En los sofás color chocolate había otros cuatro chicos sentados, cuando entramos en la habitación, todos nos miraron causando un leve sentimiento de intimidación que intenté mantener a raya.

Abraham me miró sonriendo, intentando que me tranquilizara, luego de sentarnos frente a ellos. Supe que venían las presentaciones.

–Kacey, él es Mike Alcázar. –Un chico un poco más bajo que Abraham se acercó a nosotros, entonces pude ver que sus ojos eran de un color miel precioso. Tomé la mano que me ofrecía y la estreché. –Ella es Lacey, Ethan y Zed.

Saludé con un gesto torpe de mano, tener la mirada de Jacob sobre mí solo me volvió más torpe, hasta que asintió como si me animara a conocerlos. –Hola, es un gusto.

–Hola, Kacey. –Ethan se había animado a responder, tenía unos ojos tan azules como el mar, con su misma calma, aquella comparación me hizo sonreírle.

–Ellos son los Alcázar, a excepción de Jacob y Lacey.

Repasé la habitación de una rápida mirada. Tenían que ser primos, de lo contrario, no podía encontrar una respuesta coherente del porque todos son tan diferentes.

Zed, al contrario de Ethan, tiene ojos verdes, brillantes y alegres que se asemejan al color de la selva. Daniell, posee unos ojos marrones que destilan cariño para quien los mira, además de parecer que el sol brilla sobre su piel morena.

Me acerqué un poco más a Abraham, temiendo que mi pregunta sonara grosera. –¿Son primos o algo por el estilo?

–Casi aciertas. –Jacob rió bajito.

–Más bien, hermanos. –Abraham hizo señas para que se callaran pero parecieron comprenderlo tarde. –Zed, Daniell y yo somos hermanos, hijos de Mike.

Miré a Abraham desconcertada, sintiendo que era el objeto de una broma grupal para probar que tan crédula puede ser la gente.

–Y Lacey es hija de Jacob, mi novio. –Daniell acababa de poner la cereza del pastel.

El de ojos grises a mi lado, parecía querer matarlos por lo que mi lado racional terminó por aceptar que era una mentira.

–Que bromistas...

La risita nerviosa que escuché solo desató mis nervios. –Pero no es broma.

–Tiene que serlo, parecen de la edad.

Daniell se giró a mirar a Mike quien mantenía su vista fija en Abraham. –Que no le dijiste...

–¿Cómo pueden parecer de la edad?

–Te lo explicaré todo. –Intervino. –Con detalles.

–Hazlo entonces.

–Es un tema complicado...

–Pues hazlo sencillo.

–Te lo explicaré. –Repitió intentando calmarme.

–¿Y cuándo?

–Pronto.

–¿Cuándo es pronto? –Insistí, sintiéndome al borde del pánico.

–Pronto, Kacey, pronto.

Sus evasivas solo lograban que imaginara múltiples escenarios, cada uno más ilógico que el anterior, llegando a recordar incluso los clichés de las novelas románticas que había leído en algún punto de mi vida.

Seguir insistiendo no me llevaría a nada y lo sabía, en el tiempo que tengo con Abraham había notado lo experto que es evadiendo situaciones y conversaciones que no quiere tener por lo que intentarlo más es una pérdida segura de tiempo.

Peligro. |TERMINADA|Where stories live. Discover now