[07]

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Sin rechistar asiento y vuelvo por el camino que había hecho anteriormente, antes de irme veo las caras sorprendidas de Mickey e Ian, supongo que esas caras serán porque no me he quejado de nada.

¿De qué va a servir quejarse?

Además tampoco tengo tanto problema... ahora que no tengo ningún motivo para hablar con la rubia y hemos arreglado nuestros problemas podemos ser buenos vecinos y quien no dice que hasta amigos, al final el plan de Fiona me va a salir redondo, lo único malo que le veo es estudiar. A lo mejor si la hago reír más se olvida que voy solo allí por las clases.

—¡Fiona! —le grito desde la planta superior sin ganas de volver a bajar.

—¡Dime! —me devuelve el grito. Muy Gallagher de nuestra parte.

—¿¡Cuando empiezan las clases esas?!

—¡Mañana!

(...)

Toco a lo que se supone que hace de timbre, da igual cuántas veces lo vea me va a seguir pareciendo jodidamente raro y viejo. Tardan un poco en abrir pero lo acaba haciendo el mayordomo, estaría bien que algún día le preguntase su nombre aunque no creo que vaya a ser hoy ese día.

—Buenas tardes chico ¿Tan rápido nos echas de menos?

Me río por su intento de broma y niego antes de hablar, alguien está de buen humor, aunque tiene razón, vine ayer y ya estoy otra vez aquí.

—En realidad vengo a por las clases.

—Lo sé, lo sé, pasa —me abre más la puerta para que entre—. La señorita Gabriela ya te está esperando en la mesa del comedor con todo listo para vuestra clase.

Paso por la puerta dándole un asentimiento como agradecimiento por todo, aún con la distribución de la casa en mi mente me dirijo a la mesa, el mayordomo al ver que no tengo problema en llegar al sitio que me ha indicado vuelve a limpiar una estantería al lado de la entrada como supongo que estaba haciendo antes de mi llegada.

Al llegar a la mesa Gabriela está en la punta de la mesa con papeles encima y una pizarra de las que se pintan con rotuladores y luego se borra, es blanca con dos patas y ruedines para desplazarla, está situada justo en frente suyo así que supongo que yo ocuparé el lugar en el que está sentada. Se lo curra la chavala para sus clases..

Se le ve concentrada y distraída, no hablo para no asustarla, un par de segundos después de mi investigación levanta la vista y me sonríe. Supongo que yo también le voy cayendo mejor, aunque seguramente esas sonrisas se las regale a todo el mundo. Me sorprendo a mi mismo no gustándome mi propio pensamiento. 

—Nunca pensé en este poco tiempo que estaría dándote clases a ti.

—¿Las vueltas que da la vida verdad? —se ríe por mi frase de abuelo y me indica que me siente, nada más sentarme ella se levanta y va a escribir en la pizarra, pone las palabras "Español"

—No quiero que pienses que voy con prisas—me mira como disculpándose. Si supiese que lo último que me interesa de estar aqui es aprender el idioma—. Pero las clases son por horas y tampoco quiero que tu madre se enfade conmigo por tener que pagar más de lo que le dije cuando vino hablar conmigo ayer.

—¿Mi madre? —me río, sería más rico que cuando vendía droga si cada vez que confunden a Fiona con mi madre me pagarán—. Es mi hermana, Fiona.

(...)

Una hora después hay mil cosas en la pizarra, para ser pequeña la rubia la está empleando bastante bien. Miro de la pizarra a mí libreta, cómo esta me haga algún examen estoy bien jodido, no entiendo nada y espero que tampoco pida ver mí libreta porque le puede dar un infarto ¿He escrito en Chino o en Español?

Sigue apuntando animada mientras habla, se nota que le gusta dar clases. Al darse cuenta que he parado de apuntar después de una hora seguida haciéndolo ella también para lo que estaba haciendo.

—¿Pasa algo?

