Tristeza teñida de rojo |Liam & ___(TN)|

Capítulo 8 Fiesta por la noche

Estaba viendo una película de terror apenas caída la noche, era fanática de este tipo de películas, de hecho eso era lo único que hacía desde hace ya dos días, no he hablado con Liam, mi despensa está llena por lo que no he necesitado salir, y en una semana y media entro a la universidad.

La protagonista –que por cierto es hermosa- estaba llena de tierra, sangre y la lluvia que caía sobre ella, estaba caminando en una carretera desierta a mitad de la noche buscando a sus demás amigos que había desaparecido repentina y misteriosamente. Algo entre los arbusto se movía, empezó a correr, en el camino encontró un motel, a pesar de su aspecto se acercó a la entrada. Aquí es donde todo el público grita ‘’¡no entres!”. Entró. Todo estaba oscuro, cada paso que daba hacia rechinar la madera del piso. Llamaron a mi puerta, hice que el agua se me derramara encima, maldije en mi mente y fui a atender. Era Claire, llevaba un vestido de estraples coral, unos tacones dorados con variedad de pulsera en sus muñecas que hacía juego, el cabello lo llevaba suelto.

-Hola, Claire. –dije sin más tratando de cubrir con mi suéter lo mojado.

-Hola, __ ¿puedo pasar?

Pasamos a la sala. No entendía el motivo del por qué me visitaba, no es que me molestara su repentina visita (tal vez un poco).

-Me he enterado que tú y Liam tuvieron una pequeña pelea. –No sé por qué pero pareció como si a ella le hubiera alegrado- Y como era la única persona a la que le hablabas he decidido que yo te haré compañía, veras que seremos buenas amigas. –Asentí- ¿Tienes planes esta noche?

-Tengo que ordenar un poco y luego hacer una llamad…

-Salgamos –me interrumpió- Hay una fiesta en la ciudad de una buena amiga mía.

-No lo sé… -había una infinidad de las razones por las que no debía ir, las más importantes eran que no iba a conocer a nadie, no tenía nada que ponerme y que no me gustaba estar entre tanta gente. Por otro lado era una oportunidad de conocer más gente, al menos eso creo.

-Vamos, será divertido.

-Creo que podré hacer una excepción esta noch… - Antes de que terminará la frase me agarró de la muñeca y me llevo al piso de arriba, le señalé donde estaba mi habitación y busco en mi closet algo decente para ponerme. Se quejaba entre dientes de que no encontraba nada y que en la semana iríamos de compras, al final sacó una camisa de hombre grande e hizo que me lo pusiera.

En mi mente ya estaba regañándome por haber aceptado, esto fue una mala idea, ¿cómo me iba a ver con una camisa de hombre demasiado grande en una fiesta de universitarios? Salí del baño y fui hasta la habitación, todavía tenía el pantalón de pijama debajo de la camisa.

-Tienes que quitarte la pijama ¿sabías?

-Pero está demasiado corta la camisa –me llegaba arriba de las rodillas. Al final hizo que me lo quitara.

-Mmm –me vio con sus ojos entrecerrados- Solo falta –se acercó y arranco las mangas- mejor, pero todavía falta algo –regreso a mi closet.

Todavía estaba sorprendida por la manera en la que arrancó las mangas -¿Qué haces?- dije un poco nerviosa.

Sacó un cinturón delgado café y lo puso en mi cintura, no tenía ningún tipo de tacones así que me dejó ponerme mis converse negros, soltó mi cabello y lo revolvió un poco haciendo que tuviera más forma con lo leves rizos que se me formaban. Dejé que saliera primero para que rápido me pusiera mis jeans debajo y corrí detrás de ella.

-¿Qué es eso? –señaló lo jeans.- bueno, no importa. Tenemos que darnos prisa.

Subimos a su mini cooper y fuimos en dirección a la fiesta. Llegamos a una mansión repleta de persona, luces y la música a todo volumen. Todos me veían como un bicho raro, traté de ignorarlo mientras caminaba atrás de Claire. Ella se acercó a una chica igual de alta que ella, cabello rubio y lacio hasta la cintura con un vestido rosa demasiado corto y con un gran escote.

-Ella es ___. –Dijo Claire presentándome a la rubia.- Es la amiga de Liam de la que te hablé- esbozó una gran sonrisa.

