Capítulo XII. El comienzo (parte I)

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Narra Exterior.

Después de tantas guerras, Athena (Saori) había estado sola en el santuario, solo con la compañía de Shiryu, Hyoga, Shun e Ikki, Seiya había muerto igual que los dorados.
Mientras pensaba que hacer de nuevo en el santuario,(aparte de nada xD) un cosmo poderoso se hizo presente. Ella vio en la dirección en donde provenía ese cosmo y vio a un hombre delgado, en sus pies tenía alas igual que su casco, vestido con una sotana. Al mirarla, sonrió y se acercó a ella.

Shiryu: Saori, sentimos un...- se quedó en seco, pues vio al hombre.

Shiryu, Hyoga y Shun se pusieron adelante de Saori a modo protector.

Hyoga: ¿Quién eres? Responde.- dijo con seriedad, mirando al sujeto.
Shun: Su cosmo es poderoso- dijo, en la misma posición de batalla.
X1: Vaya, así que estos son tus caballeros, Athena.- dijo, con ironía.
Shun: No respondiste a la pregunta- dijo, bajando un poco la guardia.
X1: Caballero de Andrómeda,- Shun lo miro sorprendido- se ve que no tienen educación. Athena, por parte del Olimpo, te doy esta cita.- le extendió un sobre blanco con un sello, el sello de los dioses.
Saori: Gracias, Hermes, mensajero de los dioses- dijo, con una jovial sonrisa.
Caballeros: ¡Mensajero de los dioses!- dijeron a coro.
Saori: Así es, mis estimados caballeros, él es mi medio hermano, Hermes.
Hermes: El dios Zeus, nuestro padre, solicita tu presencia igual que tus caballeros. Ven de inmediato, es más... Vendrán conmigo.- dijo, con voz serena.

Todos vieron a Hermes con sorpresa y duda. Saori asintió y Hermes los llevo al Olimpo con su cosmo. Al estar ahí, las armaduras, rotas por la batalla de Hades, se volvieron nuevas, es más, ya no eran las armaduras de bronce, ahora eran las armaduras divinas.

Luego de haber entrado a una especie de palacio, Hermes les señaló un lugar, en la mesa de los dioses, para que se sentaran.

Saori hizo un gesto a sus caballeros para que se sentaran, ellos obedecieron y vieron como la mesa se iba llenando de hombres y mujeres, pero en la parte final del la mesa estaba vacío.

Shiryu: Hermes, Artemisa, Afrodita,- dijo, señalando disimuladamente a cada uno como los iba nombrando- Eris,- dijo, lanzandole una mirada fugaz a Hyoga- Dionisio y Eros. Parece que hay muchas importantes personas aquí.
Saori: Espero y se comporten.- dijo, como una advertencia.
Hyoga: Tranquila, Saori, no nos llamamos Seiya- río, pero calló de repente al ver la mirada triste de Saori- Perdon, no era mi intensión...
Saori: No... Estoy bien- sonrió, tristemente.
Shun: Ojalá Seiya siguiera vivo, pero...- dijo, y lanzó un suspiro- El hubiera dicho: esto es muy aburrido, pero te seguiré a donde quiera que vayas, Saori.- se río el mismo.
Hyoga: No, hubiera dicho: para esta junta, mejor me quedo en el santuario jugando con Kiki.- los tres se rieron.

Después de esa conversación, sintieron dos cosmos muy poderosos. Todos guardaron silencio, Saori se puso pálida, esos cosmos los conocía a la perfección. Vieron a Hades, seguido de Poseidón ingresar al palacio del Olimpo. Todos guardaron silencio ante la presencia de ellos. Los muchachos se tensaron al momento que ellos tomaron asiento.

Hyoga: ¿Que hacen ellos aquí?- cuestionó a Saori.

Ella solo se encogio de hombros. Hades vio a la dirección en donde estaban ellos y Shun lo vio a él. Al chocar miradas, Andrómeda vio en Hades debilidad. En cambio Hades, vio en él una hermosa criatura, tan pura que podría corromper. Se sonrojo un poco ante ese pensamiento y volteo su rostro hacia adelante de la mesa. Shun miro a Hyoga y este lo miro a él, sonríen como dos niños en complicidad.
Cuando todos estaban por retomar sus pláticas, una presencia se hizo en la mesa, todos guardaron silencio hasta que se mostró, fugazmente, un rayo y apareció en la silla del final de la mesa, un hombre musculoso, con barba y cabello blanco, sus expresiones eran serenas y se sentó con la majestuosidad de un rey. Todos inclinados sus rostros y el unió sus dedos de sus manos en su barbilla y cerro sus ojos. Después de un breve momento de silencio, el hombre hizo un sonido con la garganta y todos lo miraron.

