IV

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—Estás nervioso? —Preguntó el pelirrojo al notar que Yoosung lleva mirando al suelo desde que Zen les dejó solos. El rubio asintió tímidamente, y comenzó a morderse las uñas de forma nerviosa, aún con el helado de pistacho que habían comprado para compartir en la mano.

—Lo siento... Es que nunca he estado con una chica a solas. 

—Oh, no te preocupes! No tienes por qué sentirte nervioso, estamos en confianza. —"Bueno, se supone que nos acabamos de conocer. Mierda, no debería de haber dicho eso." pensó Seven.

—Desde cuando os conocéis Zen y tú? Es que eres actriz?

—Eh... Nos conocimos el año pasado, sí. Él estaba rodando una película con un amigo mío.

—Oh, tienes un amigo actor? —Los ojos de Yoosung se iluminaron.

—No, es... Director de cine. —Seven se sorprendió con su habilidad de inventarse cosas medianamente creíbles mientras habla. —Se llama Chung-ho. Puede que el nombre no te suene.

—Pues... La verdad es que no me suena mucho... Puede que a mi mejor amigo Seven sí que le suene, él sabe más que yo sobre cine. —Yoosung sonrió y Seven notó como una gota de sudor se resbalaba poco a poco por su frente, quizás por llevar una peluca tan larga o quizás por el nerviosismo que le causa estar engañando a Yoosung de esa manera. Y si se enfada y no le vuelve a dirigir la palabra? Eso sería horrible, no podría soportar que su mejor amigo le odiase.— Luego se lo preguntaré.

—Y tú... Cómo conociste a Zen? —El pelirrojo intentó cambiar la trayectoria de la conversación.

—Ambos formamos parte de la RFA, una organización que reúne dinero para poder ayudar a la gente. Fue creada por mi prima Rika y el que iba a ser su esposo. Por eso le conozco. —La mirada de Yoosung se volvió melancólica. "Rika otra vez no, por favor" pensó Seven. Él les tenía mucho cariño tanto a ella como V, y aunque la noticia de que se había suicidado le dolió como pocas cosas le han dolido en la vida, tras un año y medio había sido capaz de superarlo completamente. Sin embargo, este no parecía ser el caso de Yoosung, puesto que la mencionaba  todas y cada una de las veces en las que hacerlo era posible, incluso si estaba teniendo una supuesta cita con una supuesta amiga de Zen. Qué mejor forma de romper el hielo que hablar de tu prima muerta, no?

—Hey, Yoosung. —El pelirrojo rodeó a Yoosung con su brazo, lo cuál causó que este pegase un salto al darse cuenta. El rubor de las mejillas del rubio estaba causando sentimientos encontrados en Seven, ya que pensar que él era el causante de que su mejor amigo se pusiera nervioso y se sonrojase le hacía extrañamente feliz, pero en el fondo sentía que lo que estaba haciendo no estaba bien. —Se te está derramando el helado y te estás manchando la camiseta.

Yoosung comenzó a limpiar frenéticamente la tela de su camiseta con una servilleta, sonrojándose aún más que antes. " Se está esforzando tanto por causarme una buena impresión... Es sencillamente adorable, pero... Debería decirle algo? No quiero que piense que estoy haciendo esto porque quería una cita con él..." Seven se levantó, dispuesto a confesarlo todo, pero justo en ese instante se dio cuenta de que su mano y la de Yoosung seguían entrelazadas, y las ganas de decir nada al respecto de su identidad se esfumaron. "No hay nada malo en ayudarle un poco, no? Esto le dará experiencia para cuando quede con una chica de verdad... Pero eso no tiene por qué ser en ningún tiempo cercano" 

Tras comerse el resto del helado derretido e ir a alimentar a los patos del estanque, Yoosung se veía mucho más seguro de si mismo, y hasta era capaz de formar frases largas completas sin tartamudear tanto como lo había hecho al principio. De hecho, había conseguido guiñarle el ojo a Seven de forma pícara un par de veces, cosa que había hecho que el pelirrojo se  ruborizase ligeramente. 

