«Don't Forget Us» [Haikyuu!! Español]

[VIII] Limusina Familiar.

El azabache se encontraba recostado en el suelo, inconsciente.

Tsukishima no sabía con exactitud dónde vivía, por lo que tomó el teléfono del menor, no tenía contraseña.

Lo desbloqueó y buscó entre los contactos de emergencia.

- "No tienes ninguno. Maldición"

Sostenía con una mano el celular y con la otra la cabeza de Kageyama.
Entre los muchos contactos que tenía había 3 que parecían ser de su madre.

«Mamá»
«Madre»
«Mamá E»

Adivinando cual era marcó al primero.

Después de dos tonos una voz femenina contestó el teléfono.

- ¿Hijo?

- ¿Hablo con la madre de Kageyama Tobio?– Preguntó el de lentes al teléfono, recibiendo una respuesta afirmativa.– Se desmayó de camino a su casa, soy su amigo. No sé con exactitud dónde vive y no lo puedo llevar.

La madre le preguntó dónde estaban, a lo que el adolescente solo pudo describir sus alrededores. Se escucharon los gritos de la señora, que llamaba a su marido.

Minutos después un auto negro se estacionó frente a ellos, del cuál bajó un hombre con un parecido enorme a Kageyama, a excepción del color de ojos, ya que el hombre los tenía de color gris.

- ¿Usted quién es?

- Soy su padre.

Entre los dos subieron al chico al auto y ambos subieron después.

⚙️⚙️⚙️⚙️

El médico llegó para examinar al joven que estaba inconsciente, entrando a su habitación y dejando a los otros tres afuera.

- Te agradezco por acompañar a nuestro hijo, Tsukishima-Kun. No imagino que habría pasado si hubiera regresado él solo.– La mujer, que no era parecida a Kageyama en absoluto, agradeció.

La madre de Kageyama era rubia, ojos azul oscuro, de marcadas curvas y grandes atributos, parecía extranjera, y lo era.

Su padre era alto, de cabello negro brillante, fornido y con una mirada opaca que te asustaba.

Al parecer la familia tenía dinero, pues el auto en el que su papá llegó era de marca reconocida. Su casa era grande, moderna y con varios lujos.

Además podían pagar, según su percepción, a un muy buen médico.

- No es ningún problema, señora Kageyama. Él dijo que se sentía mal durante el entrenamiento, así que me ofrecí a acompañarlo.

Una mujer con traje de empleada llegó con una bandeja, que tenía tres tazas de té.

- Gracias.– El rubio tomó una de ellas.

- Últimamente ha estado en depresión. No come mucho como siempre, no duerme y el otro día lo escuchamos llorar.– Comentó su madre.– ¿Tú sabes qué puede estar pasando?

La mujer no era tonta, estaba al tanto de algo, pero quería escuchar lo demás.

- Durante el entrenamiento del martes pasado uno de nuestros compañeros, Hinata Shōyō, tuvo un accidente.

- El novio de Tobio.– Dijo el padre, con un tono cariñoso. Al parecer Hinata era muy querido por sus suegros.

- Él mismo.– Le dio un sorbo al té.– Lo golpearon muy fuerte con un balón, además, al caer se golpeó la parte posterior de la cabeza. Los encargados del club lo llevaron a la enfermería, dónde despertó.