Zeus: Buenos días, dioses y diosas, para los que vinieron con mi hija Athena, me presentaré, soy el dios Zeus, señor y rey de los dioses del Olimpo.
Caballeros: Es un placer, señor.- dijeron con la cabeza aún gacha.
Zeus: Veo que hace falta uno de ustedes...- Shun no pudo evitar alzar la mirada- Así es, niño, tu hermano falta, ¿Qué pasó con el?

Todos los presentes voltearon a ver a Shun, este paso saliva difícilmente en su garganta, en realidad, no sabía en donde estaba, desde que termino la guerra santa, se había ido a la Isla de la Muerte.

Zeus: Así que no sabes...- dijo, después de un silencio.- Bien...
Shun: Lo siento, señor, pero...- otra vez tuvo que callar por las miradas de los demás- Él dijo que quería ir a la Isla de la Muerte.
Zeus: Entiendo.- calló un momento- Bien, si están aquí es por una razón...- lanzó un amargo suspiro, todos lo miraron con duda- Y esa razón es un castigo para todos.

Todos se asombraron por lo dicho, los iba a castigar, ¿Por qué?

Hades: Pero, ¿Qué dices, Zeus?- se levantó de su silla- No podrás castigarnos a todos, además, ¿Por qué razón?
Zeus: Eso, mi querido hermano, tu lo sabes bien... No solo a Hades y sus espectros, sino a Athena, sus caballeros,- Saori y los chicos lo miraron con sorpresa- a Poseidón y sus marinas, y a Abel y sus guerreros solares.
Abel: Disculpe, padre, pero yo solo quise hacer la voluntad de los dioses.- se excuso.
Zeus: O tu voluntad- dijo, Abel solo callo- Bien, no convoque esta junta para pelear, sino para que resolvieran sus problemas y además...- hizo un pequeño silencio.- Sellare sus cosmos para que lo usen...
Poseidón: ¡¿Que?!- grito, alterado, ganandose la mirada de todos.
Zeus: Solo para sus respectivos labores, como tú Poseidón, lo usarás para manejar el mar, igual que tus marinas, tendrá el 50% de su cosmo. También para Athena y Hades, igual para ti, Abel.
Abel: Pero, padre...
Zeus: Silencio, no quiero excusas o un escándalo de parte de ustedes, ¿Entendieron?

Todos asintieron y se iban a marchar, pero Saori los llamo.

Saori: Espera, padre.

Zeus la miro, parecía examinar sus pensamientos, luego le indico que siguiera con lo que tenía que decirle.

Saori: Si reduces el cosmo de mis caballeros a la mitad, puedes hacerme un último favor.
Poseidón: ¿Favor?- pregunto con incredulidad, mirando asesinamente a Zeus.
Zeus: ¿Que favor deseas?
Saori: Pues...- se puso un poco nerviosa- quería que revivieras a mis caballeros dorados junto con Seiya. El santuario ya no es un lugar interesante.- dijo, con una sonrisa.
Zeus: Pues...- todos, incluidos sus hermanos los miraron- Solo con una condición.
Saori: ...- se puso a pensar- Está bien, ¿Cuál es tu condición?
Zeus: Que ya no haya más guerra entre ustedes- dijo, señalando a Hades, Poseidón, Abel y Athena- y que solo reine la paz, además de que si tratan de desobedecer está regla, su castigo será sellar su alma, ¿Entendido?
Poseidón: P-pero...- dijo, nervioso.
Hades: No puedes hacerlo.- finalizó, retandolo.
Zeus: No prueben mi paciencia, hermanos- dijo, con voz molesta.

Todos callaron.

Zeus: ¿entendienden?- dijo, aún más molesto, nadie dijo pio- dije, ¡¿Que si entendieron?!- grito, encendiendo su cosmo amenazadoramente. Todos asintieron, asustados.- Bien- iba hacia su cuarto, pero se detuvo- ustedes cuarto- dijo, señalando a los mencionados anteriormente- siganme.

Amor Inmortal [COMPLETA]*Where stories live. Discover now