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Hoshi llevó sus manos hasta las mejillas de woozi, el calor que había en ellas alivió el frio pero levantó su preocupación. Recorrió el dorso de su mano derecha hasta su frente e hizo lo mismo con la izquierda posándola sobre la de woozi. La diferencia de temperatura era evidente, el rubio estaba hirviendo.

Hoshi se dio cuenta de que la temperatura corporal de woozi era elevada durante la noche, cuando su propio cuerpo sudaba y se removía  entre las sabanas para deshacerse del calor. Tan pronto abrió los ojos pudo observar el rostro afligido del menor, como su ceño se fruncía por la incomodidad y sus labios temblaban de un frío que sólo él no sentía.

¿como aliviar la fiebre? Él nunca fue bueno para fungir de enfermero, siempre que se sentía mal tomaba un antibiótico y emprendía el día con normalidad. Pero ¿que hacer ahora? ¿dejar que todo pasase y solo ignorarlo? Era evidente el malestar que sentía woozi, hizo un buen trabajo evidenciándolo con múltiples muecas fáciles de descifrar.

Decidió dejárselo a Dk. Se preocupó de que el niño en realidad no supiera como llevar esta situación y solo se regresará, porque en realidad analizando bien Dk si era cuidadoso y hasta un poco paranoico. Hoshi no podría tener una idea de lo que Dk haría. Pero aun asi  confío en que el niño sabría que hacer, y si él no podía Hoshi encontraría alguna forma  asegurarse que woozi se estuviera bien.

Esperó durante todo el dia, o la noche, a que alguien entrara por aquella puerta, consoló como pudo a Woozi siendo que este jamás  se lo pidió y no le dejó en claro que necesitaba hacerlo, pero Hoshi aun asi lo hizo. Si perdía a Woozi terminaría por no tener nada, caer de lleno a ese hoyo oscuro en el que hace años se había metido, se perdería. Y tambien lo haría Dk

Woozi no solo era su compañero de secuestro, no solo era una víctima ni mucho menos una persona solitaria. Woozi era más que eso, más de lo que él mismo se consideraba que era. Demasiado especial como para dejarlo ir, demasiado frágil como para poder cuidarlo de cualquier cosa. Y si Dk pensaba lo mismo se encontraría en el mismo dilema que Hoshi, se perdería en sus pensamientos mientras viera el rostro del rubio, mientras que lo sintiera cerca y tan frágil.

Besó su frente buscando calmar su propio caos interno, aprovechando que Woozi no se quejaría. Pero contrario a lo que pensó su compañero abrió los ojos tan pronto sintió el toque, y ambos se vieron, con mirada firme, sin comprender bien lo que ocurría.

Woozi lo envolvió en brazos, sus delgadas extremidades enrollándose y encajando alrededor de su cuello, tan frágiles que con tan solo alejarse un poco se podrían romper. Hoshi sostuvo con una mano la nuca de Woozi, para darle un apoyo y que este no hiciera mayor esfuerzo, se acercó sin romper el lazo imaginario que se había creado entre ellos. Fue tan fácil solo besarlo.

Era caliente, el cuerpo de woozi en definitiva estaba hirviendo, tan sofocante que el contraste entre sus pieles le ocasionaba una curiosa sensación a Hoshi. Se perdió en sus labios, lo abrazó con tanta fuerza pegándolo a su cuerpo frio, sabiendo que solo ocasionaría calor. Pero si Woozi no se quejaba, si no emitía una negación, si no de mostraba adolorido, Hoshi no se detendría.

Entrelazados en la cama Hoshi prefirió  alzar las sabanas y ocultarse de la cámara, esperando que los tenues jadeos de Woozi no pudieran escucharse.


No voy a narrar nada +18(? Principalmente porque no se hacerlo.
Ya estamos cerca del final♡

Dog collar. [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora