Primera vez

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Yugbam

Bambam estaba totalmente consciente que el chico que lo estaba besando con miedo era inexperto en todo lo que refería a relaciones homosexuales, pero eso no detuvo las inmensas ganas que le traía a su mejor amigo. El pelinegro tomó la cintura del mayor con fuerza al sentir cómo la lengua del tailandés se introdujo en su cavidad bucal con desespero y lo recostó en la cama posicionándose en el medio de sus piernas. Lo tomó por los muslos apegando más sus miembros y restregándolos con algo de fuerza, sorprendiéndose a sí mismo de lo mucho que lo excitaba tener a su mejor amigo de esa forma.

Bambam le quitó la camiseta dejando ver el delgado cuerpo del pelinegro y con su mano derecha recorrió todo su torso hasta el inicio de sus pantalones mientras que recibía húmedos besos y chupetones en el cuello haciéndolo gemir. Su ropa fue la primera en quedar en el piso mientras que Yugyeom conservaba sus ajustados pantalones negros.

-Quiero que me azotes, Gyeomie.- El pelirrojo susurró en el oído de su amigo y a los segundos se dio vuelta colocando una almohada en su estómago para elevar más su trasero. Yugyeom se encontraba apreciando la vista que el mayor le estaba dando, pasó un mano por su trasero acariciándolo y luego le fió un golpe suave. -Si vas a pegarme hazlo con ganas, Gyeomie ¿Acaso tus novias no te pedían esto?- Al darse cuenta que el chico no respondía dio vuelta la cara topándose con las mejillas rojas del alto y le regaló un tímida sonrisa.

-Nunca he llegado a esta situación con ninguna chica.- Bambam abrió los ojos de par en par, realmente creía que su mejor amigo era todo un Dios del sexo y que cada una de sus novias terminaba sí o sí en su cama.

-Estas bromeando, ¿Verdad?- El chico negó. -Okey, vamos a parar con esto, ¿Si?- El pelirrojo quiso levantarse pero su amigo empujó su cuerpo de nuevo a la posición que estaba y le propinó un azote en su nalga derecha, el gemido del chico hizo que su miembro se revolviera en sus pantalones.

-No he dicho que vamos a parar, solo te he aclarado que eres mi primera experiencia sexual- Dio otro golpe pero esta vez en su nalga izquierda, alternando así diez golpes en total. A ese punto, la erección del pelinegro dolía, mientras que el pelirrojo estaba recuperándose de su reciente eyaculación.

Yugyeom tomó ambas nalgas con fuerza y las separó dejando ver la rosada entrada de su amigo y dejó escapar un gruñido. No sabía de dónde estaba sacando todo lo que estaba haciendo, no lo había visto en ningún vídeo debido a que se creía cien por ciento heterosexual. Quizás el darse cuenta que ninguna chica lo calentaba y que Bambam sí, como esa vez que su mejor amigo apareció con unos pantalones semi ajustados y una remera algo escotada y suelta... y ¡Dios! podía jurar que cuando vio aquella gargantilla en su cuello iba morir.

Comenzó a besar desde la espalda baja del pelirrojo hasta la nuca y luego le chupó el lóbulo de la oreja, sin dejar de masajear su trasero pegando, a su vez, su gran erección en él. El mayor gimió al sentir el miembro caliente de Yugyeom y alzó un poco más su trasero para hacer fricción ganándose un excitante gruñido del más alto.

Yugyeom hizo nuevamente un recorrido de besos desde su nuca hasta su trasero, dejando besos en cada una de sus nalgas calientes y rojas debido a los golpes que anteriormente le había dado, mordió cada una de ellas y se alejó para apreciar su obra. ¡Diablos! Deseaba tener una cámara cerca para poder fotografiarlo, sus grandes manos estaban perfectamente marcadas en rojo y las mordidas recién hechas quedarían de un color violáceo.

-No te das ni una maldita idea de lo caliente que te ves de esta forma. Voy a follarte tan duro que no recordarás ni tu nombre, Kunpimook.- El nombrado gimió al escuchar las rudas palabras dichas por su mejor amigo.