Le extiendo la libreta para que entienda más o menos lo que pasa, nada más echarle un vistazo ya tiene una mueca en la cara, arranca la página y la tira, tengo ganas de gritar un NO dramáticamente pero me lo guardo, eso era horrible de todas maneras.

—Viendo eso... —señala el papel arrugado del suelo, eso eran mis apuntes hace unos segundos—. No hace falta que tomes apuntes, hay gente que se le queda fácilmente sin tomar apuntes ¿Eres uno de esos?

Niego con la cabeza, no he hecho una mierda las pocas veces que he ido al instituto, me va a costar el doble que a una persona normal acostumbrarme. Parece agobiada pero intenta ocultarlo para no estresarme, valoro el gesto. Se sienta delante mío. Parece pensar algo inocentemente y de brazos cruzados vuelve a empezar a hablar.

—¿Qué hemos hecho hoy?

—Verbos —asiente complacida con mi respuesta—. Y...¿Descripciones?

—Adjetivos —me corrige más feliz que antes cuando estaba agobiada—. Mira el lado bueno, al final te has enterado de algo... A ver, dime un verbo y un adjetivo que hayas entendido de hoy.

—Coger.

Para mí sorpresa se empieza a reír en vez de ponerse roja como un tomate, ya he pillado cual son los tipos de chistes o bromas que le gustan a ella: Las que tienen un doble sentido o las que son más malas que pisar una mierda. Vuelve la risa de foca y joder, su risa me está pareciendo un poco horrible si no fuese porque cuando se ríe está adorable,no paro de imaginarme una foca pequeña.

—Eso ni siquiera lo hemos aprendido hoy Carl.

—Ya lo tenía aprendido de casa, he hecho mis deberes —me ajusto una pajarita imaginaría, niega con la cabeza divertida por mí broma y se levanta empezando a recoger.

—Ahora que pareces relajado acabamos la clase, por ser el primer día no le voy a cobrar nada a tu hermana pero me tiene que llamar para saber si tú tienes más ganas de hacer clases.

—Claro que tengo, rubia —me sale solo decirle el mote que siempre le digo en mi mente inconscientemente. Nos callamos los dos de golpe al notarlo y ella un poco incomoda carraspea. Con un asentimiento de cabeza rápido me voy de allí. Menuda cagada. Seguro que a este tipo de chicas le gusta más que le llamen princesa o algo así...

¿No has pensado que lo que no le gusta es que le ponga un mote alguien que no conoce de nada?

 Si pudiese pegarle un puñetazo a mi conciencia lo haría, pero sería pegarme un puñetazo a mi mismo. No lo veo muy rentable. 

Te sigo escuchando.

Me das igual.

Y tú a mi. 

Y en medio de una discusión con alguien que no existe salgo por la enorme puerta. Al salir de la casa estoy más cargado que en un principio con un estuche negro que me ha dado con bolis dentro y un pendrive, también con una libreta de bastantes páginas sin estrenar, no como el estuche que tiene bastantes palabras escritas con boli, no se lo que significan.

Dejo de mirar el estuche y voy a casa para la misma rutina de siempre: Instituto, casa, perder el tiempo, volver a casa. Tendría que hacer más amigas aparte de la rubia, aunque no creo que ella me considere su amigo, aún. Veo los pies de Lip debajo de nuestro coche en el jardín de casa, en vez de entrar directamente me siento encima de sus piernas para joder.

—Que buen asiento acabo de encontrar —hablo mientras reboto encima suyo.

—Que paliza te voy a dar enano —se remueve rápido para que me quite.

Para confirmar sus propias palabras me mete un rodillazo, como puede por su posición para hacerme levantar, cuando lo consigue está lleno de grasa y sudando.

—¿De dónde vienes? —se retira el sudor/grasa de la frente.

—De las clases con la rubia —me mira extrañado por el mote. Me corrijo para que me entienda—. La vecina.

—Ah...¿Y te la ha acabado mamando como a mí Karen?








Estatus;Carl GallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora