❍ ◤La luna◢ ❍

VIII

– Eh detectado un enemigo…

Abrió los ojos y se levanta del sofá en dirección al pequeño intruso

– Será mejor que te mate – dijo al ver como se acercaba a ella

Pero empezó a volar

– Pero que mierd%

Daniel se levantó lleno de energía ese día, quería comer una manzana antes de ir a la  biblioteca

El muchacho no sabía por qué tanto entusiasmo, tal vez por anoche o porque si

Pero detuvo su paso al ver como Casey corría hacia él cuando bajaba el último escalón

– ¡¡¡Daniel Corre!!! – grito poniéndose detrás de él

– ¿Que pasa? – pregunto confundido

– ¡¡¡La cucaracha esta volando!!!

– ¿¡Que!? – se asustó al ver un insecto de color marrón volando en dirección a él

Los jóvenes no dudaron ni un segundo en salir corriendo por toda la Mansión

Eduardo —pocos minutos después de que recorrieran 4 veces la Mansión—, se levantó y se encamino a la cocina pero Casey y Daniel le dijeron que hay una cucaracha

Eduardo fue a matarla como un Semen que se respeta, pero olvidaron un detallito… no le dijeron que podía volar…  

Eduardo se unió al asustadizo dúo—que se convirtió en trio—, huyendo de la temible cucaracha con Daniel cargado en brazos, éste, se sujetaba del cuello del peli-castaño 

Una pelirroja, se levantó irritada al ser levantada por las voces detrás de su habitación

– ¿¡Que demonios pasa!? – gritó y sus amigos pararon en seco al ver a su no tan amigable amiga recién levantada

– ¡Hay una cucaracha tratando de comernos vivos! – dijo Casey asustada

Andrea vio como el pequeño insecto se acercaba, los antes paralizados, se pusieron detrás de la peli-roja

Se sacó la chancla y le pego con una puntería impresionante, haciendo caer al insecto de forma directa al suelo y le piso con el pie que tenía otra chancla

Se metió a su cuarto a descansar, no sin antes de recoger la chancla y se fue dejando que los demás tomen un suspiro y vayan a sus destinos

– Eduardo – llamó el menor antes de que se fuera

– ¿Si?

– Quieres… ¿Quieres acompañarme a la biblioteca? – preguntó tímido con la mirada gacha jugando con sus dedos, ocultando su sonrojo, pero Eduardo lo noto

– Lo siento mucho Daniel, tengo cosas que hacer – eso entristeció al menor y agachó más su cabeza mirando sus pies. Eduardo se sintió culpable, se acercó al menor y le dio un beso en su cabeza como despedida – Lo siento, será la próxima, lo prometo

Daniel asintió. Eduardo se dirigió a la oficina de su padre y desapareció

Suspiró y fue a la biblioteca

En el desayuno Eduardo bajó junto a su padre, sus caras demostraban que tenían algo que informar

Todos se sentaron en su lugar de siempre : Casey al final de la larga mesa de roble fino con diversos tipos de comida a elegir, Sam a la derecha de Casey junto con Andrea y el padre de Eduardo mirando a Casey

El único que cambio puesto fue Eduardo, que se sentaba en alguna silla desocupada, pero esta vez se sentó a su lado

Eso hizo que una pequeña curva en sus labios se formaran, una sonrisa