I

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En una habitación lleno de personas importantes se pueden escuchar diferentes formas de pensar creando un alboroto y que no se entienda casi nada de lo que dicen. La mayoría de las personas se encontraban paradas de sus asientos en un intento de alzar mucho más la voz que con la persona que están peleando defendiendo con ferocidad su punto de vista.

En el medio de ese caos estaba el Alfa mirando a todos con indiferencia en su asiento de piel, esperando a que todos se quedarán callados de una vez contando en su mente hasta 100 para no perder el control, preguntándose donde estaría su hijo.

El sonido de una puerta siendo azota hace que todos dejen de pelearse entre sí para mirar con curiosidad el causante de ese ruido, que no era ni más ni menos su futuro Alfa con los cabellos desordenados y algo agitado por levantarse tarde, entonces no le dio tiempo para prestarle atención a su aseo personal.

-- Buenos días, señores --dijo al ya tener suficiente aire para hablar

-- Buenas días, Eduardo --todos dijeron al unísono excepto uno y se sentaron en sus sillas en silencio, en eso se dieron cuenta de la mirada de su actual Alfa

Cerró la puerta detrás suyo y se dirigió a su asiento habitual que era al lado de su padre, al sentarse soltó un suspiro de cansancio y miró a su padre que ya paró de contar, se veía igual o más cansado que su hijo.

-- ¿Puede alguien decirme sin levantar la voz ni pelearse cual es el problema con nuestra frontera con la otra manada? --recalcó sus palabras esperando voluntarios-- ¿Tienes algo que decir Eduardo? Además de explicar porqué llegaste tarde a la reunión.

-- Sí, padre --bajó la mano algo avergonzado por las miradas puestas en él--. La semana pasado vimos un lobo de color café claro robando nuestra comida que estuvimos almacenando por meses, puedo asegurar que era de la manada vecina por el olor que percibieron los guardias, pero no pudieron capturarlo porque era muy rápido. Respecto a mi tardanza les pido disculpas pero no tengo más excusa que decir que me he quedado dormido y las horas pasaron muy rápido.

-- Bien, se te perdona está vez por dar información importante para nosotros --lo deja pasar está vez y mira a los otros en esa habitación poniendo sus manos encima de la mesa-- ¿Alguna manera de atrapar a el ladrón?

-- Señor, yo tengo una idea que podría funcionar --le muestra una hoja de papel que estaba garabateada con el mapa de nuestro territorio--. Mire, si se fija los guardias podrían aguardar aquí mientras nosotros...

La reunión se concentró en como tenderle una trampa al intruso, pero Eduardo no le prestó atención ya que se estaba volviendo muy aburrida y con el sueño que trae siente que en algún momento su cabeza va a caer sobre la mesa para poder dormir delante de todos. Pero no fue así por suerte, cuando menos lo piensa todos se levantan de sus asientos estrechando sus manos con las de su padre que mientras tanto les sonreía. Él también se levanta para poder comer algo ya que se moría de hambre pero una mano en su pecho lo detiene.

-- Espera un momento, jovencito --miró confundido a su padre pero no dijo nada--. Necesito hablar contigo en privado, ¿Puedes venir a mi oficina en unos cinco minutos?

-- No hay problema, te veo allá --se retira de allí cuando quita la mano de su padre con suavidad y va a su habitación.

Cuando llega a su habitación no puede aguantar tirarse encima de ella sin poder ocultar lo cansado que estaba en esos momentos, estaba tan feliz de que la reunión terminara. Pero debía también ir a ver a su padre en su oficina, así que cerró la puerta para poder cambiarse por algo más ligero que ese traje.

Así que se empezó a desvestir hasta quedar en ropa interior y busca en su clóset la ropa más cómoda. Tomó unos jeans holgados color negro, una camisa roja con letras blancas que decían "I'm an ALFA and I can't keep calm" y unos zapatos del mismo color.

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