Capítulo 24. "Mis demonios"

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- No le dije nada, pero supongo que se dará cuenta cuando escuche las noticias. - dijo ella encogiéndose de hombros.

Me aterré.

- ¿E-e-en las noti-ti-cias? - pregunté asustada. Ella asintió.

- Llamé a la primera persona que sabía que podría ayudarme. Louis. Ver a Louis Tomlison llevando a su novia... - dijo ella pero la interrumpí.

- Ex novia. - dije remarcando el "ex".

- Como sea, la prensa nos siguió hasta la puerta del hospital y tomaron muchas fotos de ti en sus brazos entrando al hospital.

Tomé mi cabeza mientras negaba.

- ¡Dios! Esto no puede estar pasándome! - dije y comencé a llorar.

Mi vida de a poco se convertía en una mierda.


**




Louis.


Cuando llamé a Paul para decirle que iría a ver a mi madre a Doncaster no se emocionó mucho, pero al ver que yo no me encontraba para nada bien, aceptó. 

Conducía por la avenida cuando una llamada hizo timbrar a mi teléfono. Atendí sin ver quién era. No podía quitar mi mirada de la carretera, no quería accidentes. 

- ¿Hola? - pregunté cuando llevé el teléfono a mi oreja izquierda. 

- ¡Louis! ¡Louis, soy Emily, la mejor amiga de Leah! - dijo desesperada gritando. Alejé mi teléfono de mi oreja. ¡Auch! 

- Hola Emily, ¿qué te ocurre? - pregunté preocupado. 

La llamada se escuchaba cortada, pero pude escuchar sus sollozos a través de el teléfono.

- Leah, Louis. Ella está desmayada aquí. Ven, por favor. - frené de golpe casi ocasionando un choque. Estacioné a un lado. 

- ¡¿Qué?! Ya voy para allá, Em. - dije y colgué. Golpée mi cabeza contra el volante en señal de frustración. 

Volví a la carretera. Casi me detiene la policía, pero no importaba en ese momento. Quería saber que Leah, mi chica, estaba bien. 

Sabía que algo había pasado y que seguramente era culpa mía. 

Maldita sea. 

Mi vida de a poco se convertía en una mierda.



**


Leah


- Mamá, estoy bien. Sí, solo fue un susto. Prometo no hacerlo más. - dije a través del teléfono. Mi madre había visto las noticias y llamó de inmediato a mi celular. Me dio un sermón de la puta madre y hacía una hora llevaba hablando con ella. - Sí, mamá. Te lo juro. - dije ya cansada. 

Se despidió de mi y dijo que mañana volvería a Londres. Mañana iba a ser un largo día. 

La puerta se abrió y Louis entró por ella. 

Se sentó a mi lado en silencio. Nadie dijo nada. Todo estaba en silencio. 

¿Qué podíamos decirnos? 

- Ehm... yo... y-yo traje un po-po-poco de comida para ti. El doctor me dijo que estaba bien. - dijo mientras rascaba su nuca y acercaba la comida hacia mi. 

Esta nervioso, pensé yo. Lo conocía perfectamente.

- Gracias. La comida de aquí es un asco. Decían que era puré, pero parecía sopa. - dije y él rió viéndome a los ojos por primera vez desde que entró. 

Sonreí imitando su gesto. Era tan hermoso. 

- Yo... - dijo él tratando de encontrar las palabras correctas mientras yo masticaba el pollo que él me había traído, pero quedé estática cuando él hizo la pregunta que esperaba nunca hiciera. - ¿Qué ocurrió, Leah? 

Me removí incómoda en la cama y dejé la comida en el intento de mesa de luz que tenía a mi lado. 

- ¿Podemos no hablar sobre eso? - pregunté inocente.

- Por favor, Leah. Tienes que decírmelo. ¿Fue mi culpa lo que ocurrió? 

- ¿Que me desmayara? - pregunté y él asintió. - No. - dije y él suspiró.

- ¿Entonces que ocurrió? 

- Soy propensa a los comas alcohólicos. O más bien, soy propensa a tomar demasiado en algunos momentos. - dije largando solo una parte de mi historia.

Louis no debía saberla. No, no debía. 

- ¿Por qué eres propensa? - preguntó y mi mundo cayó. 

No quería hablar de eso junto a él. Me avergüenzo a mi misma con ese tema. Mi vida cambió después de esos días. 

Yo no quería hablar de mis demonios con Louis. No cuando él era uno de ellos.





You and I ➳ tomlinsonWhere stories live. Discover now