Drogas, Alcohol y ¿Violación?

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Este será un poco fuerte y habrá una tipo violación narrada, si no es de tu gusto sólo vota y pasa al siguiente :D

*POV CAMILA*

Hola, soy Camila Cabello, y ahora mismo estoy sola en una mansión con millones de dólares que no me llenan el vacío que las adicciones de mi esposa me dejan.

Cuando Lauren y yo nos conocimos, todo era muy lindo, creí que sólo sería un amor de verano, pero no, fuimos novias durante 4 años y llevamos casadas 7, ahora tengo 25 y parece que vivo sola pues Lauren nunca está, siempre se está drogando o tomando con sus amigos.

Nos hemos dado un tiempo y ya no somos amantes, pero seguimos viviendo en la misma casa, seguimos casadas, sólo que Lauren algunas veces que llegaba borracha y yo intentaba ayudarla, ella me golpeaba e intentaba violarme pero corría y me encerraba en la habitación de huéspedes dejandola sola en la que era nuestra habitación. Ya no intentaba nada, la dejaba que hiciera lo que quisiera, una vez no pudo subir las escaleras y cuando yo quería ir a la cocina por desayuno estaba tumbada en las escaleras con una botella de vino.

*ding dong*

Escucho que tocan la puerta y me asomo por el ventanal mientras la sirvienta abre y veo a Normani entrar.

-Hola Mila- dice y se acerca para saludarme de beso.

-Hola Mani- le respondo el saludo.

-Hay algo que quiero decirte, sobre Lauren- dice con un suspiro triste y lo único que hice fue darme media vuelta e ir al baño.

-Dime, aún te escucho- digo desde dentro conteniendo el llanto, sé lo que dirá.

-Dinah, Ally y yo fuimos al club ayer y la vi borracha drogándose- dijo mientras se sentaba frente a la puerta del baño en el pasillo, o al menos así lo escuché por el ruido que hicieron sus zapatos.

-Lo sé- digo sin ganas.

-¿Y porqué no la ayudas a que ya no lo haga?- preguntó mientras yo abría la puerta.

-He tratado, pero siempre está borracha y...- quedé en silencio un momento.

*POV LAUREN*

Había salido ayer con mis amigos y fuimos a un club, me había quedado a dormir con mi hermana Taylor porque vivir con Camila siendo aún mi esposa pero no mi amante, me causaba rabia. Volvía a mi casa, cuando llegué entre por detrás e iba a la cocina cuando escuché a Camila hablando con alguien.

-¿y?- preguntaba la otra voz, así que me asome y vi que era Normani, una de sus amigas.

-Nada, todo está bien, no sucede nada Mani- contestó ella cansada.

-Camila, maldita sea, ¿QUÉ COÑO PASA CON USTEDES? Sé que se han dado un tiempo- se exaltó la morena.

-¡ESTOY BIEN! ¡MIERDA! ¡YA TE DIJE QUE ESTOY BIEN!- gritó con desesperación y los ojos cristalinos por el llanto que aguantaba. -Normani, ella está bien sin mi, yo estoy bien sin ella, no la necesito, no me necesita, es una maldita alcohólica drogadicta que se la pasa metida con sus amigos los que la empujaron a ser la mierda que es hoy- le gritaba a Mani sin saber que yo la escuchaba.

-Camila, ¿puedes calmarte? porfavor-  le decía la morena.

-Estoy calmada- reprochó como niña pequeña.

-No lo estás- insistió Mani.

-No, la verdad no, estoy harta, enferma, cansada, hasta la puta madre de ella, quiero asesinarla, quiero que se ahogue con su llanto, o con su sangre, ¡o con los dos! ¡que sufra!- dijo como si el mismo diablo se hubiera apoderado de su cuerpo. -pero también la amo, y quisiera que por una puta vez en su vida de mierda, hiciera las cosas bien, que estuviera conmigo y no se dejara llevar por sus "amigos"- cuando dijo eso salí molesta en dirección a ellas y se asustó cuando me vió.