Tres horas. Tres horas habían estado en el parque cuando se dieron cuenta de que estaba oscureciendo. Yoosung se había ofrecido a invitar a Seven, o, como el creía que se llamaba, Lucy, a cenar en su casa y demostrarle sus grandes habilidades como jugador del LoLoL, pero este había puesto un montón de excusas para rechazar la oferta, por lo que significaba que cada uno se iría por un camino distinto. El pelirrojo aprovechó para darle un fuerte abrazo de despedida, el cuál el otro muchacho devolvió sin pensárselo dos veces.

Seven comenzó a caminar por el parque, iluminado por las farolas encendidas. Sentir que su amigo le miraba desde una perspectiva totalmente diferente a la usual había sido muy divertido. Justo cuando había llegado al estacionamiento donde se encontraba su coche, un grito hizo que se detuviese. 

—Lucy!! —La voz de Yoosung hizo que se le helase la sangre en las venas. —Espera un momento, por favor!!

El rubio llevaba una rosa roja en una mano, y un papel con unos números escrito en la otra. Aún sofocado por la carrera que había tenido que hacer, le tendió ambos objetos, los cuáles Seven agarró dudoso, sin saber muy bien como responder al inesperado regalo.

—Se que casi no nos conocemos... Pero me gustaría volver a verte en algún momento, me has parecido una chica muy interesante. Está bien si dices que no, lo entendería. 

—Sí, claro, por qué no? No me parece mala idea, no. —Seven dijo rápidamente. Mierda, mierda, acababa de decir que sí? Tendría que mentirle a Yoosung de nuevo! 

—Gracias... Es algo tarde, creo que debería irme. —Yoosung suspiró, y comenzó a caminar a un paso muy, muy lento, girándose varias veces para comprobar que la preciosa Lucy seguía allí, de pie y con la rosa y el trocito de folio en el que había apuntado su número para ella. Algo en su interior se lamentaba de tener que irse, de tener que dejarla allí. Algo en su interior reclamaba que hiciese algo que había estado intentando hacer durante toda la cita, pero no había tenido las agallas de hacerlo. Yoosung se volvió a girar; ella seguía allí. Era el momento perfecto para intentarlo, para seguir sus instintos.

Y así lo hizo. Fue corriendo hacia la muchacha de cabello largo y rojizo, y se lanzó en sus brazos, poniéndose de puntillas para tener el rostro a la misma altura que ella. Su pulso se aceleró al notar el aliento cálido de la muchacha en su sonriente boca, y su respiración se agitó al hacer contacto, finalmente,  con los labios de la sorprendida chica. No sabía muy bien qué estaba haciendo, pero la sensación que le producía estar besando a Lucy le gustaba.
Esta le correspondió el beso, y comenzó a pasar sus manos por la espalda del rubio, agarrando su cintura y levantándole ligeramente. Sin embargo, esto no duró mucho, puesto que Yoosung se empezó a quedar sin aire y tuvo que separarse por unos segundos. Ambos chicos estaban completamente sonrojados, pero no tardaron demasiado en volver a fundirse en otro apasionado beso. Pero aquello no era correcto, no entre dos mejores amigos. Lo único es que Yoosung no podía saberlo, y Seven estaba demasiado distraído como para sentirse culpable por lo que estaba haciendo. 

El rubio rodeó el cuello del pelirrojo con los brazos, apoyando su espalda en un coche aparcado y acariciando con delicadeza los suaves mechones rojizos de Lucy  mientras continuaba dándole pequeños besos. De pronto, notó como sus dedos se escurrían de forma brusca del cabello de su acompañante, y abrió los ojos algo confuso. Y en ese momento fue cuando se encontró con algo que nunca olvidaría. 

Seven, su mejor amigo, se encontraba delante de él, jadeando y mirando horrorizado la peluca roja que se le acababa de caer al suelo.

Shooting StarsWhere stories live. Discover now