bebido esa noche, estaba ebria. Y tenía las ganas de echarle la culpa al alcohol.

¿Y qué? —Shikamaru apareció ante ella con una sonrisa burlona sentándose frente a ella.

¿Yo qué? ¿No tienes algo mejor que hacer?

Estoy en una fiesta dónde a la única persona que conozco, está frente a . A pesar de que no sea de mi agrado.

Si no soy de tu agrado puedes irte y ya, estoy ocupada.

The father of my son┊Shikatema Where stories live. Discover now