Capítulo 6 Sueño convertido a pesadilla

219 12 3
                                    

-Creo que esto es tuyo. –dijo una chica más alta que yo, tez blanca, cabello corto castaño claro y unos enormes ojos verdes. Llevaba en su mano unos papeles que seguramente se me habían caído en el camino al supermercado.

-Muchas gracias –tomé los papeles y le sonreí.

-¿Eres nueva por acá? –se recargo en un estante haciendo resaltar más sus cuervas, era delgada pero con buen cuerpo, llevaba unos jeans ajustados con una botines de tacón cafés y una blusa azul pegada.

-Sí, algo así… -no se me ocurría nada inteligente que decir.

-Soy Claire, ¿y tu nombre?

-___ -Miles de razones por las que ella me estaba hablando se me vinieron a la cabeza. Tal vez su grupo de amigas esté cerca e hicieron un apuesta, o quizá en cualquier momento me juegue una broma, no sé. ¿Por qué ese tipo de chica está siendo amable con un adefesio como yo?

-Tranquila, no muerdo, por lo menos no a mujeres –omitió una sonrisa- ¿Tienes amigos aquí?

-Solo conozco a unos vecinos. –Empecé a jugar con mis dedos.

-Mira, ___. Creo que podremos ser amigas, ¿qué dices?

-¿Es enserio? –se sintió ofendida- No, no. Es solo que no pesé que te interesara ser mi amiga… -bajé la mirada, esto estaba siendo embarazoso.

-¿Por qué no? –Sacó de su cartera una tarjeta- Este es mi número, llámame más tarde ¿sí?

-Claro –tomé la tarjeta-

Se despidió y desapareció del pacillo de lácteos.

No es que quiera ser grosera con todo aquel que quiere ser amigable conmigo, pero no todos son buenos y lo primero que hago cuando alguien nuevo me habla es desconfiar, no puedo reaccionar de otra manera.

Regresé a casa con las compras. Era una tarde lluviosa, por lo que me senté en la cama a escuchar el río, quise dormir pero la curiosidad me invadió. Empecé a caminar por toda la habitación con mis brazo cruzados tratando de pensar en una respuesta lógica a lo que días antes me había dicho el sr. Geoff “Nunca vayas más allá del otro lado del río”. Por lo que apenas se puede ver solo puede haber bosque y más bosque húmedo o simplemente me estoy obsesionando por un misterio que no exista.

Cerca de las 10 de la noche seguí la lluvia pero más intensa, el río hacía ruidos más fuertes con forme pasaba la lluvia. De un instante a otro la luz se fue, me alteré, no me aterraba la oscuridad, más bien era por lo que habría a mi alrededor algo o… alguien que pudiera hacerme algo. Se oyó un trueno bastante fuerte.

-¡Ven acá, te estoy hablando! –subía rápidamente por las escaleras en medio de la oscuridad. Él me atrapo mi tobillo y caí.

Trate de mantener la calma y agarré un encendedor para bajar al sótano por velas, había visto unas el día que estaba inspeccionando la casa. Entré cajas y cajas que yacían ahí debajo me lastime en mi pierna, gemí del dolor -¡JODER!- sabía que nadie me podía oír así que no importaba lo que decía. Encontré las velas y prendí una de ella, subí de nuevo. La puerta de la entrada se abrió con la violenta tormenta, la azotó contra la pared, la brisa entró por el lugar apagando la vela. Se oyó un golpe a un mueble. Estaba tan nerviosa que cuando quise prender de nuevo la vela el encendedor se me cayó a la oscuridad del suelo. Sentí unas manos posarse sobre mis hombros detrás de mí. Volteé rápido, era una persona alta con una capucha. Los pies me espesaron a temblar.

La luz le exterior apenas pudo iluminar el rostro de la persona cuando se acercó –Tranquila, soy Liam –la luz iluminó sus ojos.