Alargo una de sus manos hasta llegar a la boca del pelirrojo y meter tres de dos en ella, con su mano restante rozó su entrada haciéndolo gemir sobre sus dedos. Sacó los dedos y comenzó a preparar al chico, al momento de meter el segundo dedo -junto con su nombre en un suave gemido- se deleitó al sentir lo caliente y apretado que estaba su interior. Siguió moviendo sus dedos de diferentes formas para dilatarlo lo mejor posible, agregó su tercer dedo y le dio otro golpe a Bambam haciendo que se sobresalte y de un gemido combinado con un sollozo. Comenzó a murmurar unos suaves "por favor" provocando que todo el  cuerpo de Yugyeom reaccionara, poniéndose más duro de lo que ya estaba dentro de sus pantalones.

Bambam sintió como los dedos de su interior eran retirados. Gimió con fuerza el nombre del menor cuando sintió como la lengua del pelinegro daba caricias a su entrada y se metía en su agujero haciéndolo sisear de placer. Yugyeom besó las nalgas de Bambam mientras desabrochaba sus pantalones, cuando sus manos estuvieron desocupadas y el desnudo; abrió y apretó las nalgas del pelirrojo para luego escupir en él. Se llevó una mano a la boca y la lamió para luego masajear un poco su miembro; se relamió los labios ante la escena que tenía frente a él y anticipando lo que vendría en unos momentos.

-Gyeomie~ por favor.- Su voz se convirtió en un susurro desesperado, el cual fue cortado bruscamente cuando sintió la punta del miembro ajeno adentrarse en él. Apretó las sábanas con sus manos y hundió su cara en la almohada casi gritando de placer cuando se sintió completamente lleno. Yugyeom gruñó cuando se adentró por completo y apretó el agarre de sus manos, enterrando sus pulgares en la espalda baja del tailandés.

Se quedó quieto en su lugar por un tiempo, dejando que todas las sensaciones inunden su cuerpo. Luego, se alejó y se enterró nuevamente con fuerza haciendo que Bambam arqueara su espalda mientras maldecía. Las embestidas que daba el menor eran sin ritmo pero profundas, haciendo que el pelirrojo gimiera sin parar y sintiéndose totalmente lleno. Alzó su trasero buscando aún más placer, Yugyeom azotó nuevamente una de las nalgas de Bambam ésta vez con más fuerza, ganándose un chillido de su mayor.

-Así es como te gusta ¿Verdad?- Le preguntó agarrando lo maraña de pelos rojos y tirando con fuerza para así alzar su cabeza sin dejar de embestirlo y apretar su mano restante en su cadera.

-Ah... ¡Sí! Más, quiero más.- Los ojos del tailandés se pusieron el blanco cuando Yugyeom encontró su punto sensible y comenzó a arremeter contra él de una forma más regular. El menor no soltó en ningún momento la cabeza de Bambam, manteniéndola en alto escuchando con claridad los sonidos que hacía. -¡Ah! Yu...-

-¡Mierda, Bam! Sí, haz  eso de nuevo.- Cumpliendo las peticiones del menor, Bambam contrajo a propósito su entrada aprisionando el miembro de Yugyeom.

Yugyeom gruñó casi gritando, apretando con fuerza el agarre de ambas manos. El tailandes sintió como su interior era llenado con el esperma tibio del pelinegro y se vino en la almohada él también. Los cabellos del mayor fueron soltados y su cabeza impacto con el colchón mientras respiraba agitado.

Un peso muerto cayó a su lado y abrió los ojos encontrándose con el rostro de su mejor amigo, el cual tenía los ojos cerrados y respiraba agitado con la boca semiabierta. Alzó una mano y le acomodó los cabellos de su cara mientras lo acariciaba un poco; Yugyeom sonrió antes de abrir los ojos y mirarlo fijamente.

-Eso fue... grandioso.- Las palabras de Bambam salieron algo roncas pero suaves a la vez.

-Lamento que haya sido tan corto.- Su mejor amigo sonrió y negó mientras cerraba los ojos, se movió acercándose un poco más a Yugyeom  dejando que éste lo cubra con las mantas y lo abrace. -Descansa ahora, más tarde te lo compensaré aunque no quieras.- Las palabras salieron en un gruñido haciendo estremecer todo el cuerpo de Bambam.




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