CAPÍTULO 32: POSIBLEMENTE IMPOSIBLE

11 2 22
                                    

—¿Le tengo qué creer al chico que intentó matarme? Porque sí es así, ya me siento estúpida.

Salgo de la habitación y bajo las escaleras. Jacob me sigue. Tienta con tomarme por el brazo, supongo que para detenerme, pero logro esquivarlo.

—¿Quién te crees, Jacob? ¿Por qué me tienes que hacer daño?

No me inmuté.

Ésta situación me tiene desesperada.

—¿No lo entiendes, verdad? No... Nunca lo vas a entender. Siempre hice de todo para cuidarte, hasta que no tuve más opción. De hecho, fíjate que ni siquiera pude matarte. El trabajo lo tuvo que terminar alguien sin corazón y ese alguien fue Nicoll. Él siempre fue el malo, bueno, él y otras personas.

Trago saliva.

—¿Cuántos más?

—No se qué gano diciéndote esto.

¿Es en serio?

—¿Todavía lo preguntas? —espeto.

Sostiene su nariz con los dedos de su mano derecha. Está pensando.

Debo hacer que me diga toda verdad, y si eso implica dramatizar, pues lo haré. Tantos años de amistad con Vanessa me han servido para ser la virreina del Drama

—Bien, te di una segunda oportunidad, adiós.

Tomo mi bolso y subo las escaleras para tomar mi maleta.

—¿Qué vas a hacer? —me sigue alarmado.

—Me iré de aquí.

—¿Adónde?

—Saldré de aquí, tomaré un taxi. Dormiré en el aeropuerto, después tomaré un vuelvo a West Haven. A Portland. A cualquier ciudad de Estados Unidos, necesito estar en mi nación. La verdad es que siento que ya no tengo nada más que hacer aquí y tú renuencia a darme información, me lo confirma.

Tomo la maleta y la ruedo hasta las escaleras.

—Espera... Te diré lo que quieras saber. Pero promete que no te alejarás otra vez de mi.

Cierro los ojos.

Ya ni siquiera sé que es correcto. Pero por supuesto que estar a solas con él, no lo es.

—Jacob, no puedo prometer algo así. Me hiciste daño. Debo alejarme de ti, más allá de lo que digan los demás, ese es mi instinto. Huir de ti. Por algo no podía salir del sanatorio, sabía que le temía a algo, pero ahora lo veo mejor. No le temo a algo, te temo a ti. 

Escucho como deja escapar un suspiro. Luce contrariado.

¿Todavía quiero a Jacob?

Porque por lo visto, él sí me quiere. No me dejó de querer. 

—Puedo hacer un esfuerzo para comprender lo que sientes pero... Solo yo te puedo mantener a salvo, ni siquiera confío en Ronnie. Él siempre supo todo y nunca hizo nada para cuidarte.

Frunzo el ceño.

—No, te equivocas...

Jacob baja las escaleras y se detiene en la mitad de los peldaños.

—¿Vienes conmigo o te vas?

Tremenda decisión.

Pero debo averiguar qué sucedió.

—Me quedo, contigo.

Bajo las escaleras detrás de él. Dejé la maleta en el umbral de la puerta porque presiento que la tendré que usar pronto, para futuras amenazas.

NO FUE UN CRIMEN- EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora