-Capítulo 22-

403 28 8
                                    

Hace poco llegué a casa, mi tía Marlene está aquí, pasó a hablar un poco con mi mamá, la saludo y paso de frente, a estas horas Camila ya habrá recibido la caja de chocolates, pero no me siento tan bien como para alegrarme por eso, más bien siento que mi plan fue arruinado, el de dárselo yo mismo y ver su adorable reacción, pero no me salió como quería.

Marco, no siempre es como uno quiere, además no sabes porqué es que ella no vino.

Hablo conmigo mismo, pero me doy la contra, estoy, dolido.

-Marco, ve a la panadería por favor, vamos a tomar lonche con tu tía, y duchate también.

-Ya lo sé maa, acabo de llegar.

Salgo con dirección a la panadería, mi mamá me ha pedido pan, café y huevos.

-Buenas noches, deme por favor dos soles de pan, cinco huevos y un sobre de café.

-Si claro joven.

La señora me atiende muy amable, aquí vive un chico, que de hecho juega fútbol muy bien, ya nos hemos encontrado un par de veces en la cancha, pero no lo conozco, ni siquiera sé como se llama.

-Aquí tiene.

Le pago a la señora y me retiro.

-Gracias, hasta luego.

Ando distraído de camino a casa, está muy cerca a la panadería, media cuadra jaja, voy mirando al cielo, ya casi llego, aún siento un hincón en el pecho al pensar en Camila, sea lo que sea que haya pasado, la extraño... estoy a punto de abrir la puerta de mi casa...

-¡Marcooooo!

Una voz grita mi nombre desde al frente. Alzo la mirada rápidamente y veo a Fiorella y a Noemi acercarse a mi dirección, ¿qué rayos hacen aquí? Pero, hay alguien más atrás, está oscuro y no puedo ver bien, alto, es posible, no puede ser... ¡Camila! Es Camila quien está viniendo detrás de ellas, tiene su mochila puesta, unos jeans oscuros y una polera, es tan linda, viene caminando un tanto apurada, ella tan simpática y yo todo sucio de haber jugado. 

Fiorella llega hasta mí, Noemi esta atrás con Camila.

-Alguien quiere verte.

Me dice sonriente.

Camila se acerca hasta mi.

-Disculpame.

Es lo primero que dice.

-No... No te preocupes.

Tengo la cabeza gacha y dos soles de pan y huevos en las manos.

-Camila, no tardes mucho.

Le dice Noemi. Camila escucha pero no le responde, sólo me esta mirando, no sé como actuar, no me esperé que aparezca así de pronto, ella aquí, viniendo a buscarme, viniendo a verme. Pero hoy no vino...

¡Marco basta! Esta ahora aquí, frente a ti, te quiere, no lo dudes.

-traje esto para ti.

Abre su mochila y saca una cajita, es pequeña, tiene un lazo de decoración, me lo pone en la mano libre y se sonroja. Fiorella al ver que las bolsas me incomodan me las quita y se pone atrás de Camila, lo suficiente para darnos espacio en el que podamos hablar.

Abro la caja, dentro de ella hay un pequeño peluche, pero esta hermoso, me gusta mucho.

-Gracias.

No se, pero es lo único que me salió decir en ese momento, estoy algo nervioso.

-Gracias a ti por lo que me mandaste, de verdad me ha encantado mucho, disculpame por no ir, si te contara, quizá no me creerías, quizás estés enojado conmigo, pero vine hasta aquí para verte, pedirte disculpas.

Miro a la chica que tengo en frente, es maravillosa, si estoy enojado con ella, bastante enojado, no se que ha pasado que no llegó jamás al colegio, pero este momento que tengo con ella no lo echo a perder por nada.

-No te preocupes, quería hacerte un detalle y me alegra que te haya gustado.

Camila me observa un tanto nerviosa, sigue sonrojada, la miro y le sonrío.

-Ven aquí.

La estrecho entre mis brazos.

-Gracias.

No la quiero soltar por nada del mundo.

-Chicos, no queremos ser aguafiestas pero, Cami, tu Papá nos esta esperando.

-¿Tu papá?

Pregunto confundido.

-El nos trajo, supuestamente estamos pidiendo cuadernos para ponerme al día.

Sonrío de nuevo.

-Si, y debemos irnos.

-Noo, me quiero quedar un poco más.

Camila me mira y mira a Fiorella, pero esta me fulmina con la mirada.

-Nos vemos mañana, ¿si?

-Está bien.

Hace pucheros.

Le doy un pequeño abrazo y se va. Fiorella me devuelve las bolsas y Noemi camina tras ellas.

Comienzo a subir las escaleras.

Ingreso a la casa y mi mamá esta esperando.

-¿por qué has demorado tanto?

-Aaah... Este, había cola ma.

-Siii, seguro seguro.

-Jajajaja. Me voy a duchar.

Entro a mi cuarto y coloco la cajita en mi cama, contemplo el peluche por unos minutos y finalmente entro a la ducha...

De tu mano por siempre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora