*Naruto, Yami no Kitsune*

*Capitulo 19: Enfrentando a la nueva amenaza*

-Konoha se hundia en las sombras de unas nubes que se vislumbraban amenazadoras que se encontraron con el amanecer del Sol, cubriendo a Konoha en su manto de vacío y frío. El viento comenzó a moverse lentamente a través de las calles, que de otro modo estarían vacías, llevando consigo el mal augurio que ahora invadía el pueblo, mientras un alma maldita entraba en sus grandes muros.

-Ya estamos aquí, mi amo ...

-La fría voz de un viajero que era un hombre alto de un 1'80 un poco mas bajo que la otra figura que usaba una capa para esconder su rostro resonó profundamente en el aire, esparciendo su horrible amenaza a través del viento. Pasó un corto momento antes de que una voz aún más aterradora hablara en respuesta, susurrando su oscuro mensaje.

-Bien, has hecho lo que esperaba que hicieras. Ahora, debemos encontrar al niño y matarlo, no quiero mas inconvenientes.

-El hombre de cabello oscuro lentamente bajó la cabeza y luego comenzó a dar un paso hacia adelante una vez más, pasando a través de las enormes puertas que custodiaban la entrada de Konoha. Su oscura capa negra se erizaba en el viento mientras la amenazadora espada que estaba atada en su cadera brillaba en advertencia de su peligro. Los dos guardias que estaban de pie en las puertas salieron corriendo rápidamente para encontrarse con el hombre, impidiendo que pasara más lejos.

-¡Detente ahí! Nadie puede entrar a este pueblo sin la debida autorización -El hombre alto de largo pelo azabache miro con esos ojos grises como el metal las pobres almas de aquéllos guardias, perforando sus corazones con su mirada gelida como el hielo .Uno de los guardias dio un paso atrás incómodo, sintiendo la cantidad inusualmente alta de  intención de matar que irradiaban las pupilas de este extraño.

-No eres de Konoha y por eso se lo considera peligroso -el otro tragó saliva al darse cuenta de que el hombre obviamente era extranjero -A menos que tengamos la documentación adecuada para despejarle la entrada, no puede pasar -La sombra de un hombre solo gruñó por lo bajo, liberando una pequeña cantidad de miedo en el aire a su alrededor. Su piel cubierta por las cenizas de sus victimas, mientas era adornada por esa sombría mirada comenzó a arrastrarse irritablemente, como si se dirigiera a la llamada de una presencia desconocida.

-Voy a donde a mi amo le plazca y tus tontos comentarios no imponen de ninguna orden. Tu mera presencia lo molesta mucho a mi amo -Ambos shinobi rápidamente agarraron un kunai de sus porta kunais, preparándose para una batalla si el hombre resistía sus esfuerzos, pero su intimidante exhibición solo se encontró con una arrogante sonrisa de su parte.

-¿Cuál ... Cual es tu nombre? ¿Por qué estás aquí? -Uno de los guardias tartamudeó temblando en puro horror.

-Tus patéticas excusas simple shinobi ni siquiera son dignas de mí para desenvainar mi espada, mucho menos para saber mi nombre -Antes de que nadie supiera lo que estaba pasando, la figura oscura estaba directamente frente a uno de sus agresores.

-Qué ... No ... No ... No tan rápido ...  -El otro guardia solo podía mirar con ojos  llenos de pánico mientras el agresor colocaba la palma de su mano contra el pecho de su compañero y formaba sellos con la mano restante mientras de la mano que estaba sobre el corazón del guardián empezó a canalizar una energía oscura al cuerpo del hombre. Todo había terminado en un abrir y cerrar de ojos y el cuerpo del hombre rápidamente cayó muerto al suelo.

-Así que ... Eran simples palabras de un débilucho, un alma patética que ni siquiera vale la pena el tiempo que gasto en  matarla. Ninguno de ustedes es digno de la presencia de mi maestro. La vida que fluye en sus venas alimentará su hambre y sus almas saciarán su sed, tienen suerte de que sus vidas no serán en balde, no vivirás para ver esta estúpida aldea envuelta en fuego y oscuridad caundo Kurayami-Sama llege a este estúpido mundo de nuevo.