Shooting Stars

XXIII

Seven no podía evitar morderse el labio inferior cada vez que notaba la pierna de Yoosung rozando su espalda. El rubio no solía moverse demasiado mientras dormía, pero ya que la cama era relativamente pequeña el contacto físico era inevitable.

Estar tan cerca de Yoosung se estaba volviendo tortuoso para el hacker, y su respiración se agitaba cada vez que recordaba que el rubio llevaba puesta su ropa.
Ambos habían dormido juntos en muchas ocasiones, pero esta vez se sentía...

Distinto.

Seven podía mentir y decirse a sí mismo una y otra vez que no sabía por qué, pero sería inútil. La razón era más que obvia.

— Estás despierto? — La voz del muchacho de ojos violetas rebotó en las paredes de la habitación, creando un leve eco.

— Sip! Por qué lo preguntas?

— No puedo dormir...

— Oh, pobrecito. — El pelirrojo hizo una pausa. — Quieres un abrazo? Los abrazos siempre ayudan.

El rubio se giró, quedando cara a cara con Seven, y lentamente fue dejando caer su cuerpo hasta estar atrapado entre los brazos del pelirrojo.

— Gracias, Seven.

El hacker suspiró, sin saber muy bien qué responder. Tener a Yoosung entre sus brazos era doloroso, para el rubio aquel abrazo no significaría nada, mientras que para Seven era todo lo contrario. Aquella era, posiblemente, la única forma de contacto físico que podría tener con él, y pensar en ello ardía como alcohol sobre una herida abierta.

No, no. Por qué estaba pensando en eso ahora? Imaginar a su amigo jadeando y completamente sonrojado era totalmente inaceptable.
De hecho, incluso imaginar un simple beso, o una declaración de amor más allá de la amistad era inaceptable de por sí.

Seven era consciente de que no debía pensar en todo eso, y mucho menos debía hacerse ilusiones. Yoosung "quiero una novia" Kim era su mejor amigo, y si se llegase a enterar de que el pelirrojo le veía con aquellos ojos probablemente sentiría repulsión, incluso quizás dejaría de hablarle. Eso era exactamente lo que le asustaba: el perder a un amigo tan cercano por no ser capaz de retener sus estúpidos sentimientos.

De pronto, el pelirrojo notó un dolor agudo en su brazo.

— Me estás aplastando! — Se quejó, y empujó a Yoosung hacia un lado, pero inmediatamente se arrepintió. El rubio emitió un leve quejido, pero no dijo nada. — Perdón, perdón! Te he hecho daño?

El muchacho de ojos violetas negó con la cabeza, haciendo que su cabello dorado quedase aún más despeinado de lo que estaba antes. Varios mechones de su flequillo acabaron cubriéndole las mejillas pero no tardaron en volver a su sitio correspondiente, ya que Seven los apartó de una forma sorprendentemente rápida.

Yoosung sonrió algo confuso, y sujetó de forma tímida la mano que hacía un par de segundos se encontraba rozando su rostro.

— Buenas noches. — Susurró el rubio mientras dejaba un suave beso en el antebrazo de su amigo, y cerró los ojos aún sujetando la mano de Seven entre sus dedos.