Notas a mi Muerte.

Cinco.

La mañana del domingo tuve otra vez la misma pesadilla con Val. La tuve todas las noches de esta semana.

Alguien la había matado. Y yo trataba de averiguar quién era. Al final del sueño recordaba que fui yo. Desperté agitado. Eran las 11:00. Me levanté de la cama y fui al baño.

Me acerqué al espejo. Mi aspecto era un desastre. Había ojeras bajo mis ojos café oscuro, como los de mamá. Estaba pálido. No había dormido bien en toda la semana. Me observé en el espejo. Parecía que hubiese enflaquecido. Bueno, tampoco comí muy bien esa semana. Estaba preocupado.

Pasé toda la tarde echado en mi cama. Escuchando las canciones que ella me recomendó: The Kill de Thirty Seconds To Mars; Asleep de The Smiths; Demons de Imagine Dragons; y muchas más.

Seguí analizando las letras de las canciones, vi sus videos, traté de buscarles mensaje, sentido alguno, lo que significaban para Val, pero no podía hacerlo, porque obviamente cada uno la entiende según sus experiencias y sentimientos. Yo no sabía nada de Val. ¿Cómo se identificaba con esto? Nunca lo sabría.

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Otra vez lunes, mamá no me hizo el mismo desayuno, "Fue sólo por el primer día de clases" dijo, mamá es igual de floja que yo.

Llegué al aula de Ciencias. Val estaba sentada ahí, leyendo un libro mientras esperaba la llegada del Sr. Harrinson.

- ¡Val! - me acerqué rápido a ella. - ¿Qué pasó? No has venido toda la semana anterior.

- Si, Sebastian. Problemas familiares.

- Oh, bueno. Pensaba algo estúpido. - resoplé mientras tomaba asiento a lado de ella.

- Dime qué. - dijo cortante, poniendo de golpe el libro en la mesa de trabajo.

- Que empezaste a odiarme y quisiste irte del país para estar lo más lejos posible de mi persona. - le dediqué una media sonrisa.

Ella no respondió. Apoyó su codo en la mesa, puso su cachete sobre la palma de su mano, y ocultando su cara de mí se puso a leer hasta que apareció el Sr. Harrinson.

La clase pasó lentamente. Fue muy larga a mi parecer.

Al tocar el timbre de salida, Val se levantó de golpe y salió rápido del aula. Me quedé en shock por cinco segundos y, me levanté para seguirla.

Ella iba con los libros entre los brazos por el pasillo. Hasta que la alcancé.

- Val. - la llamé. Pero ella siguió su camino sin hacerme caso. - ¡Val! - elevé mi voz y la agarré por los brazos para que no sigua caminando. - ¿Puedes decirme qué pasó?

No me miró a los ojos como siempre lo hacía. Miró al suelo. - Nada, Sebastian.

- ¿Cómo que nada? Has estado evitándome.

- No...

- ¿Y qué fue eso? - la corté. Ella empezó a mirar a un lado. Miré para ver a dónde iba su mirada. Laura y Samantha estaban ahí observándonos, Karina ya se había ido de intercambio. Susurraban cosas entre ellas y se reían.

- Dime que pasa, por favor. - insistí.

- Nada.

- No es nada. ¿Tiene algo que ver con ellas? ¿Te hicieron algo?

- ¡NO! - gritó. Empezó a verme a los ojos. - Sebastian, a veces hay cosas que no puedes saber. La vida no nos da siempre lo que queremos. Nos lo puede dar por partes o en pequeñas. Pero hay que conformarnos y espero que tú lo hagas.

Me quedé callado mirándola. No sabía a qué se refería con eso. - Bueno - comencé. - No te pediré nada, sólo quiero que las cosas sigan como estaban antes de que pidiera conocerte.

- Bien. Necesito un tiempo. Luego te llamo. Dame tu número.

Le di mi número. La acompañé a su clase de Literatura, y me fui. Podía con eso, pero realmente quería conocerla completamente.

Hice berrinches en mi mente porque estaba encaprichado con conocerla, y no sería tan fácil, pero si tenía paciencia, lo lograría sin que ella se diera cuenta.

No hablamos en toda la semana, aunque ella se sentó conmigo en Ciencias. Las demás materias nos sentamos individualmente.

La veía por los pasillos y no me miraba, aunque yo la seguía con la mirada apropósito.

Fui por Matteo a la clase de Literatura, ya que la pasaba con Val.

- ¿Ahora eres mi novio? Me recoges todas mis clases de Literatura. - Se burlaba Matteo.

- No te ilusiones Matteo, soy mucho para ti. - Le guiñaba.

- No. Mis churcos son mucho para ti. - Decía mientras se los peinaba hacia atrás. Matteo siempre tuvo una obsesión por su cabello.

Respecto a Val, aún seguía teniendo pesadillas sobre ella y, aunque todo recién comenzara, sentía como si algo me cortara, como si el tiempo fuera a pasar más rápido de lo que planeaba, sentía cosas inexplicables, pero horribles.

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Para los que morían por saber que pasa con Val.

Quería agradecer a todos por leerme y por votar por mi novela, obviamente también por comentar. Es increíble ver que hay personas que me leen :)

Le dedico este capítulo especialmente a @luzzmmf98 por darme consejos para seguir adelante.

A @funkychica @Luz_san @A_fanvi @Nephilim_okay @Alo_Jl por empezar a leerme, votar y comentar.

Y obviamente, a todos mis amig@s que me apoyan con esta novela.

Gracias :')

- Alexia.