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—Y dime Nina—dijo Liam apoyando sus manos sobre la mesa de la heladería—. ¿Qué hiciste de malo en alguna de tus vidas pasadas para tener que aguantarte a este dolor de cabeza llamado Levi? —intentó ser serio pero no aguantó mucho para echarse a reír.

Levi rodó los ojos por la broma de su amigo.

—No lo escuches, está así porque no le quise comprar un helado ayer—le dijo el castaño a la chica. Nina sólo asintió sin comprender mucho la situación.

—No tenía dinero y me defraudaste.

— ¡Tu tía es la dueña de la heladería! Puedes agarrar helado gratis cada vez que te plazca—respondió exasperado, la morena se echó a reír.

—Ya paren—ordenó el pelinegro y volteó a ver a Nina—. Hola, soy Dean—la saludó, ella se presentó de la misma forma que él lo había hecho recibiendo una sonrisa de su parte—. Me disculpo por lo que sea que Liam esté haciendo de raro y por lo que seguramente hará. Pero así es él, hay que quererlo—se encogió de hombros.

—Tus amigos son interesantes—le dijo Nina al castaño, Levi asintió y pasó una mano por su hombro.

—Sí, aunque lo más interesante que ellos tienen soy yo.

—Claro como uno sí es fiel a la chica con la que sale...—dijo Liam quien recibió una patada en la pierna por parte de Levi—. ¡Ay! ¡Eso me dolió! —Dean volteó a verlo y pidió que se callara.

—Creo que Liam y yo deberíamos ir a ver si la gallina ya puso—habló Dean parándose de la mesa.

— ¿Cuál gallina? —preguntó él, Dean sólo negó y lo tomó de la camisa para llevárselo de allí. Nina observó cómo ambos chicos salieron del local y volteó a ver a Levi.

— ¿Qué acaba de suceder?

—Nada raro, ellos son así—respondió tranquilo y se acomodó en la silla—. Aunque nos dejaron solos, me gusta—sonrió pícaro.

—No puedes hacer nada que no haga un amigo—lo frenó cuando él intentó besarla. Levi suspiró y se alejó un poco.

—Pero los amigos pueden besarse también.

—Los amigos que quiero que seamos no lo hacen.

—Por dios Nina, no me hagas sufrir. No puedo tenerte al frente y no besarte, mi cuerpo y mi boca me lo piden.

La morena intentó no caer nuevamente ante él pero lo miraba a los ojos y sabía que ya nada más podía hacer. Ese era el problema con Levi, que era todo lo que ella necesitaba y todo lo que podía al mismo tiempo lastimarla.

—Pues dile a tu cuerpo y a tu boca que se aguanten un poco porque no van a recibir nada todavía—Levi sonrió.

—Dijiste todavía—volvió a acercase, sus labios estaban a un pequeño espacio de los de ella—. Eso quiere decir que tengo una oportunidad—explicó y le dio un corto beso en la frente. El corazón de Nina empezó a latir rápido e intentó hacer todo lo posible para calmarse.

¿Qué tenía Levi para lograr ese efecto tan placentero en ella?

Fácil, todo lo que le gustaba. 


N/A: Y COMENZAMOS CON EL MARATÓN!! Estaré subiendo los otros dos capítulos durante el día. ¿Qué les pareció este?

A Él SÍ Le Gustas TantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora