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Alan Johnson había tenido una mala mañana.

El motor que estaba reparando, parecía negarse a quedar bien. Si no era la manguera del diésel, era la marcha de arranque. Cuando se solucionaba lo de la marcha, el motor se ahogaba. Ese día se había levantado desde las cinco antes meridiano para precisamente, terminar con ese FMX Volvo, puesto que estaba algo atrasado de trabajo. Willy quería que viera también el motor de su cisterna, el cual había dejado de funcionar esa mañana. Yates seguía insistiendo que el motor de su tractor explotaría la próxima vez que lo arrancaran. Para empeorar las cosas, Davies, uno de los oficiales de policía del pueblo, buscaba a su hijo para interrogarlo.

Alan no tenía nada en contra de que su hijo tuviera novia, pero últimamente estaba actuando como estúpido. En el taller parecía siempre disperso y un par de veces parecía que el chico quería hablar sobre su futuro en la ciudad, con la intención de renunciar a él. Ahora, no llegaba desde hacía media hora y él, como buen padre que era, sabía el porqué:

El chico se había desviado para ver a Danna, convirtiendo así un recorrido de veinte minutos, en treinta. Era muy oportuno que el oficial Davies estuviera ahí, si no era capaz de golpear a su hijo una vez este llegara, cosa que no había hecho jamás. Para Johnson la relación de un padre y de su hijo tenía que ser de respeto mutuo, cuando uno levantaba la mano contra el otro era señal que todo se había podrido y por lo tanto, siguiendo lo que la biblia mencionaba, debía cercenar el miembro gangrenoso. Sabía muy bien que una vez le pusiera una mano encima, su hijo le perdería todo el respeto y con el carácter indomable que caracterizaba a su familia desde varias décadas atrás, se iría de ahí, escapando a su futuro y a su familia, quizá hasta con Danna, aunque eso era más improbable. Alan no quería a otro Mike Johnson en su familia, y ese no sería su hijo.

Carl por fin llegó con la pieza que su padre solicitaba, en cuanto lo vio el semblante de Alan se ablandó, el chico tenía una sonrisa y un espíritu que no había visto en mucho tiempo. Sin importarle que el oficial estuviera ahí, abrazó a su hijo y le besó la frente.

—Necesito que ya no tardes tanto en lo que yo te mando, Carl. Es en serio. Davies quiere hablar contigo.

—Lo siento, papá. El amor está en el aire, jajá. —Exclamó el chico sonriendo—. ¿Qué necesita, oficial?

Davies era un tipo enjuto y alto, quien lo viera diría que no tenía facha de ser policía, pero era un hombre rápido y ágil, por lo que King y otros oficiales le tenían en estima y lo consideraban para tareas algo complicadas. Su rostro afilado era señal de una aguda inteligencia a comparación de los demás miembros, pero por debajo del capitán.

—Anoche uno o varios vándalos hicieron fiesta en los campos de Doug, Carl. Sé que tus amigos se limitan a los territorios que corresponden a la escuela o el arroyo, pero necesito que me digas si sabes algo.

—La verdad no sé nada al respecto, estuve con mi novia en el mirador hasta que empezó la tormenta, la dejé en su casa y regresé a la mía. Creo que Scottie me había comentado que estarían con Dany en Flaxville. Iba a haber una tocada o algo así.

El oficial asintió mientras anotaba los nombres.

—Otra cosa, tu papá me dijo que tú eras el que se encargaba de las motocicletas y cuatrimotos. Quiero que me des los nombres de los que tengan una Motocross. Todos los que conozcas, claro.

El chico sonrió.

—No hay muchos en Rogville o Flaxville que tengan una de esas. Stan Ulrich tiene una Honda 250, sé que es del pueblo pero no tengo idea de donde viva. Milton Sawyer tiene una Yamaha, Rachel Benson tiene otra... Esos son todos en Rogville. En Flaxville están... Dany Houston, Rudy Thomas, Monica Levy, Shawn Buttom y Liz Jackson.

Tan Profundo como el VacíoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang