V

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La voz de un noticiero lo despertó. Se sentía mareado y confundido, además de notar la boca terriblemente seca. Agudizó su oído, sin abrir sus ojos aún. En aquella voz femenina que trataba de relatar las actualizadas noticias, le pareció escuchar su nombre.

"Park Jimin, fue visto por última vez en el banco que fue atracado el lunes pasado, hace tres días. Llevaba un traje que según alegados frecuentaba para ir a trabajar, y por interrogatorios a compañeros de trabajo y jefe, había acudido a aquel banco a completar un trámite. -Hizo una breve pausa dramática, dejando oír la sutil melodía típica de los noticieros-. Se estima, debido a la poca evidencia en la escena del crimen, que los atracadores lo han secuestrado, puesto que los mismos consiguieron salir del banco con el dinero exitosamente. Por ahora no se ha pedido ningún rescate. En el lugar, la policía sólo halló sangre la cual fue identificada como la de Park Jimin, y su celular. Los familiares están muy preocupados, por lo que si sabe del desaparecido, comuníquese con el número en pantalla. Soy Rae Yumi, volveremos mañana con más noticias. Buenas noche-

Su voz se cortó de pronto, dando paso a otra más grave, claramente de hombre.

-Así que piensan que los ladrones te secuestraron. Aunque es ilógico, me sirve.

Jimin, abrió los ojos de golpe, tratando de enderezarse en la cama bruscamente. Buscó esa voz con la mirada, forzando la vista, ya que en la habitación reinaba la oscuridad. Empezó a sentir el pinchazo de un claro dolor de cabeza por el esfuerzo.

-¿Quién anda ahí? -Jimin por fin se percató de que estaba sobre una cama, con un pijama que no era el suyo puesto. -¿Dónde estoy?

-Estás en mi humilde mansión -seguía sin ver de dónde procedía aquella voz.

-¿Quién eres? ¿dónde estoy?

Al joven no se le pasaba otra cosa que no fueran preguntas por su cabeza aún doliente.

-En la mesa al lado de tu cama, tienes pastillas para el dolor de cabeza.

Se sorprendió. ¿Cómo podía saber que le dolía? Aún así, Jimin se giró hacia la mesa, encontrando un vaso con agua y a su lado las pastillas.
Con miedo de que realmente no fueran para el dolor, se tomó dos juntas, rezando porque no lo matasen. Luego bebió un largo trago de agua.

Reinó el silencio, por lo que le había parecido un siglo. Sólo se escuchaba el silbido del viento y ramas golpeando ventanas.

Jimin volvió a preguntar:

-¿Quién eres? -estaba aguantando la respiración esperando a que la otra persona contestase.

-No necesitas saberlo, aún -respondió calmadamente, aún escondido en las sombras. La habitación apenas estaba iluminada por una vela, la única en un candelabro encima de la mesa.

Se escuchó un ruido, como de una silla rechinando. A Jimin le latía el corazón desbocado.

-¿Dónde estoy? -de nuevo, trató de conseguir algo de información sólida.

El muchacho sólo distinguió silencio.

-Creo que ya te he contestado eso -repuso la voz, esta vez desde lo que parecía otra dirección.

Jimin cambió de lugar su mirada, buscando de donde provenía de nuevo. Quería levantarse, pero sentía las piernas entumecidas.

-Pero, ¿dónde, exactamente?

-Tampoco necesitas saber eso.

Dejó de sentir miedo para dar paso a la ira. Se estaba cansando de sus jueguitos tontos, no entendía por qué tanto misterio.

-¿Eres uno de los atracadores? -No le parecía que así fuese, pero ya no se le ocurría nada. Lo último que recuerda es ver desde abajo al tipo que había arrojado su celular lejos. Extrañamente, se encuentra ileso.

-No, no lo soy.

Jimin frunció las cejas. No entendía qué quería aquella persona de él. De repente se acordó como fue disparado, y cómo había sanado al instante. ¿Cómo aquello fue posible?

La persona, volvió a hablar.

-Siento algo en ti. Por alguna razón no puedo entrar en tu mente.

El chico se quedó atónito. ¿Entrar en su mente? ¿a qué se refería? Trató de moverse una vez más pero fue inútil. Quería irse de allí. Quería volver a casa.

-Voy a contarte lo que pasó hace tres días... y el por qué estás aquí. Después de eso, te dejaré la posiblidad de marcharte, pero te estaré vigilando muy de cerca, Park Jimin.

El muchacho no entendía nada. Se recostó contra el respaldo, esperando que el desconocido comenzara a hablar.

***

Bueno, no actualizo desde el año pasado.
Ahre que chiste más malo
Como sea, espero que alguien se acuerde de esta historia, porque he vuelto para continuarla.

Cambio y corto

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inmortal ; yoonmin [CANCELADA]Where stories live. Discover now