Capítulo 2.

133 9 0
                                    

-¿Qué? ¿Qué es lo que no me imagino?- Creo que sé a qué quiere llegar...

Hmmm... -musitó y miró hacia otro lado-

Vivianne- Dije seria- esto ya empezaba a asustarme.

Digamos que en clase de sexualidad no habrá nada que yo tenga que aprender... -y rió ligeramente.

¡¿Qué?! -mi boca estaba en una perfecta forma de ovalo- ¿Es en serio lo que estás diciendo?

-Ven- dicho esto salimos del aula.

Y llegamos hasta el último rincón del Saint Bosc School. El rincón de los secretos. O por lo menos así era para Vivi y para mi.

-Ok, necesito saber todo ahora.

-Está bien... ¿Recuerdas que por todos estos 3 meses fui de viaje?

Asentí.

¿Y lo bien que la pasé? -recalcó la tercera palabra.

-Ajá.

-En el hotel que nos quedamos conocí a Ian, luego de unas sonrisas y miradas accedí a ir en una cita con él, luego de 3 pasó lo que tuvo que pasar...-

-¿Pero cómo? ¿Me puedes decir todo de una maldita vez?- Fruncí el ceño. Esto ya me molestaba.

-En la tercera cita fuimos a la playa, luego de caminar, tomarnos de las manos y mirarnos hasta no poder más... lo hicimos-.

-¡¿Ahí en la playa?!

-Sí, mi fantasía sexual ya está cumplida- río.

¿Esto está pasando? De pronto me sentí muy mareada. Nunca creí que Vivianne hiciera esto, cuando hasta a los 15 años recién dió su primer beso, ¿a los 17 ½ ya tuvo sexo? No es que esperaba que nunca pasara, pero no en la playa, no con alguien que conoció hace menos de 3 meses y menos con alguien que... no ama. Vaya.

Luego de oír esta increíble historia no pude detenerme hasta hacer una única pregunta.

-¿Estás embarazada?

-¡RING, RING!- escuchamos y miramos al timbre.

Comenzamos a correr ya que vimos como nuestros compañeros entraban apurados al aula y no nos queríamos enfrentar al idiota del señor Wesley.

Por estar mirando el aula, en nuestro camino, sin querer choqué con una persona por detrás de ésta. Lo curioso, es que éste no se movió un poco.

-Disculpame, no te...-

-Fijate donde vas- me interrumpió de manera cortante y seca.

Qué grosera puede ser la gente a veces.

ANTÍTESIS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora