Capítulo 23

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   Cuando Peter bajo del caballo, la vio. Estaba acostada de lado, abrazándose el cuerpo con los brazos, con la mirada perdida y en una postura totalmente vencida. Con un ostentoso
vestido blanco, la falda que la cubría de la cintura para abajo estaba raída, sucia, desgastada, con partes rotas, como si hubiese sufrido un grave accidente o la hubiesen tratado de romper.
El corsé y parte del vestido de arriba estaba sucio, con manos marcadas
por todos lados, a su lado había dos retazos de tela, los guantes. La observo un momento.

Se sentó a su lado dándole ligeramente la espalda, se volteo y observo su rostro surcado de
lágrimas y sus pelos desparramados por su cuerpo y por el suelo lleno de hojas secas.

Clavo sus vivaces ojos en el y sin decir nada se levanto lentamente, el la ayudo a sentarse y espero pacientemente mientras ella lo miraba. Como una niña pequeña se llevo las manos a su rostro y se quito el pelo de la cara, el le limpio las lágrimas que caían silenciosamente.

— ¿Qué haces aquí? — Le pregunto con la voz ronca.

Peter apoyo los codos en sus rodillas y cruzo los brazos encima, miro hacia adelante, admiro el paisaje un momento y luego volteo a mirarla, suspiro y contesto:

— Supongo que admirando el paisaje como tu.

Ella miro hacia adelante. Observaron en silencio los arboles, el pequeño lago que pasaba tranquilamente, el sol que se reflejaba en el agua y el extenso paisaje que tenían enfrente.

— Ahora entiendo porque no usas jamás el blanco. – Se burlo suavemente.

- Tuve unos pequeños problemas. – casi sonrió.

La miro detenidamente y vio sus manos sucias, las marcas en sus vestido, pedazos de tela
a su alrededor y la falda tironeada.

— ¿Qué fue lo que trataste de hacer? — Preguntó curioso mientras levantaba retazos de tela.

— Tratando de quitármelo. La falda me pesa, y el corsé me apretaba, esta muy ceñido.

— ¿Te ayudo? — Le pregunto afablemente.

Sin palabras se volteo un poco y metódicamente le desprendió los botones pequeños de la espalda, aflojo las ballenas del corsé y la sintió respirar profundamente.
De un limpio tirón rasgo la parte de atrás de la falda, la cual se descosió y le quito las enaguas, ella se movía,
levantaba y corría lo necesario para que el le quitase toda la falda del vestido. Cuando se volvió a voltear solo tenia la parte de arriba del vestido y le tapaba las piernas la seda un poco desgarrada y sucia de la falda.

— Gracias.

Mandy lo miro y el estaba mirado hacia adelante, vio su perfil y se miro las manos con la mente en blanco. Vio las manchas de tierra, las unas sucias y rotas.

Ya no tenia mas ganas de nada, había perdido todo, lo había dejado todo. Jamás había entregado nada sin pelear, había peleado por su vida, por dinero, propiedades, todo. Pero jamás entrego su corazón, en realidad, ni siquiera tuvo tiempo de negociarlo. La pillo desprevenida, con la guardia
baja. Nunca tuvo la oportunidad.

Trataba a los hombres como números, porque a eso se había reducido su vida desde los quince años. No había conocido el amor, solo el amor que
con los años se fue forjando con Matt, pero después nada más. Había elegido  amar a muy pocas personas, Peter era uno de ellos. Pero ni los años habían podido quitarlo de su corazón, de sus pensamientos. Pero llego un momento en que se había cansado de pelear
contra todo, era una pesada carga que llevar a cuestas. No podía negar mas lo que sentía, lo amaba indebidamente, intensamente y ese amor jamás se había apagado, ni siquiera en los diez años que llevaba sin verlo. Su cuerpo anhelaba el contacto de el, cada mirada que
el le dedicaba era un bálsamo para su alma, cada caricia que había recibido era un recordatorio que era capaz de amar, que una vez amo. No importa sino fue amada por el, ella igual aprendió que era capaz de amar. Y eso lo convertía en objeto de amor, porque cuando uno ama sinceramente, quiere la felicidad del otro, no el sufrimiento. Cuando uno
ama realmente, no importa si ese amor es reciproco, lo que importa que el objeto de amor sea feliz, porque el simple hecho de amar demuestra a uno mismo que algún día también
puede llegar a ser un objeto de amor, y eso es a lo que uno aspira, a amar y ser amado.

La Reputación De Amanda ✔Where stories live. Discover now