Muñecas De Porcelana [Wattys2018]

Exhumé

Desde pequeñas perlas prácticamente invisibles hasta acabar bajo una cortina de agua que enfangaba mis zapatos dejando, durante unos momentos, huellas tras de mí. Una marca caduca y a penas perceptible entre tantas otras.

Debo encontrarte.

Quién diría que alguien como yo, Dante Manccini, acabaría en un lugar como el Cementerio de Père-Lachaise, buscando un nombre concreto entre más de setentamil lápidas. Pisando los huesos, ya roídos y desgastados bajo el incesante paso del tiempo haciendo estragos hasta las criptas marmóreas mejor cuidadas.

Y es que hasta la muerte puede ser caduca ante la perennidad del tiempo. 

Eterna, perpetua e inclemente. No dejaba ningún cabo suelto. Y ese lugar sin duda, era la prueba de su terrible zote.

Eran las tres de la mañana. La opacidad del temporal marcaba el ritmo constante de mis cuidadosas pisadas, mas no fue suficiente para evitar tropezar con unos pequeños huesos que sobresalían de una de las tumbas más antiguas.

Hinqué una rodilla en el fangoso suelo y una de mis manos enguantadas se apoyó en un trozo de mármol y al erguirme de nuevo, vi a unos doscientos metros de mí una silueta negra. Portaba un abrigo largo y un sombrero que a penas le dejaba ver el cuerpo, a duras penas podría asegurar si se trataba de un hombre o una mujer, pero tuve la sensación de que, tras sus tintadas gafas, su atención se había focalizado en mí.

Corrí hacia aquella silueta, sin importar lo manchados que podían estar mis Louis Vuitton, ya no importaban las apariencias pues tenía un pálpito.

La lluvia caía torrencialmente y de nuevo tropecé, esta vez con una raíz de uno de los árboles que cobijaban y acompañaban los restos de los allí enterrados. Me sentía desorientado, excitado ante tal cúmulo de sensaciones y una voz en mi interior me gritaba que siguiera sin importar las consecuencias.

¿Eres el depredador o la presa?

Un diamante puede mancharse, pero nunca desluce y jamás deja de ser el más fuerte.

Me levanté con esa idea en la cabeza y seguí corriendo, pero frente al sepulcro ya no había nadie. En su lugar, había una nota junto con un tallo de rosa lleno de espinas. Los pétalos de un color ennegrecido cubrían el suelo y parte de la tumba enraizada.

Miré a mi alrededor como un desquiciado mientras cogía la nota. No fue hasta entonces cuando me di cuenta de que estaba sangrando.

  —¡No te escondas tras notas y da la cara! — vociferé contra el viento que azotaba mi cara.

Miré angustiado a mi alrededor esperando un movimiento, una respuesta por parte de esa persona, mas no ocurrió nada.

Abrí el mensaje con rabia, la tinta comenzó a correrse por la incesante tormenta que tenía encima, pero se me grabaron a fuego las palabras que allí rezaban:

Pobre y controlador Dante,

siempre voy un paso por delante.

¿Crees que la mujer es frágil como el arte?

Pues disfruta de este juego macabro hasta devaluarte

si ya nada vales, ya nada eres

no importa pues, cuanto esperes.

Te sigo muy de cerca, aunque no te enteres.

Para Dante, el resquebrajado diamante.

El papel voló con el viento y vi como se perdía en la oscuridad de aquél lúgubre lugar. Mi cuerpo temblaba por el frío, por la ira y ante todo por el descontrol.

Miré la lápida que aún tenía pétalos negros y arranqué las ramas que por ella trepaba mientras gritaba azorado y rabioso.

¿Cómo se atrevía a llamarme roto?

Soy Dante Manccini y juro que siempre consigo lo que quiero y para ti, será este sitio tu final.

Limpié con la manga empapada de mi abrigo las inscripciones grabadas y contuve la respiración al ver de nuevo aquel nombre.

Mi primera mujer, mi primer amor y la única persona que rompió en pedazos mi corazón. La razón de todo.

El inicio y el fin, el todo que me dejó en la nada.

Lauré Fortier

1975 - 2002

"Ni en el día más oscuro dejaste de brillar, sigue iluminándome el camino."

¡Hola a todos!

Espero que os esté gustando la historia de Dante y más ahora que no es el único que sabe jugar a su juego.

D.K.Brooks