Capítulo 20

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    Mandy estaba sentada en la sala con Matt revisando papeles, contratos y haciendo cuentas. Se casaría dentro de tres días y ella no quería que su marido tomara posesión de
su dinero.

Ella seguiría haciéndose cargo de la administración de sus salas, fábricas, y demás negocios. Al igual que Matt, quien visitaría las salas a diario.

Traspasaría todo su dinero, propiedades, y demás cosas de valor a nombre de su único y confiable amigo, para que su futuro marido, no pudiese tocar un solo penique. Dejaría solo una pequeña dote, para que la administre su marido.

Cuando estaba por firmar el contrato en donde constataba que el dinero y demás posesiones materiales pertenecían a Amanda y quien seria ella la única autorizada en tocar ese dinero y administrarlo, miro a su amigo.

Quien estaba mirando aburrido la hoja de papel que le había alcanzado. Levanto el vaso de whisky y tomo un
trago observándolo. Este la miro inexpresivamente y se movió para servirse más whisky.
Tomaron en silencio apacible durante un rato. Cuando la botella se acabo, llamo a Maggie, quien se llevo la botella vacía y la reemplazo por otra. Se volvieron a servir y Mandy lo
observo tomar. Se pregunto si la decisión que había tomado, con respecto a Annie era la mejor.

Matt había estado bastante triste en los últimos días. Durante la semana que habían vuelto de la casa de su hermano, el había estado muy callado y en una ocasión se había
emborrachado. Tomo el papel de la mesita y se lo puso enfrente, fingió leer durante mucho tiempo, mientras el tomaba sin parar. Para cuando la botella se volvió a acabar, ella no
había tomado un trago.

Definitivamente no estaba bien.

— ¿Estas pensando en ella? — Le pregunto afablemente.

— Si.

— ¿Y a que conclusión has llegado?

— No tengo que llegar a ninguna conclusión. — Respondió tomando un trago tranquilamente.

— Claro que debes llegar a una conclusión. Casi, repito. Casi, te tiraste a una mujer y ambos sabemos lo que eso significa.

— Nada significa. — Contestó con un suspiro.

— Te conozco desde que tenías dieciocho años. A mi no me puedes mentir. Sientes algo muy fuerte por esa mujer. No, solamente respeto.
¡Oh vamos! – Exclamó enojada. — ¡No me mientas tan descaradamente! ¡Admite la maldita verdad, estas estúpidamente enamorado de la hermana de nuestro peor enemigo!

— ¡Por supuesto que no! Y si así fuera, no es mi enemigo. — Rebatió su amigo, completamente en calma.

Mandy entrecerró sus increíbles ojos azules.

— Dime una cosa. ¿A cuantas mujeres les has hecho el amor, cuantas pasearon en tus sabanas, cuantas se te han ofrecido y tu las has tomado y cuantas quedaron prendadas de
ti?

— No lo se. — Comentó especulativo.

— Ahora dime: ¿A cuantas has dejado en la situación que dejaste a lady Annie?

— A muchas.

— ¡Mentira! — Exploto dándole un puñetazo a la mesa. — ¡Jamás dejaste de hacerle el amor a una mujer y mucho menos cuando has comenzado! Lady Anabelle ha sido la única. Puedes mentirte a ti mismo si quieres, pero yo me doy cuenta de lo malditamente enamorado que estas de ella, y no me vengas con esa estupidez de que no eres digno de ella, porque tu sabes mejor que yo que si lo eres. Tienes dinero de sobra para mantenerla a ella y a su hija
tranquilamente, eres mucho mejor y más respetado que algunos de los nobles que hemos conocido.

La Reputación De Amanda ✔Where stories live. Discover now