Capítulo 9: "Lo correcto"

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—Lo sé. —el menor dejó correr los segundos en el silencio mientras sus dedos rozaban la longitud de una bala. —Pero hay algo detrás de todo esto que no me parece bien.

—¿Un presentimiento? —MinGyu lo miró con atención, el resto del equipo lo imitó.

—Equipo LOTTO. —SeokMin entró con una gran sonrisa en la habitación y se plantó frente a ellos con alegría, rompiendo toda esperanza de que Vernon hablara de aquello que le inquietaba. —Perdonen que los moleste en su conversación, pero el equipo Hoshi y Jun detectaron a los niños, ahora iremos en su rescate y vamos a proseguir con el plan.

—Bien, ¿Y Joshua? —SeungCheol cargó su rifle de asalto y se lo colocó en la espalda. Comenzaron a caminar por largos y fríos pasillos de la abandonada estructura que fue su hogar en esos últimos días.

—Él y 1004 están en posición cercana a la parroquia, creen que por allí pasarán los camiones con refuerzos así que se encargarán de limpiarles el camino, además, se aseguró de que su pendiente brillara lo suficiente. Los agentes CARAT los acompañarán a ustedes según lo planeado.

—Perfecto. —el líder de SEVENTEEN frenó su caminar al encontrarse al resto del equipo MAZE reunido esperando por SeokMin y colocó una mano fuerte en el hombro del agente Seek. —Frenaremos a esos idiotas, procura que los chicos llenen sanos y salvos a la frontera. Sus padres ya deben estar allí.

SeokMin miró con asombro toda la confianza y seguridad que desprendían sus compañeros. Todos parecían estar bajo el encanto de su líder nato, de aquel ex militar que su hermano había depositado toda razón y del equipo que habían armado para estos casos. Sintió un repentino orgullo que la mirada de Vernon desmoronó en segundos. Hace mucho tiempo que los veía así a todos, con desconfianza y era tosco al hablar, existía algo raro en él este último tiempo, pero no creía que fuese algo malo, tal vez era el cansancio de los últimos meses. Como si hubiese leído su mente y sin temer, el menor se acercó firmemente y la tensión cruzó el ambiente.

—Espero que me subas el sueldo después de esta mierda.

Todos rieron, haciendo añicos la tensión que se había generado y se pusieron en marcha. SeokMin arregló su corbata suspirando de alivio, seguramente a Vernon le afectaba el estrés.

[♥♦♣♠]

—Necesito a la policía en los sectores nueve y diez, que el resto de la pandilla cuide el perímetro y dame un trago de vodka. Mi garganta está seca.

Repartía ordenes mientras recorría el famoso pasillo alfombrado de la casa gubernamental, sus hombres se movían para cada habitación y cada ventana estaba cuidada por alguien con un arma. Había visto al tipo de la cruz por la cámara de seguridad que cruzaba la calle hasta la parroquia frente al parque. El edificio entre dos grandes torres corporativas parecía no coincidir en el ambiente, sus pequeñas y occidentales ventanas, tenía grabado en ellas los mosaicos del nacimiento y de la muerte. Oh, la muerte. La muerte era una zorra que jugaba con la vida y la esperanza del ser humano, una amante celosa que pronto podría ponerte en jaque y, por su experiencia, aquellas similares eran perfectamente adictivas.
Recibió el vaso de vodka y lo tomó de un sorbo mientras se encerraba en su oficina y colocaba los pies sobre la mesa. Hizo que le dejaran la botella cerca de su silla y brindó. Brindó por la muerte de ese maldito agente que le había quitado la vida a su hermano y a cinco de sus hombres, brindó por la maldita ciudad en la que estaban y en lo que pronto se convertiría. Delante de sus ojos existía una pantalla plana que reflejaba trece puntos de la ciudad. Trece actores que la mujerzuela de la muerte necesitaba en lo profundo de su lecho y él se encargaría, de que todo saliera de acuerdo al plan.

Mientras, afuera, llovía papel.

[♥♦♣♠]

—Diamond10:10, en posición.

Hoshi observó en silencio el edificio donde los niños se encontraban.

Gracias a un soplón que la mafia logró comprar, ahora podían decir que estaban frente al edificio donde cientos de niños esperaban a ser rescatados. La fachada de un depósito carguero a punto de demolerse, el musgo crecía en lo que eran antes paredes blancas, los cristales estaban rotos y las manchas de humedad caían desde lo más alto de la terraza. Pero, a pesar de que la estructura tuviese la altura de tres pisos, sabían por su informante que los prisioneros estaban en un nivel más abajo donde existían portones enrejados para solo pasar las cargas.

—El perímetro está controlado. —La voz suave de Jun llegó a su lado. Sigiloso como un felino. —Aunque no hay demasiadas cabezas, The8 solo contó cinco en el lado sur, aquí no hay más que lo mismo.

—Es una lástima, tenía la necesidad de arrancarle la cabeza a más de uno.

—Hoshi deja las bromas, ¿qué clase de bunker es este? Sabes que no nos llevará más de una hora matarlos, nunca vi tan pocas personas cuidando lo más valioso que tienen.

Hoshi solo afinó la vista hacia adelante, observando como uno de los guardias de la entrada se paseaba aburrido. Estaba bien armado, vestía casi como un policía y tenía chaleco anti-balas, no usaba casco lo cual dejaba su cuello descubierto. Allí donde enterraría cada uno de sus sais, luego pasarían al interior, mientras Jun, DK y los demás abrían las puertas para dejar los camiones abiertos. Matarían a quien se les cruzara en el camino, liberarían a los chicos y en una hora estarían en la frontera esperando a los demás.

Ahora entendía a Jun. Esto era demasiado fácil.

—Tienes un punto. Tienes la maldita razón. —siseo mordiendo su puño. —Pero no tenemos otro plan, y lo que sea que acabas de averiguar, no me lo digas hasta que sea el momento. Prométeme que se lo dirás a los demás.

—Hoshi... lo que sé es muy delicado, es mejor que lo sepas y-

—No Jun, no me lo digas. Si es lo que imagino, será mejor que lo guardemos hasta estar seguros. Pase lo que pase, tú... —se observaron el uno al otro, Jun no cabía en su sorprendido ser y Hoshi se escuchaba tan sereno que era imposible que se diera una idea. No. Él no tenía idea. —Harás lo correcto, ¿verdad?

El agente 0610 no pudo sostener la mirada sincera y llena de empatía del líder de su grupo. Miró al suelo lleno de vergüenza, con el nudo en la garganta y un poco de culpa porque lo que pasaba por su mente eran los trazos de un plan elaborado que sólo él conocía. Por ello dolía, porque tendría que hacer lo correcto, para ello se entrenó cada noche y día, para ello él vivía.

—Dile a Chan...

—¿Me crees paloma mensajera? —Y allí estaba, el excéntrico Hoshi saliendo de su escondite para estirar sus musculos innecesariamente, despreocupado y exagerado a lo que vendría. — Soy la Leyenda de Seventeen y ya me cansé de esconderme en las sombras, ahora sabrán quien es el jefe de esta maldita ciudad.

Jun quedó sentado en la tierra y el pasto, observando como su líder sacaba las armas de su cintura y apretaba el pequeño auricular en su oreja. Desde allí se veía como aquellos héroes de película, su abrigo flameaba con el viento marino.

—Equipo MAZE en posición. —habló seguro de que Jun también se erguía para seguirlo. — Estuvimos mucho tiempo escondidos, ¿qué les parece si comenzamos la fiesta?



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LOTTO is back

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