12. Alicia - "Llamada prohibida" (¡Capítulo inédito!)

15.4K 2.4K 652
                                    

Marta me ha concedido unos minutos a solas en la cocina. Le he pedido espacio sin decirle para qué. Como siempre, ella solo asintió y se perdió entre las sombras de la casa, quizá con destino a su cuarto. Me gustaría saber qué secretos esconde ella. Sé que conoce las paredes que conforman la vivienda de mi familia como si fueran propias y que puede leer los pensamientos de cada persona bajo estos techos refinados. Sin pertenecerle, esta casa es más suya que de los Robles. Nos habríamos desmoronado hace mucho tiempo sin su presencia.

Ahora que estoy a solas, me acerco al teléfono inalámbrico de la cocina y marco el número de mi antiguo móvil, que ahora le pertenece a Max. De algún modo, los teléfonos inteligentes tienen la capacidad de reconocer cuando un traspaso se trata de un asalto, un préstamo o un obsequio. El que le regalé al rebelde, a quien no debería intentar contactar, será nuestro canal secreto para intercambiar palabras prohibidas que, si bien nos pondrán en peligro, nos cargarán de una exquisita y adictiva adrenalina.

Max contesta la llamada apenas suena el primer tono de espera.

—Llámame de regreso. —Me apresuro a decir antes de escuchar el casi inaudible pitido que indica que nuestra llamada es interferida por el Departamento de Monitoreo.

Es sabido por cada arkano que nuestras llamadas son interferidas, también nuestros mensajes e interacciones en la intranet. Las redes sociales que disponemos están atiborradas de espías del gobierno, y por esa razón prefiero no usarlas. Suficiente tengo con la poca privacidad que poseo en la vida real para dejarme espiar en la virtual. 

Si bien las llamadas son grabadas, siguen siendo el método de comunicación más privado. La probabilidad de que escuchen cada llamada grabada y almacenada en sus sistemas no es tan alta, así que no corremos grandes riesgos al hablar por teléfono. Salvo, claro, que sean llamadas que excedan el minuto de duración. Cuando es así, hasta se puede oír la respiración de la persona que interfiere la llamada.

Espero que Max haya reconocido mi voz. Al ver que en la pantalla del teléfono inalámbrico aparecen las palabras "llamada privada", compruebo que la reconoció. Contesto lo más rápido que puedo para no despertar a nadie con el tono de timbre.

¿Alicia? —pregunta él. Percibo entusiasmo en su voz.

—Max —susurro—. Estás a salvo.

No sé por qué, pero me conmueve oírlo. Lo único bueno de esta tormentosa noche ha sido conocerlo.

¿Estás bien? —me pregunta—. Te oigo triste.

Se ha dado cuenta.

—No estoy bien —admito—. Ha sido una noche difícil.

Y que lo digas. —Ríe sin atisbo de gracia—. ¿Hay algo que pueda hacer por ti? Si quieres puedo buscar el modo de llegar a Libertad y...

—No —corto—. No debemos volver a vernos.

Oigo un suspiro desilusionado. Lamento rechazar su oferta, pero no podemos correr más riesgos. Si hablar por teléfono con un rebelde es un delito que podría acarrearme una amonestación, reunirme con uno me llevaría directamente a la cárcel.

¿Por qué me entregaste tu teléfono si no quieres verme otra vez? —pregunta Max. Detecto recriminación en su voz.

¿Por qué lo hice? No lo sé. Supongo que entregarle a un rebelde algo tan personal como mi teléfono fue la mejor forma de cerrar el mayor riesgo que he cometido y un acto de rebeldía que me hizo sentir más viva que nunca. Además, Max evoca en mí una especie de libertad que no encuentro en las personas que me rodean en el día a día. Hablar con él no solo significa peligro: también es una liberación.

Prohibidos [En físico]Where stories live. Discover now