Capítulo 9

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-Ya ha pasado una semana desde que Lauren no vive con nosotros. La verdad es que la extraño. Aunque sé que no está lejos.

-Lo sé hija. Todos la extrañamos...aunque estoy tan feliz de que se haya casado.-Respondió su madre mientras tejía.

-Es increíble que se haya casado antes que yo siendo ella la hermana menor.-Dijo riéndose.

-Ya encontrarás un hombre querida, uno guapo como Simon.

-Eso espero mamá. Ya voy necesitando un hombre.-Dijo poniéndose ansiosa.-¿Sabes? Me voy a montar, volveré luego.

-Oye hija, oscurece temprano. Recuerda no irte mucho tiempo.

-Si mamá.-Respondió saliendo por la puerta y dirigiéndose al granero.

Allí se encontraba Daniel dándole de comer a los animales.

-Daniel necesito mi caballo, me voy a montar cerca de las montañas.

-Si claro, ahí te lo saco afuera.-Dijo el muchacho tomando el animal.-Así que necesitas despejar la mente...

-Si, necesito hacerlo. Recuerdo que a Lauren le gustaba hacer eso.-Respondió ella recordando a su hermana.-Daniel...necesitaría también algo de compañía, ¿Podrías acompañarme?

-Por supuesto.-Le dijo de manera firme.-Sería un auténtico honor.

-Excelente, vamos.

Cada uno salió con sus respectivos caballos. Claro que resaltaba el hecho de que Daniel interrumpió su trabajo, solo para hacerle el favor a Keyna de ser su acompañante.

Iban montando hacia las montañas, hacia la zona que estaba llena de árboles, ya que era una zona preferida por muchos. Por primera vez en días el joven dejaba de estar estresado. El casamiento de Lauren lo había dejado destruido pero ahora, el andar cabalgando con Keyna, se le hacía un momento divertido y completo de distracción.

-Daniel, desde que llegaste aquí hemos tenido más tiempo en familia. Es decir, tu te encargas de todos los deberes. Nos alegramos de que hayas entrado en nuestras vidas. Quería que lo supieras.-Dijo mientras su caballo resoplaba.

-Gracias. Son muy buenas personas por haberme recibido.

-Y tu, eres un buen hombre.-Le confesó con una sonrisa.-Has aguantado al tonto de mi hermano y aún así sigues comportándote como un caballero con todos.

-Soy una persona fuerte, he aguantado muchas cosas. Pero ahora no hablemos de cosas así.-Le dijo bajándose del caballo.-Ven, iremos a caminar por allí.

Keyna empezaba ver al inquilino no como a un sirviente, sino como a un hombre a tener en cuenta. Se le iban haciendo ideas sobre él en la cabeza.

-Daniel, ¿Tu crees que soy bonita?-Preguntó con un toque de vergüenza y un tanto insegura.

-No deberías ni preguntarlo.-Le dijo mientras se le ponía de frente y empezaba a mirarla fijamente a los ojos.-Eres completamente hermosa Keyna.

Ella se quedó muda, mirándolo a la vista, sin saber que decir. Recordando que su madre le había dicho, que encontraría a un hombre pronto. Se preguntaba si acaso ha llegado el momento. Hasta comenzaba a ver muy guapo a Daniel.

-Creo que deberíamos volver. Debo seguir trabajando...

-S... si tienes razón.-Respondió la joven un tanto tímida por el momento de recién.

-Vamos.-Le dijo agarrándola de la espalda cerca de la cintura, acompañándola al caballo.

De manera rápida, Keyna comenzaba a ilusionarse con el inquilino, toda la escena anterior la había dejado atónita. Sin mencionar el comportamiento tan lindo de él en todo momento.

-Daniel en verdad eres una persona dulce.

-Lo mismo digo de ti, en serio...

Ella le sonrió, ya en su mente comenzaban a merodear cosas.

-Podríamos venir todos los días a caminar por aquí, ¿Te parece una buena idea?-Preguntó la joven.

-Claro.-Vendremos todos los días, te lo prometo Keyna.-Le respondió él, con claras intenciones de querer enamorarla.

Se subieron a sus caballos y partieron hacia la casa, más que nada porque Daniel tenía que terminar su trabajo. Debían llegar antes de que en señor Perkins, se diera cuenta.

Pero aún, Daniel buscaba su felicidad en todo esto, veía que en Keyna se encontraba la oportunidad de ser feliz. Pensando aparte, en como llevar a cabo esto con el señor Perkins...


El mestizoWhere stories live. Discover now