Es impresionante lo rápido que han pasado estos tres días. Los cuales he pasado sola con Nate, es impresionante que me haya gustado tanto.
-Buenos días...- Oigo a alguien detrás mío y siento su brazo abrazar mi cintura.
Sonrío y me doy vuelta.
-Buenos días, Nathaniel.- Digo con voz somnolienta y él hace una mueca.- ¿No te gusta que te llamen así?
-No, bueno... Así me llaman mis padres.- Asiento y me acerco más a él, colocando mi pierna en su cadera, mis brazos alrededor de su nuca y mi cara en el hueco de su cuello. Sí, una posición muy extraña.
-Entonces... Buenos días, bebe.- Recalco lo último, siento como su pecho vibra al reír y hace que mi cabeza se aleje de su cuello.
Me mira. -Me gusta como suena.
Me sonrojo y le sonrío.
>>Hay que entregar el trabajo...
-Agh.- Hago una mueca y me cubro completamente con las sabanas.
Como Nate y yo no fuimos a la excursión, el profesor -que se quedó aquí- nos pidió explicaciones, nos dio un sermón y un trabajo para entregarlo hoy.
-Pero antes...- Nate saca las sabanas de mi cara y me mira sonriendo.- ¿Mi beso de buenos días?- Pregunta y hace que sus labios estén fruncidos, preparados para un beso.
-¡Pero si te di ayer un beso de buenas noches!- Bromeo y me río.
-Por eso ahora quiero uno de buenos días.- Me sonríe y se acerca a besarme.
Básicamente, los últimos días hemos conversado y conversado. Y para que mentir, besándonos mucho.
-Este es nuestro último despertar juntos.- Murmura Nate al alejarse de mis labios.- Te voy a extrañar.
Cosas como esta hacen que me derrita. Estos días he conocido otra parte de Nate. Una parte tierna, amable y muy cursi. No puede encantarme más. Coloco una de mis manos en su mejilla y la acaricio.
-Hemos pasado tres días seguidos sin dejar de vernos, ¿No quieres ya alejarte de mí?- Pregunto con un deje de humor, pero sé que a mis adentros, espero con ansias la respuesta.
-Para nada.- Me sonríe. ¿Cuándo deja de sonreír? Definitivamente amo su sonrisa.- ¿Tu?
Le sonrío y escondo mi cara nuevamente en el hueco de su cuello.
Sin esperar más, digo: -Me han encantado estos días.
Siento como sonríe, toma mi cara para que lo mire a los ojos. Se acerca a mi mejilla, y sorprendiéndome, me da un beso. Un húmedo y muy lento beso. ¿Cómo ese gesto tan simple puede despertar cosas en mí que nunca nada ni nadie lo había hecho antes?
Cuando se aleja, se acerca a mi otra mejilla y la besa de igual modo. Luego, rápidamente, tomo su rostro y beso sus labios.
No puedo evitarlo. Sus labios son tan perfectos y saben tan bien.
De un momento a otro, da una vuelta y queda encima mío, con las manos a los lados de mi cabeza.
Nos besamos un largo rato, hasta que Nate se aleja y empieza a besar mi mejilla, luego mi mentón y finalmente mi cuello.
Suspiro. -Extrañaré hacer esto en las mañanas...- Mi voz es apenas audible.
Lo sé, sólo hemos pasado dos mañanas juntos. Pero con una basta y sobra para hacerme adicta a él.
Se separa de mi cuello y me mira a los ojos.
Sonríe. -¿Qué tal si... Seguimos haciéndolo?
ESTÁS LEYENDO
Viviendo En Un Internado [Secuela De VCMH] [Editando]
Humor-No es necesario leer VCMH aunque leyéndola entenderían mejor- Brooke Meller, una chica muy terca y sarcástica Nate Campbell, un chico muy egocéntrico y mujeriego Dos personas muy diferentes, pero a la vez m...