-Normani, ¿puedes dejarnos a solas?- hablé mientras me acercaba a ellas.

-Ah, si, si yo ya me iba- tartamudeó. -Hasta luego Camila- se despidió y Lucy la sirvienta la llevó hasta la puerta.

-Camila- hablé seria.

-Que coño quieres- contestó seca.

-A mi no me hablas así- le dije y la tomé de la muñeca mientras subía las escaleras a nuestra habitación. Oía sus súplicas para que la dejara en paz pero no la escuchaba realmente, el coraje y el alcohol me habían hecho inmune a sentir piedad por Camila, aunque sabía que el fondo aún la amaba.

*POV CAMILA*

-¡Lauren! ¡Suéltame! ¡Me haces daño!- le gritaba y le suplicaba mientras que subíamos las escaleras, o más bien me obligaba a hacerlo.

Llegamos a la que alguna vez fue nuestra habitación y me aventó con fuerza ala cama.

-Quítate la ropa- ordenó mientras se desabrochaba el pantalón frente a mi.

-No quiero- contesté apunto de llorar por el miedo que sentía, esa ya no era mi Lern de la que me enamoré desde niñas, era un mounstro, y no por su extraña condición de ser una chica con pene, si no de que ya no tenía piedad de mí.

-No es una pregunta u opción, he dicho que te la quites si no quieres que te vaya peor- dijo y pude notar que ya estaba desnuda, eso provocó en mi ¿excitación? No lo sé. -¡Que te desvistas mierda!- su grito me sacó del tranze en el que estaba debatiendo si era miedo o excitación lo que sentía.

-V-v-voy- dije temblando y desabrochando mi camiseta mientras estaba arrinconada en el respaldo de la cama.

Minutos después yo estaba desnuda frente a Lauren mientras ella se masturbaba parada frente a mi viéndome pero sin verme a los ojos.

-Abre las piernas- dijo y me asustó pues sólo estaba en silencio jadeando mientras se sobaba el pene y al verla que se acercaba mi cuerpo se tensó. -Abre las putas piernas y enseñame ese coño rosado que es de mi propiedad Camila- ordenó y mientras seguía temblando me moví hacia ella abriendo las piernas mientras ella se posicionaba sobre mí.

-Lauren hazlo con cuidado no lo hemos hecho en mucho tie... ¡AH!- chillé pues la metió toda de una sola embestida y mis lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, me dolía, y me dolía más que Lauren ya no lo hiciera con amor.

-Ah, joder que apretada estás- gimió en mi oreja mientras yo temblaba debajo de su cuerpo y ella me embestía con fuerza.

-Lauren me duele- me quejaba pero realmente algo dentro de mí lo disfrutaba.

-No te pregunté, me haz dejado todos estos meses sin sexo, y no puedo hacerlo con otra persona, porque se supone que somos esposas- dijo entre jadeos aumentando más las embestidas y sus bolas comenzaban a azotar, ya no chocar en mi coño.

-Lauren, para de verdad que me estás haciendo mucho daño- me quejaba y me retorcía pero ella seguía sin importarle, no alcancé el orgasmo pero ella sí, se vino dentro de mí sin avisarme y luego se levantó, se vistió, salió de la habitación lléndose a ver el televisor y me dejó desnuda en la cama llorando, no sabía que sentir, mi esposa me usaba, ya no le causaba excitación, era como si fuera una muñeca inflable que podía utilizar cuantas veces quisiera cuando ella quisisera.

Me sentía vacía pero cuando ella me estaba penetrando como si fuera la última vez que su pene entrara en una vagina, me gustó, acepto que me gustó la agresividad y el que yo fuera la sumisa. Tal vez debería proponerselo, con una condición que a las 2 nos vendría múy bien.

Continuará...

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