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-Eunbi, quédate donde pueda verte, mamá y papá estarán resolviendo asuntos de trabajo.- dijo mi madre- puedes ir al parque de allí pero no te alejes demasiado.

-Claro Mamá.

-Y tampoco te juntes con desconocidos.- agregó mi papá.

Realmente a ellos no le interesaba si eran desconocidos o no, en lo primero que se fijaban era en su ingreso monetario, y más que nada controlaban con quien me relacionaba. Claro, Hwang Eunbi, hija única de unas de las personas mas ricas en Seul, dueños de la empresa que mejor ingreso de dinero tiene, no podía manchar su imagen juntándose con gente "pobre", como ellos le solian llamar.

Y a pesar de tener solo 11 años podía entenderlo...

-Claro Papá- di media vuelta y cruce la calle Hasta llegar a la otra manzana.

Claro que lo primero en lo que fije mi vista fue en los juegos que eran propiedad del parque, pero siguiente a eso vi a una niña sentada en una banca de allí y sin pensarlo comencé a caminar hacia ella. Se veía sola y triste.

Soy muy tímida con los extraños por lo que no entendía como es que esa chica me causaba una gran necesidad de conocerla. Por si a caso, mire en dirección a mis padres pero ellos estaban muy ocupados viendo un terreno para la futura construccion de otra cede de la empresa, así que no me notarían.

Tome asiento al lado de ella pero ni siquiera se volteo a mirar. Ahora que estaba más cerca y podía verla mejor estaba sucia y bastante delgada, mantenía su cabeza hacia bajo por lo que no lograba verle muy bien el rostro pero notaba que era mayor que yo.

Como ninguna de las dos decía nada tome el valor de comenzar. -H-hola - me miro y luego sonrió. Wow, si que es linda, a pesar de toda la suciedad sobre ella su sonrisa brilla.- S-soy Hwang Eunbi y tu?

-Hola, soy Jung Yerin- la sonrisa que tenia antes se desvaneció- por que no me ignoraste?

-Sólo quise venir, además, por que te ignoraria?

-No se, pocas veces las personas se detienen a hablar con una niña que vive en la calle- estaba sorprendida, aunque por su aspecto era un poco obvio. Sentí pena por ella, cuantas cosas a de pasar día a día?.

-Y...Tus padres?- No se si lo correcto sea preguntar pero no puedo evitarlo.

Levantó sus hombros- Se fueron hace mucho tiempo. Un día salieron de casa, se hizo muy tarde y yo estaba hambrienta. Sali a buscarlos pero nunca logre regresar a casa. -suspiro- nunca me buscaron.

-Y amigos?...

-Me perdí cuando tenía ocho, así que esos niños poco podían hacer teniendo mi misma edad.- pose mi mano en su espalda haciendo que se sobresaltara -
Q-que haces?

-Oh...Lo siento, creí que lo necesitabas, disculpame si te molesto- dije sacando mi mano.

Negó con su cabeza- Lo siento yo, no estoy acostumbrada a esto... a Muchas, por no decir a todas las personas les da asco tocarme.

-Pues a mi no- ella sonrió con mi respuesta.- Tienes hambre? -ella asintio. Mire el bolsillo de mi chaqueta donde había guardado unas galletas antes de salir de casa. Las saque y se las extendí. Ellas las miraba como si hace mucho tiempo no había recibido algo así.

Intento comer despacio pero se acabo el paquete en menos de lo que pensaba.

-Gracias -dijo limpiandose los restos de galleta de su boca alegre- Cuantos años tienes?- me pregunto.

-Teng... -de repente sentí un jalón en el brazo y vi a mi padre muy molesto.

-Eunbi, cuantas veces te dije que no debes hablar con gente como esa...mírala, toda sucia...es repugnante, ni bien llegues a casa te irás a bañar, escuchaste jovencita? -su tono de voz era severo y no tuve más remedio que asentir con la mirada baja.- Y tu niña -esta vez iba dirigido a yerin- nunca más se te ocurra volver a acercarte a mi hija- la mire y también estaba cabizbaja mientras lágrimas cruzaban sus mejillas.

Luego de aquello volvió a tirar de mi brazo llevándome Hasta el auto para regresar a casa. Mi madre ya se encontraba ahí seguramente preparada para darme un largo sermón cuando lleguemos a mi hogar.

Pero no te preocupes Yerin, voy a volver, ya no estarás sola....

Nunca Te Abandonaré ||SinRin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora