38. Alicia - "Propuesta"

24.2K 3K 1.6K
                                    

Despierto de golpe y froto mis ojos con dificultad, incluso mis manos se sienten pesadas. Tras acostumbrarme a la luz ambiental, caigo en cuenta de que me encuentro en una especie de enfermería reluciente similar a la habitación del Departamento de Reproducciones, pero menos aterradora que aquella.

Estoy recostada sobre una camilla, esta vez sin correas. Miro mis piernas: una de ellas fue vendada desde el tobillo hasta el muslo. Recuerdo que una enorme viga le cayó encima durante el derrumbe del hospital. También recuerdo el pánico que sentíamos los presentes y cómo el techo se resquebrajaba y caía sobre nuestras cabezas.

Veo más camillas en la habitación. Sobre ellas hay personas recostadas y vendadas, casi todas inconscientes. Junto a mí se encuentra Ibrahim, quien me mira con la sonrisa petulante de siempre. Tiene algunas heridas y hematomas en el cuerpo, pero nada que parezca demasiado grave.

—Hola, mi amor —saluda—. Ya era hora de que despertaras.

—¿Dónde estamos? —Mi voz suena ronca debido a que mi garganta está seca.

—A salvo —suspira, ya no sonríe—. Estamos en el refugio.

Resoplo, aliviada. Por un momento pasó por mi mente que podría estar atrapada en algún hospital de la superficie, convertida otra vez en una prisionera del gobierno.

—¿Cómo llegamos aquí? —pregunto con dificultad. Me urge beber un poco de agua y aclarar mi garganta.

—Los rebeldes nos trajeron —responde Ibrahim—. Luego de las explosiones, lograron rescatar a unos cuantos infiltrados y traernos a la sección médica del refugio. Somos muy afortunados de haber sido parte de esos "cuantos". Muchos no pudieron sobrevivir o ser rescatados.

Cierro los ojos y apoyo mi cabeza contra la almohadilla a mis espaldas. Me apena pensar en la gente que murió en las explosiones del hospital. Ansío preguntar por Aaron y por Max, pero no me atrevo. Tengo miedo de oír la respuesta. ¿Y si murieron? ¿Y si fueron atrapados por el Cuerpo de Protección? ¿Y si nadie sabe en dónde están? Cada posibilidad me aterra de igual forma.

—Max está bien —anuncia Ibrahim al escrutar mi expresión de miedo—. Fue rescatado.

Vuelvo a la vida. 

—¿Cómo está? —Mi voz suena un poco más clara.

—Mejor que nosotros, creo —responde Ibrahim.

—¿Y qué hay de Aaron?

—No he sabido nada sobre él. Deberás averiguarlo por tu cuenta cuando puedas moverte.

Intento ponerme de pie. Necesito saber cómo están los demás. Noto que, a pesar de que ya no siento dolor en la pierna, no puedo moverla con facilidad. Me esfuerzo por bajarla de la camilla para ponerme de pie.

—¿Qué rayos haces? ¡Fuiste sometida a una regeneración de tejidos! —increpa Ibrahim.

—¿Regeneración de tejidos? ¿Tan mal estaba?

—Habrías perdido la pierna de no ser por ello.

Acude a mi mente el recuerdo del profundo dolor que sentí cuando me cayó una viga y cómo la sensación fue opacada por la adrenalina y por la preocupación por Max. De no ser por ambas cosas, no habría tenido las fuerzas necesarias para liberarme. Minutos después de que logré apartar la viga y arrastrarme por el suelo derrumbado, caí inconsciente a causa del dolor.

—Te tomará uno o dos días volver a moverla con facilidad —informa Ibrahim—. Tus tejidos siguen regenerándose.

—No me importa, necesito saber sobre Aaron y Max.

Prohibidos [En físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora