12. Alicia - "Llamada prohibida" (¡Capítulo inédito!)

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—Quería oír tu voz una vez más —admito—. No preguntes por qué.

Aunque no pueda verlo, siento que está sonriendo. Al menos yo lo hago. El placer que me produce hablar con una persona prohibida es más excitante de lo que podría ser cualquier intimidad con Carlos.

Gracias por no despreciarme —dice Max.

—¿Despreciarte?

Cualquier chica en tu lugar sentiría asco de mí. Tú, en cambio, eres diferente. No eres como los otros que son cercanos a la gobernación.

Sus palabrasprolongan mi sonrisa. Gracias a Marta, crecí con una personalidad distinta a lade algunas chicas de mi círculo en Athenia. Mientras que ellas se criaban enuna burbuja que no se extendía más allá de los muros electrificados de lavilla, yo crecía con relatos de un mundo en el que no nací, pero que no me eradesconocido.

Marta me hablaba detodo lo que los padres de Athenia suelen ocultarles a sus hijos, tal vez porquetambién se lo ocultaron a ellos. A pesar de ser pequeña para entender lamayoría de las cosas que Marta me decía sobre la realidad del país, leagradecía y le agradezco hasta el día de hoy por no permitir que me convirtieraen lo que mi madre quiso que fuera.

Sin embargo, ignorando cada enseñanza secretade Marta, me dejé llevar por mis sentimientos inmaduros hacia Carlos y aceptéser su pareja oficial cuando me lo propuso. Hoy me arrepiento. Estoy atada a ély nada excepto la muerte nos separará.

—Tienes una muy mala impresión de las personas de Athenia —le digo a Max.

Mi impresión no es tan diferente a la suya, pero tampoco es absolutamente mala. Sé que existe bondad en estas calles, es solo que la gente está cegada por la gobernación y encerrada en un capullo del que no podrían salir con facilidad.

Y Athenia tiene una mala impresión de los rebeldes —bufa Max—. Perdón, los "terroristas".

No puedo evitar reír.

—Si te sirve de algo, no creo que seas un terrorista. Es más, dudo que alguno de los rebeldes lo sea.

Me arrepiento de inmediato por haber dicho eso. De oírme algún espía o civil devoto al gobierno, ya estarían en camino las aeronaves y patrullas del Cuerpo de Protección. Debo ser cuidadosa con lo que hago y digo.

¿Hablas en serio? —Max suena esperanzado.

—¿Cómo lograste escapar? —pregunto para cambiar de tema. Cada palabra indebida se siente como una sentencia.

Me escondí junto a William en una casa cercana a la mía. Cuando las naves protectoras se fueron, vinimos a casa de uno de los nuestros. Contacté a un amigo para pedirle que te diera un mensaje...

—Lo recibí. Debo confesar que me dejó algo sorprendida.

¿Qué te sorprendió?

—Primero, que haya un rebelde infiltrado en el Cuerpo de Protección —respondo lo más bajo pero audible que puedo.

Max guarda silencio. Puedo sentir su miedo.

¿Y lo segundo? —Deja de lado el tema sobre el infiltrado.

—Que quisieras verme.

Otro silencio, esta vez uno incómodo. No se me ocurre qué decir a continuación.

Alicia, yo...

—Antes de que digas algo, debes saber que sostengo mi decisión de no volver a vernos —interrumpo.

Prohibidos [En físico]Where stories live. Discover now