- No tenía manera de saber con quién hablabas.

- Tienes razón. Pero no te hubieses tenido que enfadar si realmente confiaras en mí - desvío la mirada porque sé que tiene toda la razón.

Entramos al baño y está igual que la habitación, velas y rosas por todos lados. Se acerca y abre la llave para llenar la enorme bañera de agua. Vierte sales y jabón de espuma. Se quita toda su ropa y admiro el cuerpo del hombre que me poseyó anoche. Es una visión preciosa. Es alto, hombros anchos, abdomen plano con su paquete de ocho abdominales y muslos y piernas fuertes. Está manchado de mi sangre por su abdomen y pelvis , pero eso no evita que quiera pasar mi lengua por esa V que se marca en la parte baja de su abdomen y definitivamente quiero pasar mi lengua en esa enorme y gruesa erección que pide a gritos mi atención.

- Cielo, quiero limpiarte y si sigues mirando mi polla de esa manera sólo lograrás que te ensucie más - me pongo colorada y miro hacia el suelo. Me levanta la barbilla para que lo mire - No tienes que avergonzarte, me encanta que te guste lo que ves. Sólo quiero sacarte toda esa sangre y luego nos podremos ensuciar de nuevo cuántas veces quieras, pero no con sangre - me sonríe de medio lado y comienza a quitarme la ropa y las botas. Me percato de que tiene arañazos en sus brazos. Miro su cuerpo y tiene otros pocos en la parte baja de su abdomen y las caderas. En su reflejo en el espejo veo los que tiene en su espalda.

- No me había dado cuenta de que te había arañado, de verdad lo siento.

- No tienes por qué, yo también tenía que llevarme mi parte - me da un tierno beso.

Una vez estoy desnuda, cierra la llave y me ayuda a entrar en la bañera. Se sienta detrás de mí y me hala hacia él. Ahora sé lo que sintió Ana cuando entró a la bañera con Christian. Creo que leer tantos libros ha trastornado mi cabeza. Hecha mí cabeza hacia atrás y moja mi cabello. Lo cepilla con su dedos y luego comienza a lavarlo con delicadeza. Cuando termina con mi cabello, agarra la esponja y el jabón líquido. Vierte un poco de jabón en la esponja y comienza a pasarla por mi cuerpo con cuidado.

- Lamento tanto haberte dejado toda llena de moretones. No pensé en ese momento que tu piel se marcaba con facilidad. En realidad dejé de pensar.

- Ya te dije que no me hiciste daño.

- Te hice daño cuando te penetré de esa forma, pensé que mientras más lento lo hiciera más iba a lastimarte.

- Estoy bien Khris, en serio.

- ¿Aún estás dolorida? Me refiero en general.

- Un poco. Mi cuerpo se siente como si hubiera hecho ejercicios por primera vez, pero no es nada que no pueda soportar.

- De todos modos lo siento - me acerca y besa la coronilla de mi cabeza. Sigue pasando la esponja por mi cuerpo hasta que se da por satisfecho.

- ¿Puedo hacer lo mismo por tí?

- Eso suena bien - me volteo para estar arrodillada frente a él. Ya he perdido la vergüenza de que me vea desnuda, pero a mí aún se me hace difícil verlo desnudo a él, es demasiado varonil.

Me pasa la esponja y le hecho un poco de jabón cuando comienzo a pasarla por su cuerpo me agarra por la cintura con la excusa de que no quiere que me resbale. Después de un rato termino con su cuerpo y pongo la esponja a un lado. Mojo su cabello y lo lavo. No para de observarme durante todo el proceso. Cuando estoy quitándole la espuma cierra sus ojos. Me levanta y me sienta a horcajadas sobre su erección y me abraza. Lo abrazo de vuelta por el cuello. Tiene su cara enterrada en mis pechos. Termino de quitarle la espuma como puedo. Después de unos minutos levanta su rostro y me mira.

Me perteneces (COMPLETA)Where stories live. Discover now