-Hola, __. Soy April. –mostró su sonrisa blanca y se desapareció entre la multitud con Claire. Maldije millones de veces en mi cabeza: la gente me aplastaba y no sabía dónde se había ido Claire.

No estaba espantada, sino incomoda porque me sentí excluida de esa fiesta, yo no pertenecía a ese mundo. Debí de quedarme en casa, seguro estaría ya en mi cama leyendo un libro. Revisé mi celular para disimular que estaba haciendo algo importante, el nombre de mamá apareció en la pantalla, ¡Genial! Me mataría si se entera que estoy en una fiesta a altas horas de la noche en un ciudad que apenas y conozco, decidí buscar alguna habitación donde podría contestar, en unas estaban parejas que deseaban intimidad y me cerraban la puerta en la cara y otras cerradas, hasta que encontré el baño, entré y cerré la puerta tras de mí con seguro.

-¿Por qué no contestabas? –decía mi madre al otro lado de la línea con un ligero tono de cólera en su voz.

-Lo siento, es que estaba duchándome. –mentí.

-Solo llamaba para decirte que mañana después del medio día te depositaré más dinero para el mes.

-Si, gracias.

-¿Es música lo que se escucha? ¡___ Williams! ¿Estás en una fiesta?

-No, es la radio. Me tengo que ir. –colgué.

Baje de nuevo a la planta baja, pasó delante de mí un muchacho alto, musculoso, un poco de barba y cabello totalmente negro. Lo seguí con la mirada, no pude ver su rostro ya que estaba de espalda, llevaba un playera de tirantes blanca, unos jeans suelto deslavados y una botas marrones, se parecía a Liam pero estaba claro que no era él ya que el cabello de este lo tenía negro. Volteó un poco y pude ver su perfil… ¿Caleb estaba en la fiesta? El pánico se apodero de mi cuerpo, fui retrocediendo poco a poco hasta que choqué con alguien.

-Lo siento –me di media vuelta inmediatamente. Era un muchacho alto pero no tanto, cabello cenizo, ojos aceitunados, con una barba bien afeitada.

-La culpa fue mía –se acercó intimidantemente acorralándome contra la pared y su cuerpo- ¿Cuál es tu nombre, linda?  -su aliento alcohólico me dio ganas de vomitar.

-Creo que no soy a la que estabas buscando.

-No estaba buscando a nadie, solo quiero saber tú nombre. –con su mano derecha agarró mi barbilla e hizo que lo viera a los ojos- Soy Michael. –su rostro se acercaba cada vez más al mio, apreté los ojos y trate de alejarlo.

Todas esas pesadillas recorrían mi mente. Estaba asustada. Michael agarró mi muñeca y casi me arrastró por las escaleras hasta una habitación donde una pareja que estaba teniendo sexo hizo que tomaron su ropa y salieran de inmediato. Me empujó adentro y cerró la puerta tras de él, empezó a caminar lentamente a mi desabrochándose su camisa. Intenté retroceder pero era obvio que no iba a traspasar la pared. Puso sus manos a los costados de mi cabeza y apretó mi cuerpo contra el suyo.

-Suéltame, por favor. –Puse mis manos contra su pecho- 

Empezó a besar mi cuello, los recuerdos me llegaba como granadas, era como tener una pesadilla despierta. Las lágrimas empezaron a acumularse en mis ojos. Sus manos las llevo a los botones de mi camisa abriéndola, los botones saltaron por todas partes. No pude más, alcé una de mis piernas y le di un golpe en su entrepierna haciendo que inmediatamente se retorciera del dolor, corrí hasta la puerta con el escote de la camisa abierto, la puerta no tenía seguro, estaba cerrada con llave, los intentos de jalar la puerta fallaron, pase mi vista por mis hombros, estaba parándose, corrí a una esquina de la habitación, del escritorio agarré los libros y se los lancé pero era evidente que no lo iban a detener. Tropecé con la cama. Los recuerdos se estaban comenzando a mezclar con la realidad.

-¡Suéltame! –dije mientras movía mi tobillo para que lo soltara-

-Haces las cosas más difíciles- dijo Michael mientras me jalaba del tobillo.

-Podemos solucionar las cosas de otra manera, por favor hablemos- dije mientras trataba de subir las escaleras.

-Seguramente hay más chicas que si quieran estar contigo. –trate de decir con la voz entre cortada.

Dio el último jalón a mi tobillo para que quedara sobre mí en el piso de la habitación azul.