XXIII (23) - CAPÍTULO

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-Despierta.- Matt entra a mi habitación.

Siento como me mueven el hombro lentamente como hacían cuando era niña, y como aún hace realmente. Lo mueve lentamente de adelante hacia atrás una y otra vez.

Necesito dormir, ayer tuve una noche algo loca, pero esta vez la borracha no fui yo, mucho menos Carla, si no Kevin y Kyle.

Luego de estar lista para dormir mi amiga me llamó algo alterada reclamándo por haberla dejado sola con sus gemelos. Aparte de la borrachera decía algo de Kyle intenso y Kevin sentimental, era una mezcla que no podía soportar ni un segundo más.

Tengo entendido que los dejó tirados a ambos cerca de las escaleras de su casa, eso sería fuera de ella.

Carla es de poca paciencia, y me imagino que lidiar con borrachos es lo peor que se le puede pedir a la pobre.

-¡Susan, despierta!.- grita Matt haciéndome brincar de la cama.

-¿Siempre haces las cosas así en serio, Matt?.- digo empujándole mientras el echa a reír.

-Vamos levántate, que Steve me ha mandado a enseñarte a manejar.

-Pero, si ya sé.- digo mirándole ofendida.

-Sí sabes, pero no lo suficiente para andar sola en la calle.

-Bien, entonces fuera que debo bañarme. Tomo asiento en la cama alcanzando la cola para amararme el cabello. 

-Si quieres te acompaño.- dice Matt sonriéndome coqueto.

Estrecho mis ojos y le miro.

-¡Pues no!.- Me levanto.- por andar aceptando tus estúpidas propuestas ando con el Jesús en la boca.

-¿De qué hablas?.- pregunta Matt ladeando la cabeza.

-Olvídalo tonto.- respondo adentrándome al baño.

Me miro al espejo, soy un desastre cuando estoy recién levantada, mi cabello es un asco, mi cara es un asco, toda yo soy un asco, Carla siempre me lo recuerda.

¡Mierda Carla! necesito hablar con ella.

Abro lentamente la puerta de baño haciendo salir mi cabeza por si acaso Matt aún está aquí.

No se encuentra, salgo a buscar mi celular y me adentro nuevamente al baño.

El celular suena innumerables veces, pero no me doy por vencida, si no hablo con ella ahora entonces estaré practicamente sola en esto, y quiero que sea cuanto antes, quiero ir al hospital hoy.

-¿QUÉ?.- contesta Carla con un tono algo elevado y enojado.

-POR QUÉ NO ME CONTESTAS, ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?.- pregunto a Carla algo eufórica también.

Un pesado suspiro se oye en la otra línesa.

-Durmiendo, es lo que hacen las personas normales a las ocho de la mañana. ¿Qué esperabas? ¿Que estuviera viendo Barnie y sus amigos?.- vuelve a suspirar.

-Graciocita la niña.- respondo tomando asiento en mi cama.

Hacemos un corto silencio.

-¿Qué pasa Susan?.- dice Carla del otro lado.

-Necesito que me acompañes al hospital.- respondo con cierto miedo, sé que es mi amiga, pero es algo dura.

-¿Te sientes mal?, ¿estás enferma?.- pregunta Carla.

-Me siento algo mal, te cuento bien cuando nos encontremos ¿sí?.

-Paso por ti a las diez, ¿Te parece?

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