Lo abracé enseguida -¡Qué bueno que estas acá, Liam! –Estaba temblando- tengo miedo- susurré. El me abrazó más fuerte.

-Todo está bien, linda –tomó mi barbilla entre sus dedos y la acercó a su rostro- Yo estoy aquí para que nada malo te pase. –Poco a poco cerró sus ojos y con cautela acercó sus labios a los míos. Su mano que estaba en mi espalda la tensó y me apegó más a él con brusquedad, eso activó mis sentidos y empecé a tener miedo. Lo detuve con mis manos en su pecho. -¿Qué sucede? –Puso su cara de disgusto- Eres solo una patética niñita que aterra besar a su novio. –Su rostro empezó a tomar los rasgos de Caleb. Me tomó de los brazos y me sacudió de mí. Mis lágrimas empezaron a salir sin control

-¿¡Qué sucede, ___!?- Dijo Liam moviéndome lentamente. Empecé a abrir mis ojos poco a poco. Había luz, estaba acostada en el sillón de la sala tapada con una manta y Liam estaba sentado a un lado mío viéndome preocupado.  -¿Estas bien? –me tomó de los brazos delicadamente, me aparté un poco de él, Liam notó mi incomodidad cuando me tocó así que puso su manos sobre su regazo.

-¿Qué… qué paso? –Recogí mis piernas y puse mi barbilla sobre las rodillas.

-La luz se fue en mí casa, mi padre se preocupó y me mando a ver como estabas, llamé un par de veces pero no salías por lo tomé la iniciativa de girar la perilla de tu puerta y me encontré con la sorpresa de que estaba abierta. Deberías de ser más cuidadosa con eso, que tal si un tipo entra y te roba o… te hace algo. Trate de caminar por la casa para ver si todo estaba bien, por accidente choqué con tu mesita de centro –señalo la mesa enfrente de nosotros- y luego oí que se cayó algo, fue hasta ese ruido y te tomé de los hombros, volteaste tan espantada que te desmayas y luego estabas gritando que te soltaran.

Tenía que buscar ayuda profesional, esos sueños cada vez eran más constantes y reales. Me sentí tan apenada.

-Parece que tú también te golpeaste con algo

-¿De qué hablas?

-Tienes rojo en tu rodilla derecha.

Llevaba un pijama que me llegaba hasta la mitad de las rodillas, recordé que eso rojo era porque me había golpeado con las cajas del sótano. Seguro mañana era un moretón.

-Solo fue un accidente con unas cajas –sonreí forzosamente.

Me señaló la cobija y me miró, quería revisar si no era más grave. Asentí. Descubrió la mata lentamente y empezó a inspeccionar mi rodilla eso me hizo reír un poco. –Tú piel estan más pálida en tus piernas, deberías de descubrirlas más a menudo- dijo Liam. La razón por la que no usaba shorts o faldas era porque se podía ver mi cicatriz que tenía a lo largo del muslo izquierdo, era espantosa. Liam subía poco a poco el pijama para ver hasta donde abarcaba el golpe, las risitas se me apagaron y aparte mi pierna al instante.

-No es nada grave. –me puse de pie y me dirigí a la puerta- No me gustaría que tus padres este preocupados…

Se levantó y se dirigió a la puerta –Nos vemos mañana, __. Recuerda, ya termino la semana.

Maldije en mis adentros, tendría de nuevo a Perdida De Tiempo pegado a mí. Me hizo gracia su cara de cachorrito regañado cuando se fue. Fue muy amable al quedarse hasta que despertara, definitivamente es el hombre del sueño de miles hasta del mío, si no estuviera tanto tiempo conmigo seríamos buenos amigos… No, de hecho no, me siento bien cuando estoy con él, me hace sentir segura y visible, que el mundo sabe que existo, es solo su gran parecido a Caleb… solo que él tiene el cabello totalmente negro y ojos un poco más grandes.

Tristeza teñida de rojo |Liam & ___(TN)|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora