¿Quién eres?

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Ya era una sensación tan conocida, pero no alcanzaban a acostumbrarse jamás. Había ocasiones en las que se despertaban con lágrimas cayendo por sus mejillas, mientras esa sensación de pérdida seguía instalada en su alma. No sabían qué habían perdido o si buscaban algo o a alguien. Sinceramente era desesperante, podían seguir con sus rutinas día con día pero aún así no podían ser de todo felices. El sentimiento los consumía. Los hacía seguir buscando.

Si pudiera decirse un momento en el que inició todo, ese fue la noche más mágica, aquel día en el que el cielo brindó un espectáculo digno de admirar. Un juego de luces relucía por la noche, colores verdes, azules y morados decoraban el cielo; podías verlo desde distintos lugares, pero lo importante es que dos chicos estaban presenciando aquello.

Desde aquel día, empezaron a ocurrir cosas extrañas.

Desde aquel día, empezaron a ocurrir cosas extrañas

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Dylan. Dylan. Dylan.

¿Que no te acuerdas?

Mi nombre es...

Una alarma sonó provocando que soltara un quejido, aunque... ¿Desde cuándo tenía ese tono de despertador? Se estiró, soltó un bostezo. ¿Qué día es? Creo que lunes, así que debo apurarme, al menos le toca el desayuno a papá...

Al abrir los ojos, se dió cuenta de que no tenía idea de dónde estaba. Era una habitación muy diferente a la suya, básicamente lo opuesta. ¡Ni siquiera estaba sobre una cama! Era un colchón y cobijas. Miró su cuerpo y tampoco lo reconocía. Su piel no era tan blanca, además de que su cuerpo es más fornido, y esa no era su pijama. Levantó un poco la playera. Maldición, ¿a dónde se ha ido su trabajo haciendo ejercicio?

De repente la puerta corrediza se abrió, era un niñito de cabello claro.

-Hermano, ¿qué estás haciendo? -dijo.

Frunció el ceño antes de volver a bajar su playera. ¿Qué sucedía?

-Espera... ¿Hermano?

-Eres raro, pero es tarde y ya está el desayuno. ¡Levántate! -exclamó el niño antes de cerrar la puerta de golpe.

Se quedó un momento donde estaba hasta que vió un espejo de cuerpo completo, así que se levantó rápidamente y caminó hasta ahí.

Cabello rubio, barbilla redonda, semblante serio, labios delgados. Se quitó la playera sin poder creer lo que miraba. Y entonces, soltó un grito.

 Y entonces, soltó un grito

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Your name (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora